José Ramón Busto: “Dialogamos con la cultura sin miedo alguno y sin complejos”

Rector de la Universidad Pontificia Comillas

José-Ramón-Busto(Juan Rubio– Fotos: Luis Medina) La Universidad Pontificia Comillas es hoy un referente académico en la Iglesia y en la sociedad españolas. Nació en 1890 a orillas del Cantábrico como Seminario Pontificio para formar a sacerdotes españoles, hispanoamericanos y filipinos. En 1904, san Pío X elevó el seminario al rango de Universidad Pontificia con las tres Facultades eclesiásticas de Teología, Filosofía y Derecho Canónico. En este momento, la Universidad supera los 10.000 alumnos, aparte de los que realizan Estudios Eclesiásticos, en una serie de titulaciones civiles de grado y de postgrado: Ingeniería Industrial e Informática, Derecho, Ciencias Empresariales, Trabajo Social, Psicología, Educación Infantil y Primaria, Traducción e Interpretación, Enfermería y Fisioterapia.

José Ramón Busto es el rector desde el año 2003, si bien su relación con esta institución viene de atrás, desde que fue decano de Teología en 1985, entre otras tareas que ha desempeñado en la universidad. Jesuita burgalés, profesor de Sagrada Escritura, ha tenido y tiene diversos cargos de responsabilidad en la Compañía de Jesús y en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

La Iglesia tiene un reto en el mundo de la educación. ¿Qué aporta Comillas?

La Compañía de Jesús y sus instituciones universitarias españolas, que son nueve, hemos hecho una importante reflexión durante el generalato del padre Kolvenbach. Nuestra misión universitaria, que tiene una tradición de más de cuatro siglos, se caracteriza por dar a los estudiantes una formación práctica, preparándolos para el ejercicio profesional. Pero también una formación integral de la persona, una formación en valores que  tiene dos aspectos que primamos especialmente. Uno es la formación para la justicia, en lo que Comillas sigue su propia tradición ya centenaria. El otro es la formación en la fe de nuestros estudiantes. Para nosotros, la formación, para ser integral, ha de incluir también la perspectiva creyente. Para desarrollar cada uno de estos dos aspectos tenemos en la Universidad un Servicio de Pastoral y otro Servicio para el compromiso solidario y la cooperación al desarrollo. Cuando yo comencé mi rectorado resumí lo que pensaba que iba a ser mi actuación en dos palabras: calidad y cualidad. La calidad resume la excelencia de nuestra enseñanza y la cualidad se refiere a la identidad de la educación jesuítica, centrada en la persona, orientada a la justicia y abierta a fe.

¿Cómo sirve Comillas a la Iglesia?

El Concilio lanzó a la Iglesia al diálogo con el mundo moderno. Algunos han puesto de relieve que el resultado de ese diálogo ha sido negativo para la Iglesia porque el mundo no ha querido dialogar. Más bien, obedeciendo a las pautas de la Ilustración, ha tratado de confinar la fe a lo privado y a lo socialmente irrelevante. Y la fe, en lugar de hacerse relevante para el mundo gracias al diálogo, parecía que se iba a disolver en ese mundo al que se sentía enviada. De ahí que en muchos ámbitos eclesiales se haya querido cambiar el diálogo por la seguridad que da la identidad. Se piensa: la Iglesia no ha conseguido dialogar con el mundo, lo único que ha conseguido es perder terreno. En consecuencia, si antes nos iba mejor, volvamos a hacer lo de antes. A mi modo de ver, esto explica algo de lo que está pasando en la Iglesia española.

La Compañía de Jesús sigue dialogando con el mundo. La 32ª Congregación General, en 1974, formuló la misión de la Compañía como el servicio a la fe y la promoción de la justicia. La 34ª Congregación General, en 1995, confirmó esa formulación de la misión añadiendo la estrategia para hacerlo: desde la incidencia en la cultura y el diálogo con otras cosmovisiones. A esa misión ha de servir una universidad de la Compañía. En Comillas nos sentimos cómodos haciéndolo, pues probablemente nada hay más universitario que el diálogo y nadie tiene más capacidad de configuración cultural que la universidad. De modo que en Comillas orientamos las tres funciones universitarias, investigación, docencia y servicio a la sociedad, desde la perspectiva de la misión de la Compañía. Éste es el servicio que nos han pedido los papas, Pablo VI, Juan Pablo II y recientemente Benedicto XVI en la audiencia que concedió a los participantes en la 35ª Congregación General el 21 de febrero de 2008, en la que tuve la satisfacción de estar presente. Nuestra aportación es, pues, el diálogo con la cultura, y lo hacemos sin ningún miedo y sin complejos.

Abiertos y con matices

¿Tienen ustedes suficientes apoyos en España?

J-R-Busto-y-Juan-RubioNuestra posición en la Iglesia es una posición abierta y llena de matices. Las posiciones cerradas y menos matizadas suelen tener más adhesión social y sobre todo más éxito mediático. Las posturas dialogantes y matizadas pierden gancho mediático. Sin embargo, nuestro modo de estar en la Iglesia la enriquece, y me atrevo a decir que tiene más futuro que otros modos. Por otra parte, hacemos lo que los papas nos han pedido, que, en frase suya que a los jesuitas nos gusta repetir, es “estar en las fronteras”. Como dijo el P. Adolfo Nicolás en la primera homilía tras su elección, hoy las fronteras no son territoriales, sino sociales y culturales. Como san Francisco Javier se fue a las entonces lejanas tierras de India, Japón y China, nuestras tierras lejanas hoy son las fronteras de la ciencia y la cultura, la exclusión social y los que no creen o son débilmente creyentes. En esas fronteras está el lugar de una universidad de la Compañía y, por tanto, de Comillas.

¿Qué es lo que le preocupa más en la Iglesia española como rector de una institución de tanto calado?

Que hay muy poca participación en el interior de la Iglesia. Cuando hay un déficit de participación, caen también los niveles de pertenencia y de compromiso.

¿Está la Compañía respondiendo a esos retos? ¿Es la misma Compañía de siempre?

Es verdad que después del Concilio y sin echarle a él la culpa, ha habido momentos de contestación y tendencias disolventes en la Iglesia. A veces se pecó de ingenuidad. De todo esto también participó la Compañía. Creo que en este momento ésos no son ya los peligros. El generalato del P. Kolvenbach ha sido un tiempo de asimilación pacífica de la renovación impulsada por el Concilio. Juan Pablo II también lanzó a la Iglesia a un mayor compromiso social, a un más profundo diálogo interreligioso, a mayor presencia en el mundo. Es verdad que durante su pontificado se ha buscado mayor seguridad en lo doctrinal, como lo prueba la publicación del Catecismo o las advertencias a numerosos teólogos. Sin embargo, no creo que se pueda afirmar que el pontificado de Juan Pablo II haya ido en contra el Concilio. Más bien se ha tratado de continuar aplicando el Concilio desde una mayor seguridad e identidad doctrinal, aunque esto se haya hecho a veces quizá de un modo excesivamente autoritario. Se ha buscado aplicar los textos del Vaticano II rechazando un supuesto espíritu del Concilio diferente de lo aprobado en sus documentos.

Una nueva etapa

El P. Nicolás ha abierto una nueva etapa. ¿Hacia dónde?

Como he dicho antes, la misión actual de la Compañía se formuló en 1974 y en 1995 se confirmó. La 35ª Congregación General, que eligió al P. Nicolás, continúa en la misma línea. Quizá los aspectos no tanto novedosos, sino que más se han puesto de relieve en la última Congregación, han sido la universalidad y la vinculación de la Compañía con el Papa. Ambos aspectos son dos caras de la misma realidad. Los jesuitas hacemos un voto de obediencia al Papa para desempeñar una misión al servicio de la Iglesia universal. Nosotros no estamos para reproducir la estructura de la Iglesia diocesana, sino que estamos, precisamente, para llegar allá donde lo diocesano no puede o no suele llegar. Los jesuitas aportamos a la Iglesia un servicio distinto que se caracteriza por ser universal, para lo que se pone “bajo el Romano Pontífice” y a su disposición.

TEOLOGÍA EN LENGUA HISPANA

José-Ramón-Busto-2La Facultad de Teología de Comillas tiene unos 280 alumnos, de los cuales un tercio son seglares o religiosas y los otros dos tercios son candidatos al sacerdocio o sacerdotes jóvenes. En el primer ciclo, los candidatos al sacerdocio pertenecen, en general, a congregaciones religiosas, junto a algunos pocos candidatos diocesanos. Por el contrario, en el segundo ciclo, los estudiantes de la Facultad de Teología se dividen a partes iguales entre religiosos y diocesanos. Algunos están ordenados de diáconos, o son jóvenes sacerdotes todavía en período de formación. Hay también una Facultad de Derecho Canónico que, por su propia naturaleza, tiene un carácter minoritario y en la que se forman canonistas de diócesis españolas y, frecuentemente, latinoamericanas.

La Facultad de Derecho Canónico se trasladó de Comillas a Madrid en 1962, y a finales de los 60, también las de Teología y Filosofía. Posteriormente, en 1978, se integraron en la Universidad las obras educativas universitarias de la Compañía de Jesús en Madrid: ICAI e ICADE. Comillas quedó constituida como universidad católica en sentido estricto, es decir, bajo la regulación de la Constitución Apostólica Ex corde Ecclesiae. En el Colegio Mayor de Cantoblanco se preparan para el sacerdocio los futuros profesores de seminario de varias diócesis latinoamericanas y africanas. La mayor parte de ellos son becarios, gracias a algunas instituciones y a benefactores privados españoles, que los patrocinan. Además, la Universidad misma patrocina también a algunos, lo que  supone cierto esfuerzo económico. Podría tener más candidatos al sacerdocio si se contara con mayor financiación. La Universidad se ubica por completo en Madrid. La Facultad de Teología tiene dos seminarios afiliados, el Seminario de Ciudad Real y el Instituto de Formación de la Compañía de Jesús de Centroamérica, que está en el Salvador. Además, patrocina el Instituto Internacional de Teología a Distancia, cuya docencia se extiende internacionalmente, sobre todo por Latinoamérica, y el Instituto Superior San Agustín de Ciencias Religiosas, de enseñanza también a distancia y on-line, que cubre el ámbito español.

En el nº 2.679 en el Vida Nueva.

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