Roma ve positivo el mensaje de Obama al mundo árabe

Las palabras del presidente estadounidense coinciden en muchos puntos con el discurso de Benedicto XVI

obama-en-un-discurso(Antonio Pelayo– Roma) La Santa Sede no ha emitido públicamente opinión alguna sobre el discurso de El Cairo pronunciado, el 4 de junio, por el presidente norteamericano Barack H. Obama, en la Universidad de Al-Azhar de la capital egipcia. No suele hacerlo en casos semejantes, pero eso no quiere decir que en la Secretaría de Estado no se lo hayan leído de cabo a rabo y lo hayan analizado en sus menores detalles, y que el resumen de esos análisis y de los comentarios suscitados por el discurso en el mundo entero no hayan llegado a la mesa del Papa. Nos consta que es así.

Hemos prestado -se nos ha dicho- especial atención a las reacciones que las palabras y los pronunciamientos de Obama han suscitado en los países más influyentes del mundo islámico y árabe; nuestras nunciaturas, entre otras, de El Cairo, Teherán, Bagdad, Yakarta, Damasco, Beirut, Rabat, Argel, Nigeria, Emiratos Árabes, Jordania, Pakistán, Washington y París, así como el observador permanente ante la ONU y el delegado apostólico en Jerusalén, nos han enviado sus informes, y de la síntesis de los mismos sale una valoración globalmente positiva y esperanzadora que es también la nuestra”.

Siete temas clave

En todo caso, L’Osservatore Romano, en su edición con fecha del viernes 5 de junio, le dedicaba una buena parte de su primera página y el mayor titular, “El Islam, una parte de América”, con una foto en gran tamaño donde aparecían el presidente Obama y la secretaria de Estado Hillary Clinton durante su visita a la Mezquita del Sultán Hassan. Son síntomas claros de que el discurso del presidente de los Estados Unidos había producido una primera opinión positiva.

No tiene nada de sorprendente, por otra parte, porque sobre los siete puntos principales tocados por el inquilino de la Casa Blanca ante su auditorio (la lucha contra el extremismo, el problema israelo-palestino, la cuestión nuclear iraní, la promoción de la democracia, la libertad religiosa, los derechos del sexo femenino, el desarrollo económico) se constatan sensibles coincidencias con los puntos de vista de la Santa Sede, expuestos algunos de ellos personalmente por Benedicto XVI en su reciente visita a Tierra Santa.

Tanto el Papa como el presidente norteamericano han abogado por la solución de dos estados soberanos -uno judío y otro palestino- (“La única solución -dijo Obama- consiste en responder a las aspiraciones de unos y otros creando dos estados en los que israelíes y palestinos vivan en paz y seguridad”). Especialmente evidente, su convergencia sobre el tema de la libertad religiosa. “La libertad de religión -aseguró el presidente de EE.UU.- juega un papel crucial para permitir que las gentes vivan en armonía. Debemos examinar siempre los modos con que la defendemos”. Coincidencia absoluta con las palabras conclusivas del presidente, que después de citar la Biblia, el Corán y el Talmud, dijo: “Los pueblos del mundo saben vivir juntos en paz. Sepan que ésta es la voluntad de Dios y que ésta será nuestra tarea en la tierra”.

Estas coincidencias sobre cuestiones fundamentales son muy importantes de cara, también, a la entrevista que el Santo Padre y el presidente estadounidense mantendrán en la primera quincena de julio, cuando Obama acuda a las sesiones del G-8 que se celebrarán en L’Aquila y que permitirá a los dos hombres conocerse personalmente y establecer una relación más cercana. Ésta no tiene por qué estar basada en la absoluta y total identidad de puntos de vista sobre problemas a veces muy complejos. “Una cercanía -nos dice nuestra fuente, que desea permanecer anónima- de ese tipo es utópica y no se ha realizado nunca, ni en los momentos en que Washington y Roma estuvieron más cerca, en sucesivas ocasiones del pontificado de Juan Pablo II y de las presidencias de Ronald Reagan o Bush padre y Bush hijo”.

sacerdotes-de-espaldasSerá muy difícil que para entonces ya haya entrado en funciones el nuevo embajador norteamericano ante la Santa Sede, el teólogo hispano Miguel H. Díaz, que debe recibir antes la aprobación del Senado en Washington. En todo caso, la elección de ese candidato ha sido muy bien acogida en el Vaticano y el primero en expresar su satisfacción fue el nuncio apostólico en Washington, Pietro Sambi.

Tema delicado y doloroso si los hay es el de la reducción de los sacerdotes al estado laical, que ahora ha vuelto a las páginas de algunos periódicos. La causa de ese retorno es la existencia de una carta del cardenal Claudio Hummes a los obispos del mundo, en la que el prefecto de la Congregación para el Clero dicta unas normas sobre cómo tratar algunos casos de sacerdotes que son causa de escándalo para los fieles, por vivir más o menos públicamente como concubinos y frecuentemente con hijos nacidos de su relación con una mujer.

El 10 de agosto de 2005, una carta de la Secretaría de Estado ponía en manos de la Congregación para el Clero toda la praxis relativa a las dispensas de las obligaciones que se derivan del diaconado y del presbiterado (para entendernos, el celibato exigido al clero de rito latino). Ésta había sido, hasta entonces, tarea confiada a la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, y antes, a la Congregación para la Doctrina de la Fe (que siguen tratando los casos individuales anteriores a esa fecha o, en el caso de esta última, los escándalos ligados a los abusos de menores).

Desde que llegó a la Congregación del Clero, el cardenal brasileño ha dedicado muchas horas a intentar agilizar en lo posible los tiempos de los procesos, buscando siempre el mayor bien de las almas, y comenzando por las de los sacerdotes que han interrumpido su fidelidad al celibato sacerdotal. Logró, por ejemplo, que el Papa suprimiera la barrera de los cuarenta años de edad que antes se exigía para conceder las llamadas ‘secularizaciones’.

Reducción al estado laical

La carta a la que hacemos alusión (cuyo texto no hemos podido tener en nuestras manos) se refiere a aquellos casos en que los sacerdotes -que viven, de hecho, de forma concubinaria más o menos estable y pública y que han creado una familia sui generis con el consiguiente escándalo de los fieles- puedan ser reducidos al estado laical aunque no lo hayan solicitado. Un especialista nos hace observar que se vuelve, en cierto modo, a una praxis vigente en el viejo Código de Derecho Canónico de 1917 (que preveía este tipo de acción del ordinario contra el presbítero in poenam. Lo que el cardenal notifica a los obispos es que, por concesión de Benedicto XVI, el paso al estado laical puede ser más rápido cuando el sacerdote vive con una mujer, cuando ha abandonado su ministerio desde hace por lo menos cinco años, o si se ha visto envuelto en “graves escándalos” (excluidos los de la pedofilia, reservados al ex Santo Oficio, como ya hemos dicho). “Si el que abandona el ministerio no está interesado en regularizar su situación -se afirma-, el bien de la Iglesia, el bien del sacerdote que ha cejado el ministerio es que se le conceda la dispensa para que pueda encontrar una situación correcta, sobre todo si tiene hijos (…). Ayudar a estas personas es una de las razones por las que se han puesto en marcha los nuevos procedimientos. En estos casos, la iniciativa es del obispo”.

Por último, la Prefectura de la Casa Pontificia ha comunicado que del 13 al 29 de julio Joseph Ratzinger pasará sus vacaciones en la residencia de Les Combes en la localidad de Introd (Valle de Aosta). Se trata de un lugar encantador donde ya Karol Wojtyla transcurrió muchas de sus vacaciones y donde los salesianos le construyeron un chalet adaptado a sus problemas y necesidades motrices. Será el mismo que utilizará Benedicto XVI, como ya hizo en los años 2005 y 2006.

CAMBIOS EFECTIVOS Y OTROS PREVISTOS

staffordbaldelliCon fecha de 2 de junio se hizo pública la aceptación, por parte del Papa, de la renuncia del cardenal James Francis Stafford a su cargo de penitenciario mayor de la Iglesia. Para sustituirle, ha sido llamado a Roma Fortunato Baldelli, hasta ahora nuncio en París. La noticia ya fue anticipada en su día por el vaticanista de Il Giornale, nuestro colega Andrea Tornielli, que el mismo día anunciaba la posible llegada al puesto de secretario de la Congregación para los Obispos del actual nuncio en Madrid, Manuel Monteiro de Castro. “No ha sido aún decidido -se curaba en salud el periodista-, pero podría llegar”; nos limitamos a recoger el rumor y a indicar su fuente. Monteiro sustituiría a Francesco Monterisi, de quien se dice, a su vez, que sucedería al cardenal Andrea Cordero Lanza di Montezemolo como arcipreste de la Basílica de San Pablo Extramuros. En cualquier caso, no antes de que finalice el Año Paulino.

apelayo@vidanueva.es 

En el nº 2.664 de Vida Nueva.

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