“La Palabra de Dios debe hacerse vida”

dos chicas jóvenes leen la Biblia

El CITeS organiza en Ávila el I Congreso Internacional ‘Biblia y Mística’

Una-joven-lee-la-Biblia(M. de Miguel) La Biblia no es un libro obsoleto o pasado de moda. Es de suma actualidad y acompaña a cada persona, porque la vida de cada uno está contenida en ella”. Despertar este “interés existencial personal” es para el carmelita Rómulo Cuartas Londoño, profesor y subdirector del Centro Internacional Teresiano-Sanjuanista de Ávila (CITeS), una de claves para arrojar un poco de esperanza a los bajos índices de lectura que tiene entre los fieles. “En el último Sínodo, celebrado en octubre del pasado año, se constató que hay un déficit generalizado en la lectura y conocimiento de la Palabra de Dios. Es cierto que la Biblia se edita, vende y lee; prueba de ello son las versiones que lanzan al mercado las edi- toriales, pero bien podría meditarse y contemplarse más, ya que es fundamento y sustento de nuestra vida espiritual. La fuerza transformadora que posee implica profundizar en el sentido del texto y dejarnos interpelar por él”, apostilla indicando que su lenguaje es sencillo y está al alcance de todos.

Con objeto de aportar su propio granito de arena, el CITeS ha organizado el I Congreso Internacional ‘Biblia y Mística’, que entre el 9 y el 13 de septiembre reflexionará sobre La Biblia, libro de la contemplación. Para ello cuenta con la participación de destacados ponentes, como Nuria Calduch-Benages, Elías Yanes, Camilo Maccise, Juan Martín Velasco, Pedro Tomás Navajas, Carlos Mesters, Elisa Estévez, Secundino Castro, Agustí Borrel

Dirigido tanto a personas de contemplación claustral como a laicos, el encuentro pretende, según explica Cuartas, su director, “profundizar contemplativamente en la Palabra de Dios como fuente de vida en los diversos ámbitos de la experiencia humana”, continuando así con la estela del Sínodo al insistir en que “se haga vida en el ordinario vivir del creyente”.

Para que esto sea posible, se considera como algo prioritario profundizar en la formación para la lectura contemplativa, donde juega un papel importante la lectio divina. “No solamente se trata de leer un texto bíblico, sino de penetrar en él y sacar nuestras conclusiones: qué es lo que me dice y cómo me lleva a vivir. Se crea así un fundamento interior, una mentalidad contemplativa, que además de ayudarnos a vivir mejor, también nos ayuda a comprender a las personas, porque ya no me dejo guiar por las apariencias o palabras, sino que voy al interior, a lo que realmente es”.

En el nº 2.673 de Vida Nueva.

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