Océano de sensaciones

BSO-Pablo-de-Tarso(Maite López Martínez) De todos es sabido que la banda sonora original (BSO) es un elemento fundamental en cualquier relato cinematográfico, y que una de sus principales funciones es la de reforzar las intenciones de cada secuencia. Entre otras cosas, su fuerza radica en que ayuda a crear una atmósfera adecuada; influye en el espectador, creando un efecto psicológico y/o afectivo determinado; o sostiene la narración, dando un sentido de continuidad al filme. La música que acompaña a una determinada película es, sin duda, una de sus cartas de presentación. Se da el caso de que, a veces, la BSO sobrevive y supera a la propia cinta e, incluso, contribuye muchas veces a su éxito.

Todo esto viene al caso para hablar de la BSO de Pablo de Tarso. El último viaje, de Andrés Tejero, un toledano especialista en música sinfónica, con muchas tablas tanto en escenarios como en producciones discográficas.

El disco, que destaca por su grandiosidad, lleva unas semanas en la calle, anticipándose a la película de Pablo Moreno, que, precisamente en estos días empieza su ardua andadura por las salas comerciales de España. Está siendo un encuentro con el público discreto, comparado con las grandes superproducciones apoyadas por las principales distribuidoras, pero puede considerarse ya todo un éxito, si se tiene en cuenta que se mueve por canales alternativos. De hecho, ya son miles de personas (en ciudades y pueblos) las que tienen en su retina y en su corazón las imágenes, diálogos y escenas de la cinta, y quienes, por tanto, podrán recrear y revivir las emociones sentidas durante la exhibición escuchando esta joya musical. Andrés Tejero ha dado forma a este océano de sensaciones con maestría y creatividad desbordantes, para que, más allá de la ficción, vivamos fascinados y acompañados por el Apóstol de las gentes.

mtlopez@vidanueva.es

En el nº 2.686 de Vida Nueva.

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