El Vaticano detalla el programa del viaje a Tierra Santa en mayo

Benedicto XVI se encontrará con los principales líderes religiosos y políticos de Jordania, Israel y Palestina

el-papa-en-una-misa(Antonio Pelayo– Roma) Tres días después de que Benedicto XVI regresara de su viaje a África, la Sala de Prensa de la Santa Sede hizo público el programa detallado de su visita a Tierra Santa, del 8 al 15 de mayo en tres etapas sucesivas: Jordania, Israel y los territorios palestinos. Es un programa casi calcado del que llevó a cabo Juan Pablo II del 20 al 26 de marzo de 2000, con algunas novedades.

La estancia en Jordania durará tres días, en vez de dos -del viernes 8 al 11- y en ella se ha incluido una visita a la mezquita Al-Hussein Bin-Talal, erigida en honor del difunto rey de la dinastía hachemita y padre del actual soberano Abdalá II. Allí mantendrá un encuentro con los responsables de la comunidad musulmana del país, que es mayoritaria, con más de un 90% de seguidores respecto a la población total. El domingo por la tarde, después de la Misa en el estadio de la capital jordana, visitará la llamada Betania de Cisjordania, donde la tradición sitúa el bautismo de Cristo, en las aguas del Jordán, y bendecirá las primeras piedras de dos nuevas iglesias, una de rito latino y otra de rito greco-melquita, antes de regresar a la Nunciatura Apostólica, donde pernoctará.

El lunes 11 a mediodía, el Papa llegará al aeropuerto Ben Gurion de Tel Aviv, dirigiéndose después a Jerusalén, donde ese mismo día por la tarde tendrá lugar su encuentro oficial con el presidente del Estado de Israel, Simon Peres, y la visita al memorial de Yad Vashem para rendir un homenaje a las víctimas del Holocausto, pero no entrará en el Museo, que exhibe desde 2005 una fotografía de Pío XII con un comentario que la Iglesia católica considera ofensivo. El discurso que pronunciará en esta ocasión es considerado por todos los observadores como muy importante, dados los últimos “incidentes” provocados en el diálogo judío-católico por la suspensión de la excomunión al negacionista obispo lefebvrista Richard Williamson.

El día 12 irá a la Explanada de las Mezquitas, donde mantendrá un encuentro con el Gran Muftí de la ciudad. Acto seguido, descenderá al Muro de las Lamentaciones y será recibido en el Centro Hechal Shlomo por los dos Grandes Rabinos, el asquenazí y el sefardí. Esta vez no se celebrará una Misa en el Cenáculo, sustituida con el rezo del Angelus, al mediodía, junto a todos los obispos ordinarios de Tierra Santa, en compañía de los cuales almorzará en la sede del Patriarcado Latino. Por la tarde presidirá una Eucaristía en el Valle de Josafat.

A primeras horas del miércoles 13 atravesará el confín entre Israel y los territorios autónomos palestinos y se dirigirá a Belén, donde celebrará una misa en la llamada Plaza del Pesebre que se abre delante de la Basílica. Después de una visita privada a la iglesia de la Natividad, dirigirá sus pasos a un hospital infantil y al campo de refugiados de Aida (Karol Wojtyla hizo lo mismo en Dheisheh), antes de ser recibido en el Palacio presidencial de Belén por el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas.

Toda la jornada de día 14 la pasará en Nazaret, la principal ciudad árabe cristiana en territorio israelí, donde está prevista la Misa en el llamado Monte del Precipicio. En el convento de los franciscanos recibirá, a primeras horas de la tarde, al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. Tras una breve visita a la gruta de la Anunciación, presidirá las Vísperas en la Basílica Superior, antes de regresar a la Delegación Apostólica en Jerusalén (en el programa no figuran Cafarnaún y el Monte de las Bienaventuranzas, donde Juan Pablo II celebró una emotiva misa y bendijo la ‘Domus Galileae’ del Camino Neocatecumenal en Korazim).

El último día de su estancia en Tierra Santa comenzará con un encuentro ecuménico en el Salón del Trono del Patriarcado greco-ortodoxo de Jerusalén. Luego visitará la Basílica del Santo Sepulcro y la iglesia patriarcal armeno-apostólica de Santiago, último acto del programa antes de reemprender el vuelo desde el aeropuerto de Tel Aviv con dirección Roma, donde su llegada está prevista para las primeras horas de la tarde.

Ecos de África

el-papa-con-obispos-camerunSobre su aún reciente viaje a África, Benedicto XVI hizo una primera valoración el día 29 antes del Angelus, subrayando dos aspectos que le han impresionado: “El primero es la alegría visible en los rostros de la gente, la alegría de sentirse parte de la única familia de Dios… El segundo aspecto es el fuerte sentido de lo sagrado que se respiraba en las celebraciones litúrgicas, característica ésta común a todos los pueblos africanos y que ha emergido, podría decirse, en todos los momentos de mi permanencia entre esas queridas poblaciones”. No hizo la más mínima alusión a las polémicas desatadas por la tendenciosa lectura que se ha hecho de sus palabras sobre el sida y el uso de los preservativos. Hay quien opina que lo haría en su discurso de la siguiente audiencia general de los miércoles y hay quien piensa que no lo hará, dando por cerrado el caso…

En el Vaticano no han sorprendido las reacciones de ciertos grupos muy activos en la defensa del preservativo como “la” solución para el problema de la difusión del virus VIH. Sí ha llamado más la atención la actitud de algunos gobiernos e instituciones internacionales. Después de que el cardenal Bagnasco, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, lamentase “la irrisión y la vulgaridad” con que han sido comentadas las palabras del Pontífice, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores francés volvió a repetir la tesis de su ministro, Bernard Kouchner: “No hemos dicho que el preservativo sea la única solución del problema. Hay otras: la asistencia médica, la social, los test para detectar la presencia del virus, el apoyo psicológico. Pero el preservativo forma parte de esas respuestas. Todos los discursos que van en dirección contraria, sobre todo si son mantenidos por personas de enorme influencia, van contra el interés de la salud pública”. En una carta abierta publicada en Le Monde (25 de marzo), varios especialistas en la lucha contra el sida -entre ellos, la premio Nobel de Medicina Françoise Barré Sinoussi– lamentaban las declaraciones del Papa, “que tendrán efectos dramáticos y que, estamos seguros, marcarán vuestro pontificado. Todavía hay tiempo de que vuelva sobre sus palabras para bien de los hombres y mujeres de África y del mundo entero”.

Reacción de los obispos

protesta-contra-preservConsidero más centrada la posición de los obispos de Camerún, que en una nota de la Conferencia Episcopal han lamentado “la desinformación de cierta prensa y en concreto de algunos medios occidentales; sólo la cuestión de los condones ha interesado a los periodistas de esos países. Los otros aspectos, sin embargo esenciales, del mensaje africano del Santo Padre sobre la pobreza, la reconciliación, la justicia y la paz han sido olvidados”. “La Iglesia -añadían- no favorece absolutamente la difusión de la enfermedad”. Igual reacción se ha producido en la mayor parte de los responsables de la acción pastoral seglar.

En favor del Papa ha salido a la palestra el fundador de San Egidio: “Sus discursos en África -ha declarado Andrea Riccardi al Corriere della Sera– han delineado un robusto programa que antes de nada pone en cuestión a Europa y a los europeos que han dado la espalda a África. Sucede así que el conformismo de la crítica va acompañado por el provincialismo, una visión localista y agitada”. El profesor de Historia se preguntaba también qué líder mundial -con excepción del presidente chino por razones de negocios- ha pasado, como Benedicto XVI, siete días seguidos en África.

MIDIENDO LAS PALABRAS

antonio-franco-y-marcuzzoComo ha subrayado el nuncio apostólico Antonio Franco, el próximo viaje de Benedicto XVI a Tierra Santa es una visita más religiosa que política. “El Papa dirá algunas palabras con implicaciones políticas -subrayó el diplomático vaticano-, pero es sobre todo una persona con fe que visita los lugares santificados por el paso terrenal de Jesús y pedirá por la paz, la unidad y la reconciliación en Oriente Medio y en el mundo entero”. Ni que decir tiene que en la Secretaría de Estado -bajo la dirección del cardenal Tarcisio Bertone– se están analizando casi minuto a minuto todas las etapas de este viaje supercomplicado y se están sopesando todas y cada una de las palabras que denunciará Joseph Ratzinger, a fin de evitar, hasta donde sea posible, todo peligro de interpretación desviada o tendenciosa.

apelayo@vidanueva.es

En el nº 2.655 de Vida Nueva.

Compartir