(Maite López Martínez) Una de las mejores inversiones (nunca mejor dicho) que una institución puede hacer es confiar, apostar y creer en artistas, buenos artistas, que sepan decir lo que desea comunicar al mundo. Un grupo, movimiento o comunidad educativa que cuente entre sus miembros con alguno de ellos puede considerarse muy afortunada. El colegio Paraíso de los Sagrados Corazones de Madrid está de enhorabuena y, con él, dicha congregación en España, gracias al autor de uno de los himnos más originales y actuales que se han compuesto últimamente. Dejando huella es la canción que recientemente se ha presentado dedicada al fundador.
Su autor, Rafa Sánchez, es un cualificado cantautor que para muchos, dentro de los ambientes eclesiales, empezó a sonar por su candidatura a representante de nuestro país en la última edición de Eurovisión. Detrás de esta anécdota se esconde un hombre comprometido con una de las causas más nobles que existen (la educación) y con dotes especiales para componer canciones simpáticas, dinámicas y que llegan al corazón. “Siento que mi música es alegre, vital y sincera. Nace de la vida y del modo de mirar la realidad de las cosas que pasan. También está atravesada por la conciencia de la fragilidad de las personas y la mía propia, así como de la presencia del ‘Dios de las pequeñas cosas'”. La canción rezuma cariño, comunión y admiración hacia el P. Damián de Molokai, y ha sido encargada por la Comisión de los Sagrados Corazones para la canonización del padre Damián (el llamado “mártir de la lepra”) y para ser el himno oficial de dicho evento. El tema, además, formará parte de un disco que se llamará Cáscaras de naranja y que promete ser una pequeña joya henchida de valores, ritmo y buena música. La canción se puede disfrutar ya (su letra y su música) en www.padredamian.com
En el nº 2.658 de Vida Nueva.
