El continente sufrió en 2009 el asesinato de 23 misioneros

Funeral-Misionero-Arroyo(Victoria Lara) América ha sido el continente más peligroso para los misioneros durante el año 2009, en el que un total de 23 personas –18 sacerdotes, dos seminaristas, una religiosa y dos laicos– han sido asesinadas, según el informe anual publicado por la agencia Fides, dependiente de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos. Brasil, Colombia, México, Cuba, El Salvador, los Estados Unidos, Guatemala y Honduras son los países donde las víctimas se encontraban desarrollando su labor evangelizadora.

En concreto, Brasil fue el país más azotado por la violencia, pues en él murieron asesinados seis sacerdotes, entre ellos, el español Ramiro Ludeña; el presbítero y misionero italiano Ruggero Ruvoletto; el padre Evaldo Martiolo; y el redentorista Gisley Azevedo Gomes, asesor de la sección para la Juventud de la Conferencia de Obispos Católicos de Brasil. Todos ellos fueron víctimas de intentos de robo, al igual que los sacerdotes que fallecieron en Colombia: los redentoristas Gabriel Fernando Montoya Tamayo y Jesús Ariel Jiménez, Óscar Danilo Cardozo Ossa, Emiro Jaramillo Cárdenas y Juan Gonzalo Aristizabal Isaza. A ellos se añade el laico Jorge Humberto Echeverri Garro, catequista asesinado por un grupo de guerrilleros.

En México, las bajas entre los misioneros fueron tres: un presbítero y dos seminaristas, mientras que en Cuba causaron gran conmoción las muertes de dos sacerdotes españoles: Eduardo de la Fuente Serrano, asesinado en plena calle a las afueras de La Habana, y Mariano Arroyo Merino, que fue encontrado muerto en su parroquia.

En El Salvador encontraron la muerte el redentorista salvadoreño Leopoldo Cruz, tras permanecer varios días desaparecido, y el joven William Quijano, de la Comunidad de Sant’Egidio, quien murió, al parecer, a manos de una de las maras que reclutan a jóvenes con pocos recursos en las ciudades de América Central.

El resto de fallecidos vivían en los Estados Unidos –la religiosa Marguerite Bartz, asesinada en su convento en Nuevo México, y el sacerdote Ed Hinds, párroco en una iglesia de Nueva Jersey–, en Guatemala –el oblato Lorenzo Rosebaugh, víctima de un asalto en una carretera rural– y en Honduras –el capuchino Miguel Ángel Hernández, responsable desde hacía cuatro años en una parroquia de Ocotepeque, aunque asesinado en una provincia del este de Guatemala tras permanecer varios días secuestrado–.

Según el informe de Fides, durante el año 2009 murieron violentamente en todo el mundo un total de 37 misioneros. África, con nueve sacerdotes, una religiosa y un laico, fue el segundo continente en número de muertes.

En el nº 2.690 de Vida Nueva.

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