El sida no es solamente un problema médico

Los obispos africanos reiteran su “determinación pastoral” contra el VIH

Enfermo-de-sida(M. Gómez) El sida no está erradicado, ni mucho menos. Lo confirman, desde el corazón de la región más afectada, el continente africano, algunos de los que más están haciendo contra la enfermedad. En concreto, los obispos alertan: “La ayuda es más necesaria que nunca. El sida no ha desaparecido, a pesar de una impresión prematura de lo contrario”.

El Simposio de las Conferencias Episcopales de África y Madagascar (SECAM), en su Mensaje para la Jornada Mundial del Sida del 1 de diciembre, lamenta que el problema del sida “disminuye progresivamente de la agenda de los gobiernos, de la sociedad civil y de las organizaciones internacionales”, y por eso los prelados reiteran “nuestra determinación pastoral a aportar las respuestas adecuadas”.

Sin complejos de ningún tipo, el texto –que firma el cardenal Polycarp Pengo, presidente del SECAM y arzobispo de Dar es Salaam (Tanzania)– asegura que “la Iglesia no tiene igual en la lucha contra el VIH/sida y en las atenciones que presta a los afectados”. Y ofrece algunos datos de la situación actual en el continente negro, como que sólo uno de cada tres infectados recibe un tratamiento, y sólo el 60% lo continúa después de dos años; que el número de nuevos contagios supera el de las personas que están en tratamiento; o que el número de niños huérfanos por culpa del virus o infectados por él crece exponencialmente.

“El sida no es sólo un problema médico”, advierten los obispos, sino que también el desarrollo y la justicia “están gravemente comprometidos”. Así, opinan que “una inversión orientada exclusivamente a los medicamentos no servirá de nada”, y proponen luchar contra el conjunto de factores que favorecen la enfermedad y su expansión: guerras, inestabilidad política, desigualdad entre hombre y mujer, cambio climático, etc.

Abstinencia

Tampoco dudan en repetir que “la pandemia no se resolverá sólo y únicamente con la distribución de más preservativos” y que “sólo una estrategia fundada en la educación en la responsabilidad individual, en el marco de una visión moral de la sexualidad humana, puede tener un impacto real en la prevención”. Al hilo de esta idea, el mensaje termina con un llamamiento a los jóvenes: “No permitáis que nadie os haga creer que no sois capaces de controlaros . La abstinencia es la mejor de las protecciones”.

Además de las palabras de solidaridad con los enfermos de Benedicto XVI, el 29 de noviembre, cabe destacar el habitual mensaje de la Red Africana Jesuita contra el Sida (AJAN), que insiste que en la lucha contra la enfermedad “requiere un acercamiento y una respuesta holística por parte de la Iglesia”.

En el nº 2.686 de Vida Nueva.

Compartir