(Maite López Martínez) Beatriz Grifol es uno de los grandes talentos ocultos de nuestro país, pero con una gran actividad interpretativa que la lleva del Norte al Sur, haciéndose, poco a poco, con un número considerable de seguidores. Influenciada por artistas tan dispares como Silvio Rodríguez, Presuntos Implicados, Lluís Llach, Pedro Guerra o Pablo Milanés, entre otros, Beatriz Grifol es una apasionada de la música de ascendencia asiática. Esta pasión tiene sus raíces en el impresionante peregrinaje de esta mujer por tierras nepalíes e indias. Allí, además de descubrir lo mejor de sí misma y esa parte de la humanidad (doliente y fascinante) con la que todos debiéramos encontrarnos alguna vez, supo verdaderamente quién era Dios, el Dios de Jesús.
Fruto de sus viajes, reflexiones, oraciones, deseos e inquietudes es Sauraha. De India a Nepal, un excelente trabajo musical en el que se descubre la capacidad artística de esta gran cantautora.
La fuerza del disco reside, en primer lugar, en la calidad literaria e interpretativa de Beatriz, a lo que se añade una cuidada producción enriquecida por abundantes aportaciones (músicos y amigos) que dan como resultado una obra con un sabor humano y espiritual exquisitos.
El repertorio está compuesto nada más y nada menos que por 22 canciones, que combinan de manera equilibrada los mantras y melodías con los largos y enjundiosos temas abundantes en texto y melodía. Un propuesta de voz y cantos, mantras y canciones intimistas, temas de fusión pop-hindú y, por encima de todo, sentimiento.
El disco, que apoya proyectos de desarrollo en ambas zonas, sólo puede adquirirse solicitándolo a la autora directamente (www.myspace.com/beatrizgrifol).
En el nº 2.670 de Vida Nueva.
