Crece la tensión entre Angola y R.D. del Congo

La repatriación de miles de personas deriva en una emergencia humanitaria

Refugiados-angoleños(M. Gómez) Con la excusa de luchar contra la inmigración clandestina, hace algún tiempo que Angola ha iniciado la expusión de miles de ciudadanos congoleños. La medida no sólo ha merecido protestas por parte de las autoridades de R.D. del Congo (donde la prensa denuncia, además, casos de violencia sexual, torturas, extorsión y robo durante las operaciones de expulsión), sino que, como represalia, Kinshasa está empezando a deportar, a su vez, a colectivos de angoleños. Todo ello ha supuesto una serie de choques entre las poblaciones.

Según el ACNUR, más de 42.000 angoleños ya han sido repatriados. La agencia humanitaria está desarrollando un plan de asistencia de bienes de primera necesidad y tiendas de dormir, pero alerta de la falta de alojamientos, medicinas y agua potable, entre otros. La situación puede alcanzar cotas dramáticas, pues las intensas lluvias de los últimos días están dificultando la organización y distribución de los ya de por sí escasos recursos.

Lo corrobora, desde Angola, el obispo de la diócesis fronteriza de Mbanza-Congo, Vicente Kiaziku: “Claramente, es una situación difícil, es una situación de extrema pobreza y la gente sufre”. Si bien el prelado sostiene que “en general, la situación está bajo control”, pide que se acelere la repatriación de estos angoleños a sus respectivos lugares de origen, donde Kiaziku espera que “puedan ser acogidos por sus familiares. Está siendo difícil, porque algunos dejaron Angola hace mucho tiempo. Los jóvenes ya han nacido en el Congo y apenas tienen un vago recuerdo del nombre de su aldea…”, declaraba a la emisora católica de Luanda Rádio Ecclesia.

Advertencia

Ante el riesgo de que el conflicto se agrave, la Conferencia Episcopal de Angola y Santo Tomé (CEAST) ha hecho un llamamiento claro y firme: “La violencia no resuelve ningún problema”. Las comisiones episcopales de Pastoral de Migraciones y de Justicia y Paz, Cáritas Angola y el Servicio Jesuita a los Refugiados lamentan los acontecimientos acaecidos con los inmigrantes en uno y otro país, explica unaa nota de la CEAST, que añade: “Pedimos a la población que no use la violencia contra los congoleños ni otros extranjeros que viven y trabajan en nuestro entorno y que sean solidarios con los hermanos forzados a volver a nuestro país”.

Igualmente, los obispos apelan a los medios de comunicación para que “contribuyan a mantener un clima de paz y reconciliación”, y a las autoridades civiles, a las que animan a “seguir sus esfuerzos en la vía del diálogo y la búsqueda de una solución pacífica para todos”.

En el nº 2.682 de Vida Nueva.

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