Una revista con historia que “renace” abierta al futuro

‘Vida Nueva’ clausura los actos de su 50º aniversario mirando a América Latina

aniversario-vn-1(Texto: Victoria Lara. Fotos: Luis Medina y Sergio Cuesta) Las respuestas sobre el presente auguran un buen futuro, vino a decir el director general del Grupo SM, Javier Cortés, refiriéndose a la revista Vida Nueva durante el acto de clausura del 50º aniversario de la publicación, que tuvo lugar el pasado 12 de marzo, en el Palacio de Congresos de Madrid. Y es que la palabra “futuro”, fue una de las más pronunciadas en esta “fiesta de la familia Vida Nueva con su gente”, como la calificó el director del semanario, Juan Rubio. El evento, al que acudieron unas 300 personas, entre colaboradores, suscriptores y amigos de la revista, sirvió de broche a todo un año de celebraciones con motivo de su 50º cumpleaños.

En su intervención, el director general del Grupo SM y presidente del Consejo de Administración de la editorial PPC, se mostró convencido de que “la pregunta por el futuro es una pregunta por el presente”, y son varias las cuestiones que se planteó en voz alta: “¿Tenemos un proyecto claro y definido que nos orienta en el día a día? ¿Estamos de verdad al servicio de ese proyecto sin contaminaciones de otros intereses? ¿Somos una revista a favor o somos una revista en contra? ¿Por qué llora y por qué ríe Vida Nueva hoy? ¿Qué la hace vibrar? ¿Cuáles son sus sensibilidades? ¿Es significativa hoy? ¿Es fiable? (…) Pero hay también otro tipo de preguntas que debemos responder, más prosaicas pero no menos indispensables: ¿Es Vida Nueva económicamente rentable y, por tanto, viable de cara a ese futuro? Desde la más completa humildad pero con firmeza y determinación creo poder responder que hoy los responsables de Vida Nueva en todos sus niveles, y muy especialmente la redacción, estamos comprometidos en un presente de fidelidad, con todas nuestras limitaciones. Tenemos el proyecto claro, definido y actuante, un equipo consolidado, entregado y en constante búsqueda, embarcado en este proyecto con todas sus responsabilidades. Y además, con un nivel de rentabilidad que nos permite su viabilidad en el futuro”.

Cortés (ver intervención completa aquí) recordó, asimismo, que la revista se sustenta en una idea inicial que fue “una forma de estar en la Iglesia, de seguir a Jesús y de estar en el mundo. Por eso, porque Vida Nueva estaba enraizada en este proyecto fundamental, Vida Nueva ha sido, es y será independiente”. Un compromiso en el que también insistió durante su discurso el director general de PPC, Aurelio Matos, quien manifestó que la revista “ha sabido servir a la Iglesia de forma independiente”

Matos anunció que el proyecto de futuro de Vida Nueva mira al otro lado del Atlántico, pues aseguró que muy pronto se pondrán a la revista “acentos de América Latina”. También se felicitó por que el semanario haya logrado aunar en sus páginas los intereses de los tres colectivos fundamentales en los que se dividen sus suscriptores: clero diocesano, religiosos y religiosas y laicos.

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Por su parte, Juan Rubio, director de la publicación, puso de manifiesto que, para la revista, las celebraciones no se cierran con el acto del pasado 12 de marzo, sino que “la aventura informativa de cada semana en Vida Nueva es una pura celebración, pues vive de las grandes alegrías del periodista, como son: buscar la noticia, encontrar la noticia, escribir la noticia, verla publicada y que alguien esté comentándola mientras tomas un café en la barra del bar”. 

A continuación, recordó los tres actos más destacados que han tenido lugar a lo largo del año jubilar. Para Rubio, el primero de ellos, que se celebró en febrero de 2008 en Madrid, “nos ayudó a ver la realidad de la Iglesia española, situándonos en ella con mucha esperanza”. El evento que poco después, en mayo, tuvo Roma como escenario principal, “fue un acto entrañable, en el que recibimos un impulso eclesial importante, que nos llevó a concluir que no nos estamos equivocando, pese a que algunas veces nos quieran hacer ver que llevamos un camino erróneo”. Por último, el acto de clausura del aniversario, quiso ser, en opinión del director de la publicación, una celebración “con la gente que cada semana abre Vida Nueva y encuentra en ella lo que estaba buscando: vida, ilusión, serenidad, confianza, alegría y mucho sentido común”.

Los suscriptores fueron los principales protagonistas de este día, y así lo puso de relieve el redactor jefe de Vida Nueva, José Lorenzo, en su intervención, con la que se abrió este acto, y en la que también presentó el nº 2.652 de la revista, un especial de 100 páginas. Lorenzo tuvo un recuerdo para los que hicieron posible el nacimiento de la publicación y ya no están. Y para poner de manifiesto cuáles son los valores con los que la revista quiere identificarse, dio paso a un vídeo que resumía algunos de los más importantes: “eclesial”, “comprometida”, “solidaria”, “con vocación de futuro”, “veraz”, “libre” y “plural”, entre otros.

La profesora de la Universidad Pontificia Comillas, Isabel Romero, fue la encargada de presentar el libro Una voz, diez miradas, que recoge una serie de ‘Pliegos’ publicados durante este cincuentenario. A esas diez “miradas”, Romero añadió “las voces de las mujeres que Vida Nueva ha incorporado, difundido y amplificado a lo largo de estos 50 años”. Cinco décadas de trayectoria de la revista que asegura que han sido para ella muy especiales e intensas. Por ejemplo, recuerda cómo en la Transición española, “mi generación de compañeros en la fe fue acompañada por Vida Nueva“.

Verdaderos protagonistas

Para otros muchos lectores, la revista también ha sido una importante fuente de información y un instrumento para la reflexión. En representación de todos ellos, seis suscriptores intervinieron en el acto y hablaron de lo que les ha aportado la revista. Las primeras en hablar fueron mujeres, y en concreto, la religiosa del Sagrado Corazón de Jesús Dolores Aleixandre, quien comparó el semanario con un personaje de un texto de Isaías, la alegre mensajera de Sión: “Le dicen que se suba a un monte alto y dé buenas noticias. Cada vez que se abre Vida Nueva, uno recibe buenas noticias”.  Subrayó que el encontrar distintos rostros, visiones diferentes, “a uno le permite soltar toxinas y miasmas que a veces se incorporan al organismo en círculos demasiado cerrados”.

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‘Desde dentro’

Para Mª Dolores López, laica y profesora de teología en el Instituto de Ciencias Religiosas a distancia San Agustín, existen cuatro razones fundamentales para seguir suscrita a Vida Nueva: el interés que le despiertan sus contenidos; una razón afectiva, “también conocía la revista de amigos que habían trabajado allí”; la cabecera del semanario, “Vida Nueva”, que para ella tiene “connotaciones de la Iglesia de la Transición”; y que percibe un esfuerzo especial por mantener cuatro elementos que considera “fundamentales”: noticias “con la mirada de la fe”, las firmas, los ‘Pliegos’ y temas “de frontera”, tratados desde diferentes sensibilidades.

A Inmaculada Florido, laica de la Institución Teresiana que trabaja en la oficina para las Causas de los Santos, en la Conferencia Episcopal, Vida Nueva le parece una publicación “abierta, un poco atrevida y muy respetuosa con la pluralidad que tiene la Iglesia y con la variedad de carismas, y siempre la percibo escrita desde dentro”. Por otra parte, afirma que le gusta mucho la versión on-line de la revista, de la que valora, por ejemplo, “poder coleccionar los ‘Pliegos’ en formato PDF”.

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Rafael Ortega, laico y presidente de la Unión Católica de Periodistas de España, opina que Vida Nueva consigue, tal y como reza el lema de su cabecera, ser una “voz en la Iglesia, pero no la voz oficial de la Iglesia”. Ortega mostró su agradecimiento a todos los que han hecho y hacen la revista en la persona de la redactora María Gómez, con la que coincidió en un viaje: “La que me enseñó muchísimas cosas y me enseñó a rejuvenecer mi forma de ser periodista fue una redactora de Vida Nueva“.

En opinión de Juan Carlos García Doméne, sacerdote diocesano en Murcia, Vida Nueva “ha sido siempre un instrumento por el que yo he tenido una capacidad de reconocimiento de la diversidad de la Iglesia y de lo que yo no era en la Iglesia, por ejemplo, la vida religiosa”. Asimismo, está convencido de que el semanario “tiene mucho que decir para los próximos 50 años, en la post-post-Transición y en el post-post-Concilio”.

El último en intervenir fue un joven y reciente suscriptor de Vida Nueva, Francisco Otero, laico y periodista de la agencia Europa Press, quien, a sus 25 años, está convencido de que la revista es hoy “el ejemplo de cómo hacer periodismo en el ámbito religioso: serio, equilibrado y polifónico”.

En el nº 2.653 de Vida Nueva.

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