Trenes sin retorno

Sin nombre

Sin-nombre(J. L. Celada) Hace justamente una semana, dábamos cuenta aquí mismo de la odisea migratoria por media Europa de un joven del Este a la conquista de su Edén al Oeste. Cambiamos ahora de continente, de rumbo y de protagonistas, pero la inapelable verdad de los hechos vuelve a abrirse paso con más fuerza si cabe que entonces. Porque mientras el veterano Costa-Gavras concedía un resquicio al humor para aligerar el drama de su “héroe”, el debutante Cary Joji Fukunaga se embarca con sus personajes en un viaje de Sur a Norte que no admite tregua ni remanso alguno.

Este treintañero norteamericano de origen nipón se estrena en la dirección de largometrajes con un título tan genérico (Sin nombre) como universal y reconocible es la historia que nos narra: la salida obligada de miles y miles de centroamericanos camino del “paraíso” estadounidense. Esta vez le ha tocado el turno a una adolescente hondureña (podría haber sido guatemalteca, nicaragüense…), que se sube al incierto y peligroso tren del futuro en compañía de compatriotas y familiares animada por la promesa de una vida mejor.

Con clara vocación documental –fruto, sin duda, de su experiencia junto a estas gentes–, el realizador conduce al grupo hasta la estación ferroviaria de mercancías de Tapachula, donde arranca la segunda etapa de su travesía. Tras largas horas –incluso días– de ruta, tras vadear ríos y desafiar al cansancio y la climatología, han alcanzado territorio mexicano. Y allí Fukunaga incorpora a la trama otra sangrante realidad que, como la emigración, se alimenta del tronco común de la miseria y la exclusión social: las maras, esas pandillas juveniles de brutales ritos iniciáticos, exagerados ademanes y extraño argot (no habría estado de más subtitular sus diálogos) que siembran el terror entre quienes son aún más pobres que ellos.

Sin-nombre-2A lomos de un viejo vagón, se cruzan en su huida dos vidas a la baja: una a la que, víctima de su propia violencia, han puesto precio; y otra que sueña con cruzar la ansiada frontera en busca de trabajo y dignidad. Sendos convoyes, en suma, que circulan por vías paralelas, sin posibilidad de retorno y cuyos destinos bien dispares se vislumbran ya desde que suena el silbido inicial del filme. La relación entre ambos, breve pero intensa, nos regala, sin embargo, los momentos más emotivos de esta peripecia trazada a golpe de disparos, tatuajes y extorsiones.

Bellas estampas del paisaje latinoamericano irrumpen en escena entre las desgarradoras (o esperanzadoras) situaciones que nos va deparando la trama, de pulso firme y bienintencionada en su denuncia, aunque ciertamente previsible en su desarrollo. Aun con todo, Sin nombre se nos antoja una película muy necesaria para acercar a los pueblos. Más si cabe que la Alta Velocidad.

 

FICHA TÉCNICA

TÍTULO ORIGINAL: Sin nombre

GUIÓN Y DIRECCIÓN: Cary Joji Fukunaga ·

FOTOGRAFÍA: Adriano Goldman ·

MÚSICA: Marcelo Zarvos ·

PRODUCCIÓN: Amy Kaufman, Gerardo Barrera, Pablo Cruz, Diego Luna y Gael García Bernal ·

INTÉRPRETES: Paulina Gaitán, Edgar Flores, Kristyan Ferrer, Tenoch Huerta Mejía, Diana García, Luis Fernando Peña, Héctor Jiménez

En el nº 2.682 de Vida Nueva.

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