Continúa la oleada de crímenes en México

Los obispos denuncian el permanente clima de violencia y la brutalidad policial

Asesinato-Armando-Chavarría(Pablo Romo Cedano– México DF) El jueves 20 de agosto fue asesinado Armando Chavarría Barrera, presidente de la Cámara de Diputados del Estado de Guerrero, un homicidio que se inscribe en la serie de crímenes que el país padece en el contexto de inestabilidad política y social. El arzobispo Felipe Aguirre Franco emitió un comunicado de condena en el que reiteró: “La Iglesia afirma que la violencia no es ni será jamás un camino adecuado para resolver diferencias, mucho menos en el ámbito de la política”. Y agregó que “la violencia sólo engendra una injusticia mayor que hiere los derechos de los ciudadanos y genera más zozobra entre la población”, en clara alusión a los indicios de que este asesinato ha tenido su origen en el hecho de que Chavarría era el candidato natural del partido de la Revolución Democrática, que ocupa el poder en Guerrero.

El documento del arzobispo de Acapulco concluía: “Rogamos a Dios para que cese el clima de violencia que se ha impuesto en diversas regiones del Estado de Guerrero y para que ilumine a nuestras autoridades para que encuentren respuestas eficaces que detengan la ola criminal que asola a nuestra región”.

De hecho, no se da sólo en esa región el clima de violencia, pues en lo que va del año han sido asesinadas, según el diario El Universal, al menos 4.500 personas en todo México. En la mayoría de los casos, el narcotráfico es el telón de fondo de este dramático contexto.

También los abusos cometidos por las autoridades a la hora de combatir el crimen y la impunidad han sido denunciados fuertemente por la Iglesia.

Irrupción en un templo

Hace unas semanas, ante la violenta irrupción de la Policía federal en una iglesia en la diócesis de Apatzingán, en medio de una celebración eucarística que festejaba a una joven de 15 años que los agentes obligaron a detener, el obispo auxiliar de Guadalajara y secretario general del Episcopado, José Leopoldo González González, reprobó: “Hacemos una enérgica protesta ante la falta de respeto y violencia ejercida por las fuerzas responsables de garantizar la seguridad de todas las personas en nuestra Nación, principalmente en el Estado de Michoacán, al irrumpir en un acto religioso (…), el acto sagrado más importante para los fieles católicos”.

Y es que la Policía, además de parar la celebración, detuvo a todos los hombres que acompañaban a la quinceañera. Después de horas de severos interrogatorios, algunos apuntan que con tortura, fueron liberados la mayoría de los feligreses, pues no se les comprobó delito alguno.

promo@vidanueva.es

En el nº 2.672 de Vida Nueva.

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