Emmanuel III Delly: “Rezad por nosotros iraquíes”

Patriarca de Bagdad

emmanuel-iii-delly(Darío Menor– Roma) Desde que el 13 de marzo de 2003 comenzaron los bombardeos estadounidenses sobre Irak, la guerra ha dejado entre 92.133 y 100.591 iraquíes muertos, según el recuento del proyecto humanitario iraqbodycount.org/. El conflicto ha obligado a más de cuatro millones de personas a dejar sus hogares. Muchos de estos refugiados han acabado en campamentos en las naciones limítrofes. Otros han emprendido viajes más largos y viven hoy en lugares como Canadá, Suecia o Nueva Zelanda.

Desde el inicio de su pontificado, Irak ha sido uno de los epicentros en las preocupaciones de Benedicto XVI. Además de sus múltiples llamamientos para que cesen las hostilidades, el Papa subrayó su deseo de paz al crear cardenal, en noviembre de 2007, a Emmanuel III Delly, patriarca de Babilonia de los Caldeos, la comunidad cristiana iraquí de rito oriental y fiel a Roma. En su reciente peregrinación a Tierra Santa, el Pontífice ha vuelto a mostrar su inquietud por el país y su minoría cristiana, al pedir a la comunidad internacional que siga “promoviendo la paz y la reconciliación” en Irak. Luego se refirió a los caldeos: “Una vez más, pido con insistencia que se asegure a esta antigua comunidad cristiana una coexistencia pacífica con sus conciudadanos”. 

Para Delly, la sola presencia del Papa en Oriente Medio era ya importante. “Nos ha honrado con su visita”, dice a Vida Nueva en una de las escasas entrevistas que concede. El insistente respaldo de Benedicto XVI anima al cardenal, que al hablar de la situación de su país se niega a hacer distinciones entre cristianos y musulmanes. Aunque hace sólo poco más de un año del secuestro y asesinato del arzobispo de Mosul, Faraj Rahho, Delly rechaza que su comunidad sufra una persecución religiosa: considera que está corriendo la misma suerte que “sus hermanos musulmanes” iraquíes.

‘La situación mejora’

La paulatina retirada de las tropas estadounidenses, que abandonarán las zonas urbanas antes del verano y dejarán completamente el país a finales de 2011, muestra que la violencia va remitiendo. “La situación es mejor que hace un año”, confirma el patriarca. Con la esperanza de retomar sus vidas, muchos de los refugiados están volviendo. Este retorno hace que reflorezca la comunidad caldea, que ha visto cómo cerca de un 30% de su millón de miembros dejaba el país. 

Irak va poco a poco retomando la normalidad. ¿Cómo es hoy la situación de los caldeos iraquíes?

Es mejor que me pregunte por cómo estamos todos los iraquíes. No hay diferencias entre nosotros. La violencia y las bombas nos afectan a todos. Cuando estalla una bomba mata tanto a los musulmanes como a los cristianos. En cualquier caso, la situación es hoy mejor que hace un año y tiene un buen desarrollo. Se van reduciendo los atentados, aunque pedimos la ayuda y la oración de todos para que podamos vivir en paz. 

¿Piensa que será positiva la próxima retirada de los soldados estadounidenses del país?

No lo sé, no soy dueño del futuro. Todo está en las manos de Dios. 

Durante el reciente viaje de Benedicto XVI a Tierra Santa, usted mantuvo un encuentro con él. ¿Qué le parecieron las palabras que el Pontífice dedicó a su país?

Hemos sido honrados con la visita del Santo Padre a Tierra Santa, lo que ha supuesto un gran apoyo a todos los cristianos de Oriente Medio. Benedicto XVI tuvo palabras de aliento para los cristianos de la región, para todos los iraquíes y para todo el mundo. En su discurso mostró su profundo deseo para que la paz reine en el mundo. 

La zona del Kurdistán, en el norte del país, goza de un estado de semi-independencia. ¿Es allí la vida más fácil?

Irak es un solo país, desde el norte hasta el sur, de oriente a occidente. Igual que no debemos hablar de diferencias entre cristianos y musulmanes, tampoco debemos hacer distinciones geográficas. Irak es un solo país y la situación es la misma para todos. 

¿Cuál es hoy el sentimiento de los iraquíes hacia Europa y Occidente? ¿Se sienten olvidados y traicionados?

Los iraquíes no se sienten olvidados, pero piden que recen por ellos. 

El número de cristianos de Oriente Medio disminuye cada año. ¿Existe el riesgo de que finalmente desaparezcan de esta región?

De nuevo, no soy profeta del futuro. Confiamos en Dios. 

¿Qué mensaje final le gustaría dejar a los católicos hispanohablantes?

Rezad por nosotros. Recemos todos por el prójimo para que el Señor sea loado y adorado por todos. 

dmenor@vidanueva.es 

En el nº 2.663 de Vida Nueva.

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