Oscuros instintos

A ciegas

a-ciegas(J. L. Celada) Por qué nos hemos quedado ciegos, No lo sé, quizá un día lleguemos a saber la razón. Creo que no nos quedamos ciegos, creo que estamos ciegos, Ciegos que ven, Ciegos que, viendo, no ven. Esta breve reflexión -poco ortodoxa en su puntuación pero de una lucidez aplastante- culmina y atrapa el sentido último del intenso Ensayo sobre la ceguera de José Saramago. Un espíritu que, en esencia, ha tratado de respetar y traducir a imágenes Fernando Meirelles en su versión cinematógrafica de la exitosa novela del Nobel portugués. Bajo el título A ciegas, late una fiel aunque irregular trasposición de ese original literario de corte apocalíptico acerca de los oscuros instintos que tiranizan a nuestra pretendida civilización actual.

Como en el brillante texto del veterano escritor, también aquí un grupo de personajes sin nombre ni pasado sufre y se enfrenta a la misteriosa propagación de una epidemia de “ceguera blanca” que siembra el pánico y el caos en todo el planeta. Uno tras otro experimentarán la repentina y extraña sensación de perder la vista no por la ausencia de luz, sino por el exceso de ella. Y, sumidos en esta deslumbrante oscuridad, descubrirán que todo cuanto había nublado sus ojos (y su entendimiento), como el placer, el poder…, se manifiesta ahora en forma de egoísmo, humillaciones y violencia.

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Sin embargo, en este universo sombrío y desolador -metáfora de un mundo entregado a sus pasiones más primarias- despunta la mirada responsable de la única afortunada (o desgraciada) que mantiene intacta la facultad de ver. Sus afligidas retinas se erigen en testigo secreto de la degeneración humana, pero también en abnegado lazarillo de un grupo a la deriva y, a la postre, la última esperanza de que la lucha y la solidaridad se impongan al oportunismo y la indiferencia.

Esta mujer, además, se convierte en imprescindible motor narrativo, muy especialmente en el filme, que resuelve con oficio el arriesgado desafío de mostrar unos hechos tan plásticos y rotundos, cuando la práctica totalidad de quienes los protagonizan no pueden ofrecernos su punto de vista. Aun así, el realizador brasileño sale airoso del envite, gracias -todo hay que decirlo- a la feliz contribución de la fotografía y la iluminación, cuya “descolorida luminosidad” es la mejor carta de presentación de esta parábola contemporánea.

Sólo una cosa que reprochar de A ciegas, y son ciertos desfallecimientos de guión, que se recupera -eso sí- con cada nueva vuelta de tuerca en la barbarie que nos muestra. No alcanza esta película el extraordinario grado de magnetismo que despierta la obra de Saramago, pero la angustia y el desasosiego que transmite cada plano sí son dignos herederos de ella. La literalidad, para las letras.

FICHA TÉCNICA

TÍTULO ORIGINAL: Blindness

DIRECCIÓN: Fernando Meirelles

GUIÓN: Tony Don McKellar, basado en la novela de José Saramago Ensayo sobre la ceguera

FOTOGRAFÍA: César Charlone

MÚSICA: Marco Antônio Guimarães

PRODUCCIÓN: Niv Fichman, Andrea Barata Ribeiro, Sonoko Sakai

INTÉRPRETES: Julianne Moore, Mark Ruffalo, Danny Glover, Gael García Bernal, Alice Braga

En el nº 2.654 de Vida Nueva.

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