Una vida de muerte

Despedidas

despedidas(J. L. Celada) Que Despedidas se alzara con el último Oscar a la Mejor Película de Habla No Inglesa no pasaría de la simple anécdota si no fuera porque su sorprendente triunfo (Vals con Bashir y La clase parecían mejor posicionadas) ha facilitado el estreno de una producción cuya sensibilidad y belleza merecen mucho más que el reconocimiento de los premios (hasta diez le ha concedido la Academia nipona) o el elogio de la crítica. El aplauso del público -fuimos testigos de ello- será su mejor recompensa.

Un título equívoco, capaz de llamar a engaño al protagonista de la historia, anuncia el triple viaje que nos propone Yojiro Takita: uno geográfico, el que emprende su personaje desde Tokio a la localidad de provincias donde nació; otro interior, entre los sueños de una exitosa carrera musical y la implacable dictadura de la realidad; y un tercer recorrido de alcance universal, el tránsito de la vida a la muerte, el único ciertamente ineludible y que adquiere aquí la dimensión ritual y estética de los sacramentos en la cultura cristiana.

Porque si interesante resulta la vuelta a sus raíces de ese joven violonchelista ¡metido a amortajador!, más apasionante se presenta el descubrimiento de un oficio en decadencia, pero que brinda la ocasión (a él y al espectador) de asomarse al misterio del trance postrero desde las cuidadas Despedidas organizadas para el momento del adiós. Se trata de ceremonias íntimas en las que, en presencia de la familia del difunto, éste es aseado, maquillado y ataviado con elegantes vestimentas.

despedidas-2Una auténtica liturgia que el director escenifica con ritmo sostenido y mirada respetuosa. Y aunque las circunstancias y la edad de cada fallecido varíen, un mensaje común y esperanzado sostiene toda la cinta: lo que se presentía como meta es sólo el pórtico de entrada, punto y aparte en la travesía de la existencia.

Así, con esta lección bajo el brazo, entre acorde y acorde (espléndida banda sonora), al compás que van marcando las estaciones (luminosas estampas del Japón rural), el animoso empleado mortuorio se enfrenta al pasado (su padre), al presente (su esposa) y al futuro (el hijo que está por venir) en una intensa batalla entre la necesidad y el deseo. Dos contendientes, a la postre, que determinan la aventura humana en clave de segundas oportunidades.

Comer para vivir, vivir para morir, morir para… aprender a gozar de la vida. Es la filosofía que da sentido a estas Despedidas, que sofocan sus lágrimas con humor y ternura, y tiñen su luto de la blancura inmaculada de los grandes sentimientos (amor, dolor, reconciliación, agradecimiento…). Sabia y poética, esta conmovedora exhibición de buen cine pasará a mejor vida, sin embargo, si permitimos que los  prejuicios sobre la filmografía oriental sigan dejando cadáveres en la cuneta de la industria.

FICHA TÉCNICA

TÍTULO ORIGINAL: Okuribito

DIRECCIÓN: Yojiro Takita

GUIÓN: Kundo Koyama

FOTOGRAFÍA: Takeshi Hamada

MÚSICA: Joe Hisaishi

PRODUCCIÓN: Toshiaki Nakazawa y Toshihisa Watai

INTÉRPRETES: Masahiro Motoki, Tsutomu Yamazaki, Ryoko Hirosue, Kimiko Yo, Takashi Sasano, Kazuko Yoshiyuki

En el nº 2.668 de Vida Nueva.

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