‘Legalizar la eutanasia presionará a muchos’

Los obispos de Portugal critican un próximo proyecto del Parlamento

Hospital(António Marujo– Lisboa) Reunida en su Asamblea Plenaria de noviembre, la Conferencia Episcopal Portuguesa (CEP) ha publicado una nota pastoral sobre la eutanasia, Cuidar la Vida hasta la Muerte. Es probable que la Asamblea de la República (AR), el Parlamento portugués, legisle próximamente sobre el testimonio vital, y los obispos han decidido entrar ya en el debate. Pero la cuestión de los matrimonios entre personas del mismo sexo, que motivó otra nota del Episcopado en febrero, también está en la agenda política: la AR deberá votar en breve una ley que autoriza el matrimonio homosexual, y los obispos han criticado este proyecto.

La CEP afirma que la eutanasia “traduce la falta de empeño de una sociedad en buscar medios que permitan vivir dignamente todas las fases de la existencia humana”, y que su legitimación jurídica ejercería “una presión inevitable sobre todas las personas cuyas vidas no se correspondiesen con los patrones dominantes en determinada sociedad”.

Para los obispos, se ha hecho “dominante una concepción de la autonomía según la cual la libertad individual es elevada a derecho absoluto”, y la muerte asistida concreta “un deseo que el hombre contemporáneo tiene de adueñarse de la muerte”.

En su opinión, hay que respetar el impe­rativo ‘No matarás’, lo que hace “inaceptable” cualquier “acción u omisión que, por su naturaleza y en sus intenciones, provoca la muerte”. Hay una “diferencia fundamental entre matar y dejar morir”, matizan, pues “proteger la vida no significa prolongarla a toda costa”. También distinguen entre “matar y acompañar la muerte”; aquí se insiste en los cuidados paliativos y en la humanización del acompañamiento a los enfermos terminales o que sufren mucho. En este sentido, el Episcopado habla de la declaración anticipada de voluntad o testamento vital, salvaguardando las cautelas que deben ser tenidas en cuenta en su regulación.

Sobre el matrimonio gay

En cuanto al matrimonio entre personas del mismo sexo, los obispos no defienden el referéndum sobre el tema, que algunos sectores políticos sí han respaldado en los últimos días, y prefieren hablar de la necesidad de un “largo debate” y no están en contra de la idea de que haya grupos –incluso católicos– que pidan la consulta popular.

El Partido Socialista (PS) prepara un proyecto de ley que legaliza estas uniones, lo que motivó el rechazo de los obispos. Pero éstos no quieren entrar en conflicto abierto con el Gobierno y el PS, y siguen una estrategia de afirmación de la doctrina. Algunos prelados portugueses han hablado incluso de tomar una estrategia diferente a la de ciertos sectores de la Iglesia española, rechazando la posibilidad de manifestaciones en la calle.

En el nº 2.684 de Vida Nueva.

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