Una luz para salir de las rutinas

En Sevilla, la comunidad de Taizé anima a los jóvenes a superar cualquier barrera

taize-1(José Miguel de Haro) ¡Ah, ese Taizé siempre nuevo! El sábado 9 de mayo, la Iglesia del Salvador de Sevilla estaba llena hasta los topes de jóvenes (algunos se quedaron en la plaza porque no encontraron sitio). Era el encuentro de Taizé, la Peregrinación de Confianza a través de la Tierra, con la propuesta ¡Vivir lo inesperado! Era emocionante ver a los hermanos de Taizé, en una gozosa sencillez, orando junto a una multitud de jóvenes, y entre la belleza de los iconos decorados con naranjas y bajo un dosel rojo al fondo del altar, la Virgen del Rocío. Imagen elocuente por sí misma. Es la anécdota que ayuda a comprender hasta qué punto esta comunidad de Taizé está dispuesta a vivir lo inesperado, a acoger a los jóvenes en su propia realidad.

taize-2Desde hacía meses, la Pastoral Juvenil de la Diócesis de Sevilla, al frente de la cual está su delegado Adrián Ríos, preparaba con predilección este encuentro abierto a los chavales de Andalucía y Portugal. Más de 2.000 (300 de ellos del país vecino) respondieron.

Todo había nacido con motivo de una visita de Carlos Amigo a Taizé -está bien que un cardenal se pase por allí para rezar y dejarse interpelar por los muchachos-. Amigo invitó a la comunidad a preparar una etapa de la Peregrinación de Confianza a través de la Tierra en la archidiócesis. Ellos aceptaron y todo se puso en marcha: visitas, reuniones, formación de equipos de trabajo, sugerencias… Se acabaron implicando todos los grupos de jóvenes de la ciudad, que calificaron estos momentos de preparación como “un regalo rico en experiencias de fraternidad”.

taize-3Los más de 2.000 participantes se repartieron en 45 ‘puntos de acogida’, entre familias, parroquias, colegios y congregaciones religiosas. Los hermanos de Taizé han hecho un buen trabajo para aunar los distintos grupos, tanto los de la pastoral diocesana como los religiosos, y en este fin de semana se ha manifestado que es posible encontrarse, dialogar, conocerse, orar y generar esperanza juntos desde la pluralidad.

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Clara, valenciana de 22 años, fue acogida en ‘Villa Teresita’, una comunidad de tres hermanas que trabajan con mujeres de la calle. “Estos tres días he podido descubrir a estas mujeres tan fuertes, mujeres que lo han pasado muy mal, pero que ahora ríen con cara de esperanza”, narraba. Alberto, sevillano que acudió invitado por su grupo de la parroquia de los capuchinos terciarios, se quedaba sin palabras: “En los talleres he encontrado a gente como tú o como yo, y no lo esperaba, la verdad. He conocido a un portugués que ha venido solo después de cinco horas de viaje, y lo ves y no entiendes por qué ha venido. La gente te transmite algo que no puedo expresar”.

taize-4Durante estas tres jornadas, bien a pie, desde Triana hasta la Iglesia del Salvador, pasando por la Catedral, o bien en los nuevos medios de transporte -el tranvía o en el metro- hasta el barrio del Nervión, todo se llenó de chavales que iban y venían a la oración, a los talleres o a alguna de las parroquias que se han implicado en el encuentro. Un grupo de unos 100 pudo participar en el taller que impartió el actual prior de la comunidad de Taizé. Con sencillez, el hermano Alois les aseguró que “no llegamos a comprender cuál es el futuro de la Iglesia”, y que por eso “no queremos dar respuestas, sino acompañar”, buscando en la Escritura “una fuente de confianza”. “Mejor no soñar con una realidad que no esté en la lógica de la encarnación, porque asumir nuestra humanidad nos ayuda a descubrir que podemos ir más allá”, añadió.

taize-5A lo largo de todo el encuentro se ha palpado un interés por saber cuál es la prioridad actual en la pastoral juvenil, desde qué claves hay que trabajar. Sobre esto, el hermano Alois repitió lo que un día el hermano Roger dijo al papa Pablo VI: “En Taizé no tenemos ninguna clave para la pastoral con jóvenes”. Sin embargo, poco a poco sí fueron apareciendo pequeñas intuiciones. Uno de los asistentes fue explícito: “¿Cuáles serían esas pequeñas claves?”. Y el hermano Alois enumeró: atreverse a experimentar; salir de las rutinas; conseguir que la Palabra de Dios sea asequible, comprensible; cuidar la escucha, la atención que prestamos a cada persona; el acompañamiento personal, no dejar sin referencias al joven que busca; dedicar tiempo a la generosidad. Igualmente, que la iglesia sea no sólo un templo al que ir a rezar, sino un lugar de amistad, para encontrarnos con los demás; que no se hable siempre de problemas, y que no se transmita estrés, sino a Jesús. Y aun añadió: confiar en los jóvenes, en el don de la otra persona, facilitando que ese don se pueda expresar; ellos descubren sus dones cuando se les da responsabilidad.

taize-6De una especial belleza estuvo marcada la oración del sábado por la noche en la catedral. Tras los textos de la Resurrección de Jesús y de un hondo silencio, el hermano Alois y el cardenal Amigo, tomaron la luz del cirio pascual y la repartieron entre la multitud de asistentes.

¿Qué podemos hacer frente a la complejidad de los problemas que nos rodean? La pobreza, el desempleo, las injusticias, las personas obligadas a emigrar de su tierra, la desconfianza entre las personas o entre los pueblos…”, enumeraba el prior de Taizé durante su meditación. “¡Vayamos hacia los otros! -exhortó él mismo-. ¡Superemos las barreras de nuestra sociedad! ¡Acerquémonos a aquéllos que sufren! ¡Visitemos a aquéllos que han sido dejados de lado! Allí donde estemos, busquemos los gestos que podemos realizar en situaciones de desamparo. Y descubriremos la presencia de Cristo allá donde no lo hubiéramos esperado. Resucitado, Él está aquí, en medio de la humanidad. Él nos precede en los caminos de la compasión. Él nos regala vivir lo inesperado”.

taize-7A continuación, también Amigo quiso dirigir unas palabras. Cuando tras el silencio y los cantos los fieles se disponían a marchar para finalizar así la oración, los jóvenes elevaron sus pequeñas velas, de modo que surgió una espontánea alfombra de luz. Y la luz se hizo cada vez más visible, al tiempo que se cantaba “El alma que anda en mi amor ni cansa ni se cansa”. El cardenal y hermano Alois empezaron a caminar pausadamente. Se percibió una especial conexión entre los jóvenes y estos dos hombres de Iglesia. El espectador que podía contemplar la secuencia a una cierta distancia acababa comprendiendo que, cuando los hombres de Iglesia ofrecen a la comunidad la luz de Cristo, inesperadamente ellos mismos son iluminados en su caminar, sorprendidos, por esta luz alzada generosamente por el pueblo de Dios que también son los muchachos.

Si es verdad que en la oración es Dios quien hace y no yo, y si el silencio significa que estoy dejando que “Otro hable… que yo espero”, este fin de semana del 8 al 10 de mayo en Sevilla Alguien muy esperado ha abierto un camino para muchos jóvenes.

Claves para vivir lo inesperado

Uno de los espacios más importantes del encuentro de la comunidad de Taizé en Sevilla han sido los talleres que se desarrollaron durante la mañana y la tarde del sábado y que profundizaban el lema del encuentro desde la realidad local, ‘¡Vivir lo inesperado!’ Los modos en que se ha de vivir, las claves propuestas sobre cómo hay que afrontar ese reto, fueron:

  • A la intemperie, teniendo como único techo el cielo, porque lo inesperado se encuentra cada día con las personas que no tienen lugar donde resguardarse y su casa son las calles de la ciudad donde vivimos.
  • A través de la danza contemplativa, porque es posible entrar en oración con Dios a través de los movimientos de nuestro cuerpo.
  • En nuestra ciudad, porque el asombro se puede encontrar al doblar la esquina de una calle.
  • En una hermandad, porque en Sevilla las hay que, junto a una experiencia de fe, desarrollan una obra social. Hermandades de la ciudad de Sevilla y un grupo de Cáritas han creado un servicio de distribución de alimentos de bajo coste, el llamado ‘Economato Social’, donde personas con problemas económicos pueden adquirir, a un 25% del precio de mercado, alimentos y productos de limpieza. La diferencia de coste es cubierta por las Hermandades, que también facilitan voluntarios para que la iniciativa salga adelante.
  • En la clausura, porque Dios nos sale al encuentro también en el silencio meditativo y la contemplación.
  • En la Biblia, a través de su lectura y reflexión y de nuestra respuesta.
  • En el despertar de los más pequeños, cuando se educa a los más pequeños en circunstancias de exclusión social a través del deporte.

En el nº 2.661 de Vida Nueva.

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