La beatificación de Samsó une a Cataluña

Mataró vivió una fiesta de la reconciliación

Samsó-Beato(Jordi Llisterri– Barcelona) “Catarsis colectiva en la beatificación del doctor Samsó”; “Emoción y lágrimas”; “Mataró fue Roma”. Así titulaba la prensa local las crónicas del acto de beatificación del sacerdote Josep Samsó, tuvo lugar el sábado 23 en Mataró, en lo que fue la primera ascensión a los altares celebrada en Cataluña desde siglo XII.

Samsó fue rector durante 17 años de la Basílica de Santa María de Mataró. En 1936, estallada la Guerra Civil, fue fusilado por una columna anarquista. Aunque murió perdonando y no se le conoció ningún pronunciamiento político, durante el franquismo se convirtió en un icono del nacionalcatolicismo. Después, los primeros ayuntamientos democráticos retiraron su nombre de la plaza de enfrente de la parroquia.

Sin embargo, la ceremonia supuso un motivo de fiesta para toda la ciudad. Previamente, el mismo cardenal de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, había visitado a la hija de Joan Peiró, un reconocido líder sindicalista de la ciudad que fue fusilado en 1940. Según contó, el encuentro sirvió para compartir la necesidad de cicatrizar heridas.

Caminos de perdón

En la homilía, Sistach, que presidió la celebración, abundó en este aspecto: “Josep Samsó, con su vida sacerdotal ejemplar y con el testimonio de perdón y reconciliación de su muerte, ofrece una aportación muy positiva y muy necesaria para que nuestra sociedad avance por caminos de perdón y de reconciliación y alcance un presente y un futuro fundamentado en los auténticos valores de la espiritualidad, de la fraternidad, de la justicia y de la paz”. El prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, Angelo Amato, sintonizó con este deseo: “El mártir cristiano, como Jesús, no odia y no mata, sino que ama y perdona. El mártir cristiano es un testigo de la vida y no de la muerte”.

El domingo, tras el rezo del Angelus, Benedicto XVI se refirió al “mártir catalán” como “un verdadero testigo de Cristo, que murió perdonando”.

En el nº 2.693 de Vida Nueva.

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