La contemplación del patrimonio religioso acerca a los alejados
(M. De Miguel) Gracias al arte sacro nos hemos vuelto a encontrar con la religión, con la Iglesia”. Este testimonio, recogido durante unas visitas guiadas por el responsable de Patrimonio del Obispado de Segovia, Miguel Ángel Barbado, evidencia cómo el arte sirve para tender puentes con los alejados. Con objeto de ahondar en la dimensión evangelizadora que poseen las joyas artísticas que atesora la Iglesia, la Conferencia Episcopal celebró entre el 29 de junio y el 3 de julio las XXIX Jornadas Nacionales de Patrimonio Cultural de la Iglesia, desarrolladas en la diócesis segoviana por ser la sede en la que ejerció su ministerio uno de los grandes catequetas del siglo XX, Daniel Llorente.
Antiguamente, el arte era considerado como ‘la Biblia de los pobres’. Tendríamos que usar el patrimonio con el que contamos de la misma manera que entonces. Que los sacerdotes utilicen en las homilías los retablos para que la gente comprenda los misterios de la fe”, explica Barbado, al recalcar la importancia de esta iniciativa, titulada La razón de ser del patrimonio cultural de la Iglesia: la catequesis, de la que ha sido uno de los miembros coordinadores.
Gonzalo Tejerina Arias, decano de la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia de Salamanca, dedicó su ponencia a reflexionar sobre La evangelización y espiritualidad desde la belleza del mundo y del arte. “En la belleza del mundo se hace perceptible para el hombre un orden, una armonía. Lo divino se percibe en el esplendor de las criaturas”, señala a Vida Nueva a modo de resumen de su intervención. De igual manera, sostiene que no puede haber experiencias salvadoras sin embellecimiento, sin la experiencia edificante y gratificante que supone la contemplación de algo bello. “Un elemento importante del proyecto salvífico o redentor del cristianismo sobre el mundo consiste en irradiar belleza, en transformar bellamente la realidad”, apostilla el docente.
Un don gratuito
A su juicio, una obra de arte es siempre “una gracia que se recibe, algo gratuito que se percibe como un don”. Aspecto que no sólo es propio del sacro, al que califica como una “hermosa catequesis visual”, sino también del arte genuino. “El verdadero artista ha estado buscando el misterio último de las cosas. Por esa razón, el arte auténtico pone en comunicación al observador con el Creador”, afirma, haciendo suya la frase de Van Gogh: “No puedo contemplar un cuadro de Rembrandt sin pensar que Dios existe”.
El encuentro también abordó otros aspectos, como el valor cultural y pastoral de los exvotos, el márketing para tiempos de crisis aplicado al patrimonio cultural de la Iglesia o los elementos que integran el acto catequético y la pedagogía de la fe, a cargo de ponentes entre los que figuraban Manuel Iñiguez Ruiz-Clavijo, director del Secretariado de la Comisión Episcopal para el Patrimonio Cultural; José Ramos Domingo, secretario general de Las Edades del Hombre; y Emilio Alberich Sotomayor, SDB, presidente de la Asociación Española de Catequetas.
En el nº 2.669 de Vida Nueva.