“Nuestra crisis es antropológica y moral”

Barrio pide respeto a la vida durante la Ofrenda al Apóstol Santiago

ofrenda-apostol(José Ramón Amor Pan– A Coruña) Un año más, la catedral compostelana lució sus mejores galas para acoger la Ofrenda Nacional al Apóstol Santiago, Patrón de España, el pasado 25 de julio. Actuó como Delegado Regio Alberto Núñez Feijóo, actual presidente de la Xunta de Galicia. Concelebraron con Julián Barrio, arzobispo de Santiago de Compostela, el nuncio en la India, Pedro López Quintana, los obispos de las diócesis gallegas (Manuel Sánchez Monge, de Mondoñedo-Ferrol; Luis Quinteiro Fiuza, de Ourense; José Diéguez Reboredo, de Tui-Vigo; y Alfonso Carrasco Rouco, de Lugo), el obispo de Astorga, Camilo Lorenzo, así como el Ministro General de los Franciscanos, José Rodríguez Carballo, además del cabildo catedralicio, los Vicarios y Delegados Diocesanos, los Rectores de los Seminarios Mayor y Menor, y varios sacerdotes de diferente procedencia. Subrayó en su homilía Julián Barrio, tal como había anticipado Vida Nueva la semana pasada en la entrevista que mantuvo con él, que “el hombre no se entiende desde las cosas, sino que éstas deben entenderse desde el hombre y éste desde Dios, afirmación que se debe subrayar cuando se propaga el sentir de que todo vale”.

No ocultó tampoco el prelado en su alocución –en la que combinó el castellano con el gallego– que “es preocupante la compleja situación económica actual con sus graves consecuencias en el ámbito social y laboral”, para, a continuación afirmar con rotundidad: “Nuestra crisis es, sobre todo, antropológica y moral”. De tal manera que, siguió diciendo, “es fundamental valorar la familia, respetar la vida desde su concepción hasta la muerte natural, reconocer el significado trascendente de la persona, trabajar por la justicia social, vivir la fraternidad y la solidaridad con todos, afrontar la fatiga y el sacrificio y ser capaces de sentir culpa para no disfrazar nuestra falta de humanidad”.

Principios morales

Asimismo, Barrio instó a “construir una sociedad donde se vivan los principios morales y espirituales que garanticen el respeto sagrado a la persona” y advirtió de “la tentación de ambiciones intelectuales e ideológicas”, bajo las cuales el hombre “puede convertirse en fanático de sus propios criterios acomodaticios”.

La jornada estuvo marcada por el fallecimiento, el día 24, de Juan José Cebrián Franco, que había tomado posesión como canónigo catedralicio el pasado 27 de junio, hombre muy dedicado al hecho jacobeo y cuyo hermano, Jenaro, también canónigo, es el Delegado Diocesano de Peregrinaciones y Director de la Oficina de Atención al Peregrino.

En el nº 2.671 de Vida Nueva.

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