Antonio Ceballos: “El actual sistema económico es perverso”

El obispo de Cádiz y Ceuta denuncia la “sangrante” situación de las familias afectadas por el paro

gente-en-la-cola-del-paro(Miguel Ángel Malavia) El obispo de Cádiz y Ceuta, Antonio Ceballos, ha hecho pública una carta pastoral que, marcada por su tono directo e interpelante, recibe el título de Cuaresma, camino de amor y compromiso cristiano. En cuanto a su temática, supone una contundente respuesta a “los sufrimientos de tantas personas y familias afectadas por la crisis económica y social”, según él, consecuencia del sistema imperante, que califica de “perverso”.  

En el inicio de la carta, el prelado recuerda cómo en el curso 2006-2007 ya se desarrolló en la diócesis un exhaustivo análisis para comprobar “cómo se encontraban las familias (…) en los aspectos social, pastoral y religioso”. Del mismo salió otra carta pastoral en la que, a partir de los datos recabados, ya “hacía una denuncia de la situación laboral y económica en la que se encontraban muchas de nuestras familias”.  

El obispo anima ahora a ver el sentido profundo que se esconde detrás de estos tiempos de crisis: “El hombre y la mujer de fe es aquella persona que sabe ver lo que Dios nos quiere revelar por medio de los acontecimientos, tanto personales como sociales y mundiales. ¿Pero cómo ver a Dios en la historia, si la forman hechos que dependen de la libertad humana llena, muchas veces, de ambiciones y crímenes? (…) Mirar la crisis económica y social como un signo de los tiempos puede llevarnos a depurar nuestros sistemas y estructuras económicas para llegar a un sistema que esté más en coherencia con el proyecto del Padre Dios”. 

En virtud a ese conocimiento de Dios, Ceballos insta a la corresponsabilidad con el tiempo que les ha tocado vivir a todos los cristianos: “Nos sentimos responsables de la suerte de todos los hombres y de la marcha del mundo. En esta Cuaresma, Dios nos llama y nos envía (…) a fin de que conozcamos la situación económica y de paro por la que estamos pasando”. Ya antes había advertido que esa llamada es “a todos”, dejando claro que hay que atender “las angustias y las necesidades de todas las personas creyentes o increyentes, próximas o lejanas. A todos ellos nos envía Dios”. 

A continuación, centra su mirada en los efectos del desempleo. Tras detallar el número de parados en Ceuta (7.500) y Cádiz (151.000), citando la situación en varias de sus poblaciones concretas, destaca con “dolor” la “sangrante situación de tantas familias donde han quedado todos sus miembros sin trabajo”. Lo que completa apuntando el dato de que el número de familias atendidas por Cáritas ha aumentado en un 55%, siendo 111.000 las personas que en Cádiz malviven con seis euros diarios.  

Cambiar las estructuras

Profundizando en las causas de la crisis, Ceballos apunta a la “continua incitación al endeudamiento” y a la “falta de ahorro familiar”, de las que “se han beneficiado las multinacionales y los sectores más pudientes de la sociedad”. Del mismo modo, tampoco duda el prelado andaluz en criticar algunas de las medidas de reacción que se están acometiendo: “Los gobiernos de muchos países, entre ellos España, han pensado que una solución para tapar esta crisis financiera es la de inyectar grandes cantidades de dinero en las entidades financieras; es una cantidad de dinero 300 veces mayor que la que se entrega a la FAO para la emergencia contra el hambre en el mundo”, señala.

Pormenorizado el panorama, su propuesta de acción es clara y reivindicativa: “Se pueden cambiar las estructuras financieras y económicas. (…) En cuanto a las relaciones económicas, resulta perverso e inmoral la explotación del trabajador en beneficio del capital. (…) Pero, además de este “pecado estructural”, existe el pecado del egoísmo, la codicia, la avaricia y el de la falta de control y sobriedad que deberíamos revisar en esta Cuaresma. (…) Mucho tiene que cambiar el sistema económico actual y mucho tenemos que cambiar nosotros también”. 

El prelado finaliza apuntando propuestas para contribuir con “pequeños gestos” a un “cambio profundo”. “Es verdad -aclara- que las pequeñas cosas no cambian las estructuras, pero pueden cambiar a los hombres, que son los que deben cambiar las estructuras”. Entre las iniciativas, están la revisión de la conducta, la reflexión del problema en grupos de formación, la austeridad o el acompañamiento “de las personas y familias que vengan en busca de ayuda”. Significativa es su invitación a los empresarios a “recortar sus ganancias” para mantener los empleos y evitar despidos, así como la petición a “los cristianos de la diócesis” de “donar el 10% de su salario”. Algo que él ya ha hecho. 

En el nº 2.653 de Vida Nueva.

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