¿Existe hoy día una Pastoral de Alejados en España?

La clave para el acercamiento es el testimonio desde la propuesta y el diálogo, no desde la imposición

grupo-de-gente(Miguel Ángel Malavia) El pasado 26 de febrero, durante el encuentro anual de Cuaresma con los párrocos de Roma, Benedicto XVI destacó el primordial papel que las parroquias han de tener a la hora de “facilitar la reincorporación” de los “alejados”: todos aquéllos que en su día se educaron y crecieron como cristianos, pero cuya fe se fue desgastando con el paso del tiempo. Para el Papa, en estos tiempos de fuerte secularismo, un modo de revertir la situación consiste en “crear espacios” dentro de las parroquias para que los que hoy se sienten “extraños” puedan retornar a la comunidad. ¿Y cuál es el modo en que esto ha de lograrse? Mediante el propio testimonio de vida, los cristianos que viven abiertamente su fe “pueden interpretar también un papel misionero sin palabras. (…) Si hay personas o comunidades que hacen esta elección completa de la vida y hacen visible el hecho de que la vida que han escogido es realmente vida, dan un testimonio de grandísimo valor. (…) Es algo absolutamente indispensable, fundamental, dar, con el testimonio, credibilidad a esta Palabra, para que no aparezca sólo como una bonita filosofía, o como una bonita utopía, sino más bien una realidad”, concluye Benedicto XVI. 

En sintonía con la invitación papal a evangelizar desde el propio testimonio de vida, José María Avendaño, vicario general de la madrileña diócesis de Getafe, considera que para ello ha de ser visible en cada cristiano “la pasión por la misión, por anunciar la grandeza de Dios padre de todos, teniendo urgencia real de salir al encuentro del alejado”. A su juicio, los tiempos que hoy vivimos, “en los que a la idea de globalización se une la de la fragmentación del propio ser humano”, son propicios para que cale el mensaje que representa la Iglesia. “Es mucha gente la que se siente sola, vacía, sin encontrar sentido a su vida. Ahí es donde debe mostrarse la vocación del cristiano por escuchar el latido de estos contemporáneos y hermanos nuestros”. Para Avendaño, la clave está en que el modo de mostrar su testimonio no sea desde la imposición, sino desde “la propuesta y el diálogo”. Y lo concreta así: “Tenemos que ofrecer, con muchísima humildad, el tesoro que llevamos dentro. Debemos salir al encuentro de los que no están junto a nosotros y mostrarles con entusiasmo y respeto nuestra propuesta de vida. En este sentido, los jóvenes y los pobres, entendiendo por pobreza la material y la espiritual, son nuestro principal reto”. 

El vicario general de Getafe expone cómo desarrollan en la práctica diaria de su diócesis esta llamada pastoral: “El punto de partida es que todas nuestras comunidades y parroquias sean auténticos centros de escucha, atendiendo y acogiendo al necesitado que acude a ellas con cualesquiera que sean sus problemas. Si en estos tiempos de crisis, no sólo económica, conseguimos que los que acuden a nosotros se sientan como en casa, habremos dado un gran paso”. Un claro ejemplo del modo en que trabajan la atención a los alejados es su respuesta a las solicitudes de apostasía que llegan a sus parroquias: “Lo primero que hacemos es ponernos en contacto con los que piden apostatar y pedirles un encuentro. Les escuchamos atentamente, les respetamos en sus razonamientos y buscamos conocer la situación individual de cada uno. A través de ese diálogo verdadero, en el que ambas partes hablan y se escuchan con autenticidad, lo cierto es que han sido varios los casos de personas que finalmente han decidido dar marcha atrás en su petición”. 

En la frontera

paso-peatonesDesde otra perspectiva se sitúa en el tema la Asociación Cultural Karl Rahner (www.asociacionkarlrahner.org), un “foro de encuentro entre creyentes e increyentes”. Sergio Damas, miembro de la misma, considera que el método a seguir es el del “diálogo en la frontera”, siendo los interlocutores “la fe, la cultura y la justicia”. “Lo primero que habría que preguntarse -sostiene- es qué es un alejado. ¿Alguien que se identifica sólo parcialmente con la Iglesia? ¿Alguien incómodo dentro de la Iglesia? Entonces, muchos de nosotros mismos podemos ser alejados. Por otro lado, ¿por qué hay gente que se aleja de la Iglesia? ¿Se alejan o los echamos y salen centrifugados? Quizás ambas cosas. Por ello hay que poner de manifiesto el desencuentro y hacer autocrítica. No es ‘el otro’ el que se va. Es gente que se ha educado en la fe y ya no está en el seno de la Iglesia. A partir de esas premisas, podemos preguntarnos por qué”. 

Damas pide a la Iglesia que ofrezca un “verdadero testimonio” y sea “más evangélica”, como único modo de “aumentar su capacidad de atracción”. “Habría que empezar por tener un lenguaje más autocrítico, más actual, más cercano. Un lenguaje laico y experiencial, que aluda a la vida cotidiana de las personas. El problema es que el mensaje, tal como se formula, no es creíble”. Del mismo modo, advierte que los representantes eclesiásticos “han de entender que la cultura ya no es sociológicamente cristiana”, debiendo admitir que existe “una brecha entre fe y cultura”. En su opinión, cuando en la Iglesia se produzca este “cambio de actitud”, se producirá un acercamiento entre muchos de quienes hoy permanecen alejados, puesto que “la figura de Jesús, su mensaje, sí atrae a la gente”.  

Otro punto de vista, que abunda en esta perspectiva, lo ofrece el sacerdote, profesor universitario y cantautor catalán Xavier Morlans, quien desde 2002 viene desarrollando en parroquias barcelonesas un particular método de reevangelización (ver recuadro): “Debemos movernos en la metodología de la frontera, acercándonos nosotros a los que están lejos, invitándoles. Debemos proponerles un camino, no exhortarles a lo que deben hacer. Y el mejor modo es mostrándoles la calidez de nuestro mensaje, mirándoles en primer lugar a ellos como personas, apreciando su valor por sí mismos. Deben sentirse queridos por los que les hablan de Cristo, para que sepan que son queridos por Cristo”. 

Sin embargo, pese a la importancia de la necesidad de la reevangelización como modo de actuación frente al creciente secularismo, la idea de una Pastoral de alejados, como tal, aún está en ciernes en nuestro país. Desde la Conferencia Episcopal, como reconoce Antonio Cartagena, director del Secretariado de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar, “la inquietud por la evangelización de los alejados es algo latente en todas las iniciativas del conjunto de delegaciones”, pero la realidad es que “no está articulada específicamente como un plan de acción coordinado y diseñado para todas las diócesis”. Así, ante ese vacío estructural, son iniciativas particulares en algunas parroquias -Sevilla, Sabadell, Jerez, Puertollano o San Sebastián son sólo algunos ejemplos-  y diócesis -Solsona es la única que cuenta con delegación específica- las que tratan de abrirse paso para “crear” los necesarios “espacios” a fin de que los que hoy se sienten alejados de la Iglesia perciban un “testimonio de vida” que les invite a retornar. 

UN EJEMPLO DE MÉTODO DE ACCIÓN 

grupo-de-morlansDesde 2002, en la barcelonesa parroquia de San Raimon de Peñafort, Xavier Morlans ha desarrollado un método propio: Volver a creer. Él mismo lo describe: “Primero convocamos un acto mediático, como un coloquio sobre El Código Da Vinci o la película Mar adentro. Tras dos o tres citas con esta tónica abierta a cualquiera al que le susciten un mínimo interés estos temas, se pasa a una segunda fase. En ella, a partir de sesiones quincenales, que tienen lugar en una capilla o un lugar recogido, la acción a seguir es muy simple: se pone una música relajante, se invoca al Espíritu Santo, se lee una lectura breve y adecuada y se establece una reflexión. Este método es seguido durante todo el primer curso, pero quedando claro que son sesiones autónomas, que no hace falta inscribirse y que no se tiene en cuenta la asistencia regular. Así cada uno se marca su ritmo. La tercera etapa comprende los dos cursos siguientes, implicando un mayor compromiso al pedirse inscripción. Las reuniones son semanales, alternándose las sesiones de oración con las de catequesis. También hay retiros y convivencias en los que se profundiza el proceso. Finalmente, los que llegan hasta el final -ha sido el caso de 120 de unos 150 en estos seis años- renuevan solemnemente sus promesas del Bautismo en una ceremonia que tiene lugar en Pascua de Resurrección”. 

Además, Morlans, siempre en busca de nuevas formas para que la Palabra “abrace” a más gente, está desarrollando, desde este curso, un nuevo método en la parroquia de Santa Catalina, también en Barcelona. Si el otro se dirigía preferentemente “a los hijos y nietos de los que vienen a misa”, éste mira “por los que directamente sienten aversión a entrar en una iglesia”. Por ello, ha formado dos grupos con matrimonios jóvenes, de entre 30-35 años, reuniéndose en domicilios particulares. En este trimestre han mantenido tres encuentros, siendo la estructura parecida a la del otro método: música, lectura de pasajes del Evangelio, meditación… Se trata de un primer anuncio, marcado por “la calidez y la cercanía”. El siguiente encuentro ya fue con los dos grupos reunidos, en un local de jesuitas. “No es una iglesia, pero ya es un primer paso para que dejen atrás el rechazo que les produce su imagen”.

En el nº 2.652 de Vida Nueva (especial 50º aniversario).

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