José María Rodríguez Olaizola: “Hay que usar un lenguaje que entiendan todos”

Animador de pastoral universitaria

rodriguez-olaizola(Maite López) La Compañía de Jesús, siendo una de las congregaciones religiosas más consolidadas y extendidas por el mundo, da cabida a muy distinto tipo de personas y apostolados. Siempre se ha caracterizado por una espiritualidad del seguimiento, un fuerte compromiso social, una presencia cultural significativa y, sobre todo, por una evangelización encarnada y diversificada que responde a las necesidades de cada momento. Por esas y otras razones, ser jesuita hoy en día debe ser una aventura apasionante. Y si no, que se lo pregunten a José María Rodríguez Olaizola, ovetense de 39 años y licenciado en Sociología por la Universidad de Salamanca y en Teología por las universidades Comillas de Madrid y Berkeley (California), donde se especializó en Sociología de la religión.

Algunas de las experiencias pastorales que ha puesto en marcha están siendo particularmente significativas. Es el caso de la llamada “misa de nueve y cuarto”. Desde hace unos diez años, en Valladolid, y al cobijo de una comunidad de jesuitas, se reúnen cerca de mil personas cada domingo para celebrar la eucaristía. Hay gente de todas las edades (un 30% de jóvenes, un bloque grande de entre 30 y 50 años, y otro 20% de personas de más edad); en estos tiempos no deja de ser una fidelidad poco común.

La música, clave

Cuando se le pregunta por el éxito de esta eucaristía, Jose María comenta: “El coro (en torno a 40 personas) ayuda muchísimo. Es variado, ensayamos una hora antes de la eucaristía. Además, toda la gente tiene una hoja con las lecturas y las canciones y, a medida que las va aprendiendo, semana a semana, las va cantando”.

En estos días ve la luz el disco Esencia de todo, interpretado por algunos de estos jóvenes, con canciones propias del repertorio de “las nueve y cuarto” y del que José María es coordinador y autor de varios temas. Pero no sólo la música es clave en esta celebración dominical: “Lo bonito es que también en torno a ese encuentro van surgiendo otras actividades: propuestas de pastoral con universitarios o jóvenes adultos, propuestas de voluntariado… Así se va tejiendo una red muy sólida de vida, fe, celebración y encuentro”.

José María, como buen jesuita, disfruta de un modo especial con el acompañamiento (proceso de discernimiento, para ser más exactos) y facilitando el encuentro con Jesús a través de los ejercicios espirituales. La sabiduría acumulada y el trabajo con todo tipo de personas se están decantando en la capacidad de escribir con un lenguaje profundo y actual a la vez: “Me encanta escribir. Hay algo que he descubierto en los últimos años, y es que se puede transmitir mucho con la palabra. Creo que el libro religioso aporta claves, inquietudes, alguna respuesta, más preguntas… Y por eso pienso que es más que necesario”.

El fruto de esta inquietud literaria es abundante y concentrado: En tierra de Nadie y Un mapa de Dios (Sal Terrae, 2006); Ignacio de Loyola. Nunca Solo (San Pablo, 2006); La alegría, también de noche y Contemplaciones de papel (Sal Terrae, 2008) y su último libro, Peregrinar, por fuera y por dentro (Sal Terrae, 2009). Como columnista y ensayista escribe, además, en Vida Nueva, en la revista Sal Terrae y en pastoralsj.

Éste último es uno de los proyectos más audaces en los que José María tiene la responsabilidad directa. Este www.pastoralsj.org, el portal de Pastoral Juvenil de su provincia, cuenta con varias secciones que suscitan gran interés: Reflexión, Oración, Para leer, Para pensar, Música, Humor o Mirada al mundo. “El equipo básico es pequeño, y es todo muy amateur, pues lo vamos sacando en el tiempo libre. Cuatro jesuitas llevamos la edición y maquetación de la página, con responsables de las distintas secciones, algunos de ellos jesuitas y otros laicos. Luego hay un grupo de unos 25 colaboradores, hombres y mujeres, todos jóvenes y de procedencias distintas”. Uno de sus atractivos es “hablar de cuestiones existenciales y religiosas en un lenguaje que todo el mundo entiende como suyo”.

Estas formas tan variadas de evangelizar no están reñidas entre sí. Según José María, es posible mantener la riqueza de los distintos tipos de lenguaje: “El libro, lejos de estar obsoleto, es distinto de Internet, y en ese sentido, posiblemente complementario. La ventaja de Internet es que es más accesible y más breve, con lo que llega muy bien y se difunde mucho. Lo que ocurre es que los libros permiten profundizar y aportan más perspectivas, y eso es algo muy necesario hoy”.

En esencia

Una película: Solas, de Benito Zambrano.

Un libro: Obras incompletas, de Gloria Fuertes.

Una canción: You were always on my mind, de Elvis Presley.

Un rincón del mundo: el Patio Chico de Salamanca.

Un deseo frustrado: saber solfeo y tocar bien un instrumento musical.

Un recuerdo de la infancia: muchos momentos con mis amigos del colegio.

Una aspiración: escribir para ayudar.

Una persona: Pedro Arrupe.

La última alegría: los últimos votos de mi amigo Nacho.

La mayor tristeza: la muerte de Isi.

Un sueño: que el amor sea evangélico.

Un regalo: un buen abrazo.

Un valor: dos, la fidelidad y la justicia.

Me gustaría que me recordasen por… ser buena gente.

mtlopez@vidanueva.es

En el nº 2.665 de Vida Nueva.

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