Tan iguales, tan diversos

Yo, también

Yo,-también(J. L. Celada) Que su pareja protagonista (Lola Dueñas y Pablo Pineda) recibiera la Concha de Plata a la mejor interpretación en el último Festival de San Sebastián ha supuesto un importante espaldarazo para Yo, también, pero será el favor del público lo que determine si esta ópera prima cumple con lo que –a juicio de uno de sus productores, Julio Medem– se propone: que sepamos algo más de las personas con síndrome de Down, cómo aman y cómo amarlas. Y los debutantes Álvaro Pastor y Antonio Naharro han asumido con gran valentía y un profundo respeto esta delicada aunque necesaria empresa de acercarnos a quienes, a diferencia de tantos de nosotros, no desearían sentirse
especiales.

Contra eso lucha, al menos, el joven de esta historia, cuya deficiencia no le ha impedido obtener un título universitario ni entablar relación con una chica “normal”, dos circunstancias poco probables en la vida real, pero que los directores aprovechan con sabiduría y mucho sentido común (tanto Naharro como el propio Medem conocen bien de cerca el tema) para poner al descubierto los afanes familiares, los prejuicios sociales y los temores más íntimos del principal afectado (y de quienes le rodean). Madres que confiesan sus lágrimas, hijos que se duelen de su soledad, almas solitarias sin rumbo… y una necesidad que todos comparten: la del afecto, la compañía y, con ellos, la posibilidad, para uno, de conquistar la normalidad, y, para otra, de recuperarla.

Yo,-también-2Sin el menor asomo de paternalismo, y sorteando con ternura y buen humor cualquier tentación autocompasiva, Yo, también se nos presenta como un saludable ejercicio de sensibilización, una inmejorable oportunidad para descubrir que ese cromosoma de más otorga a sus portadores un extra de humanidad que aquí se nos regala en toda su grandeza (y fragilidad). Porque este viaje emocional (de risas y llantos), geográfico (de Sevilla a Madrid) y en el tiempo (hacia el pasado o hacia el futuro, según los casos) nos permite entender que, en el síndrome de Down, es más peligrosa la desinformación que la genética.

Hace ya más de una década, el Consejo de Europa lanzó entre la juventud una campaña contra el racismo y la intolerancia. Su lema: Somos iguales, somos diferentes. Un canto a la herencia común, pero también a la riqueza de la diversidad. Con esta cinta viene a suceder otro tanto: sus creadores, acompañados por la verdad de Dueñas y la frescura de Pineda, nos llaman a ensanchar el horizonte de nuestra mirada y a reconocernos semejantes y únicos a un tiempo. Sólo desde esa perspectiva, que preside de principio a fin esta sencilla y honesta película, su mensaje podrá llegar a calar entre nosotros. “Porque las sociedades que dividen y apartan a las minorías –nos recuerda Pablo al principio de la misma– son sociedades mutiladas”.

 

FICHA TÉCNICA

TÍTULO ORIGINAL: Yo, también

GUIÓN Y DIRECCIÓN: Álvaro Pastor y Antonio Naharro

FOTOGRAFÍA: Alfonso Postigo

MÚSICA: Guille Milkyway

PRODUCCIÓN: Manuel Gómez Cardeña, Julio Medem y Koldo Zuazua

INTÉRPRETES: Lola Dueñas, Pablo Pineda, Antonio Naharro, Isabel García Lorca, Pedro Álvarez Ossorio, Consuelo Trujillo, Daniel Parejo, Lourdes Naharro

En el nº 2.680 de Vida Nueva.

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