Los conflictos debilitan la paz y el tejido social argentino

El Episcopado lamenta también la actual crisis moral y la dramática situación de pobreza de tantos hermanos

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Cristina Fernández y Michelle Bachelet

(Washington Uranga– Buenos Aires) Reunidos en Asamblea Plenaria, los obispos católicos argentinos acordaron difundir el 13 de noviembre una declaración cuyos temas dominantes fueron la conflictividad social y la pobreza, reafirmando así las preocupaciones que varios de miembros del Episcopado han expresado ya últimamente a título individual. En una de las partes más destacadas del breve documento episcopal, se señala que “la democracia no se fortalece en la conflictividad de las calles y rutas, sino en la vigencia de las instituciones republicanas”. La declaración hace alusión directa a situaciones vinculadas a la inseguridad pública y a las alteraciones del orden, manifestaciones y cortes de calles a raíz de protestas políticas, sociales y sindicales.

El documento, titulado Somos hermanos, queremos ser Nación, se apoya en el “fruto de nuestra experiencia pastoral, que nos muestra que en el pueblo existen hondos deseos de vivir en paz y en una convivencia basada en el entendimiento, la justicia y la reconciliación”, pese a lo cual se producen hechos reñidos con tal propósito. Los obispos perciben un clima social de conflictividad y violencia, que se refleja, por un lado, en “la violencia verbal y física en el trato político y entre los diversos actores sociales, la falta de respeto a las personas e instituciones, el crecimiento de la conflictividad social, la descalificación de quienes piensan distinto, limitando así la libertad de expresión”, todas ellas “actitudes que debilitan fuertemente la paz y el tejido social”. Por otra parte, dicha conflictividad se manifiesta en “la crueldad y el desprecio por la vida en la violencia delictiva, frecuentemente vinculada al consumo de drogas, que no sólo causa dolor y muerte en muchas familias, sino que también pone a los jóvenes en el riesgo de perder el sentido de la existencia”.

La jerarquía católica admite que “muchas veces no se encuentran fácilmente los medios para atender y canalizar las necesidades legítimas de los distintos sectores”, pero subraya que el método debe ser “la vigencia de la instituciones republicanas”, no “la conflictividad de las calles y rutas”. Reiterando un argumento presente en los documentos episcopales de los últimos tiempos, los pastores encuentran la raíz de todos los problemas en “la crisis cultural, moral y religiosa en que estamos inmersos”. Agregan en esta misma línea que “la cultura relativista imperante (…) corroe el sentido de la verdad [y] acentúa también el individualismo que lleva al encierro y la indolencia frente al sufrimiento humano y a un progresivo acostumbramiento y resignación ante la pobreza y exclusión de muchos”. Y denuncian que “el consumismo exacerbado de unos pocos expresa la prevalencia de actitudes narcisistas y egoístas en la sociedad”.

Un orden más justo

Asimismo, el texto califica de “dramática” para “muchos hermanos nuestros” la situación de pobreza, aunque reconoce que desde el Gobierno “ya se han definido algunos caminos de ayuda y asistencia para las necesidades más urgentes”. Pese a ello, “se hace necesario alcanzar estructuras más justas que consoliden un orden social, político y económico, con equidad e inclusión”.

A modo de propuesta, los prelados sostienen que la vida en democracia debe apoyarse en valores permanentes y en “el respeto a la Constitución Nacional y las leyes”, en “la autonomía de los Poderes del Estado como principio fundamental de la República” y en “la vigencia de las Instituciones”. A lo anterior se agrega que “el bien personal y sectorial deben armonizarse con la búsqueda del bien común, y siempre teniendo particularmente en cuenta a los más pobres”.

Finalmente, días antes de esta Plenaria, y ante una iniciativa de ley para aprobar el “matrimonio homosexual”, la Comisión Ejecutiva del propio Episcopado argentino emitió un documento rechazando esa posibilidad y sosteniendo que “afirmar la heterosexualidad como requisito para el matrimonio no es discriminar, sino partir de una nota objetiva que es su presupuesto”.

PAZ Y AMISTAD CON CHILE

En la misma semana de su Asamblea, la Conferencia Episcopal emitió una declaración para conmemorar el 25º aniversario de la firma del Tratado de Paz y Amistad entre Argentina y Chile, logrado a través de la mediación de Juan Pablo II y con la intervención directa del cardenal Antonio Samoré, después de que los dos países –ambos gobernados entonces por dictaduras militares– estuvieran a punto de entrar en guerra por diferencias fronterizas en el austral canal de Beagle.

Las presidentas Michelle Bachelet y Cristina Fernández viajarán al Vaticano el 29 de noviembre para reunirse allí con Benedicto XVI y celebrar el acontecimiento.

wuranga@vidanueva.es

En el nº 2.684 de Vida Nueva.

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