Poco ruido y “muchas nueces”

monja-sale-de-un-edificio(Luis Alberto Gonzalo-Díez, cmf) Este rincón dedicado a la vida consagrada nace estos días fuera de España. La distancia da objetividad, aunque te oculta muchos datos, siempre necesarios en algo que quiera tener cierto tono de noticia.No creo que la vida consagrada se juegue su ser por estar en los blogs, pero no me ha quedado más remedio que ojear, leer y releer… A ver qué pasa, me he dicho.Francamente, no pasa mucho. O será, tal vez, que los medios de comunicación no lo reflejan.

Por ejemplo, pasa que los religiosos están, esta temporada, metidos de lleno en la preparación de la vivencia de la Semana Santa en los colegios. Muchos grupos de jóvenes, alentados por consagrados, están discurriendo, planeando y orando para que la Semana Santa del 2009 sea en sus vidas acontecimiento. Otro tanto se puede decir de las parroquias animadas por consagrados. En todas, el tramo final de la Cuaresma está siendo intenso y se prevé una Semana Santa con vida. Me llegan noticias de los monasterios. La vida contemplativa sabe que su lección es lenta, pero imprescindible… Las hospederías están prácticamente llenas. Grupos de conocidos, y otros sin conocerse, están esperando unos días de silencio para vivir en compañía del Maestro… Esta es la previsión a medio plazo.  

Codo a codo

Si vamos a lo inmediato, descubrimos que los consagrados están en su Iglesia local, codo a codo, con otras formas de vida, despidiendo a su Pastor, o celebrando el aniversario de su ordenación, reivindicando el valor de la vida, ofreciendo formación a las cofradías y ONG a las que están vinculados, o en ejercicios espirituales… (Sí, el 99,9 por ciento de los consagrados de España, dedica unos cuantos días cada año a pararse, esperar y escuchar qué quiere Él). 

Si pensamos en lo que está por venir, vemos que hay unas cuantas congregaciones que están preparando sus capítulos generales o provinciales (dominicos, escolapios, trinitarios, maristas, claretianos y franciscanos, por ejemplo), y dos instituciones feme- ninas muy numerosas que ya los han celebrado: las salesianas y las religiosas de Teresa de Calcuta, que acaban de concluirlo sin sobresaltos y con nuevas expectativas para las más de 5.000 consagradas que tiene esta joven familia. 

También vemos que está muy próxima ya la Semana XXXVIII de Vida Consagrada con la carta que san Pablo dirige a los consagrados y, queda menos, para el encuentro-congreso sobre medios de comunicación promovido por la CONFER. Encontré alguna referencia a la semana de vida consagrada. Pocas noticias sobre la profunda reflexión y ocupación de las distintas congregaciones para entender el momento presente y la urgente adecuación de las estructuras a la realidad evangelizadora de nuestro país. El titular de la vida consagrada es, sin duda, reorganización. No sólo geográfica y jurídica, sino espiritual. Es una mística imprescindible para la nueva realidad. Algo así como la puesta en práctica de una reflexión sopesada y coherente que las distintas instituciones vienen realizando desde finales de los 70. La oportunidad exige creatividad y firmeza. Algunos ya hemos vivido un primer paso, y todo indica que con acierto, porque hay signos de nuevo mordiente evangelizador, agilidad pastoral y reafirmación comunitaria. Jesuitas y Vedrunas, por citar sólo algunos, ofrecen un trabajo sereno y decidido de lo que significa poner en sintonía de actualidad sus instituciones… 

Con esta “lluvia de vida”, para algunos, la información sobre los consagrados se ciñe a si “son de Pablo o Apolo”, “alguno o alguna dijo, hizo o estuvo…” o “son viejos y mira como visten”. Valoraciones que recuerdan a aquella anciana que protestaba porque el cura de su parroquia era mayor, siendo bastante más joven que ella. Es la parte por el todo que mueve y motiva la lengua y anima la murmuración… pero que no informa de dónde están y qué hacen los consagrados.

MIRADA CON LUPA

Poco ruido y muchas nueces. Hay mucha creatividad en la vida consagrada. No estamos guardando los muebles, los estamos arriesgando. No hay signos alarmantes de descentramiento, pero sí de cierto miedo… ¿A quién?, o ¿a qué?. El signo de vida de los consagrados es estar en la frontera y el límite, pero también en la normalidad y el silencio… Una buena Pascua se llevará los miedos para traer nuevas esperanzas. Las que ya tenemos. Como bien afirma un buen amigo y hermano: “La vida religiosa ‘apostólica’ no pretende ser valorada por sus estructuras sagradas, sino -sobre todo- por la caridad volcada en obras de misericordia”.

lagonzalez@vidanueva.es 

En el nº 2.655 de Vida Nueva.

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