La Iglesia boliviana denuncia ataques a los derechos humanos

Los obispos condenan las detenciones en Pando relacionadas con los disturbios y las muertes de 2008

reunion-prefectos-boliviano(Ronald Grebe- La Paz) La Conferencia Episcopal Boliviana (CEB) secunda la voz de la Iglesia católica en Pando sobre las detenciones realizadas en febrero en Cobija y El Porvenir, al norte de La Paz, cuando efectivos policiales irrumpieron de madrugada en los domicilios de los 14 arrestados aduciendo que no se presentaron a declarar por su presunta vinculación con la muerte de al menos 20 personas el 11 de septiembre de 2008 en Porvenir.

Los prelados, sumándose a la condena del vicario apostólico de Pando, Luis Casey, rechazan todo atentado contra los derechos humanos y las libertades fundamentales, recordando que “en Bolivia rigen un estado de derecho y normas legales correspondientes para asegurar los procedimientos más adecuados en la administración de justicia, y nada puede justificar los métodos empleados en estos hechos”. Seún la CEB, la reconciliación y la unidad de los habitantes de Pando deben ser fruto de un verdadero diálogo y una correcta administración de la justicia, y no de medidas de imposición y violencia que generan más enfrentamiento. “Expresamos nuestra solidaridad con los familiares de las personas detenidas y auguramos que la paz y tranquilidad retornen finalmente a este departamento”, desean desde el Episcopado.

Casey, por su parte, desveló que “los testimonios de los familiares y los reportes de los medios de comunicación dan cuenta de procedimientos y actos de violencia que atropellan las libertades y derechos fundamentales”. “Exigimos a las autoridades del ministerio público respetar la integridad física y psicológica de los detenidos, dar a conocer la lista de todas estas personas y comunicar a las familias y a la opinión pública el lugar y situación en la que se encuentran”, reclamó el obispo de Pando, recordando a las autoridades gubernamentales y militares que no rige ningún estado de excepción y que nada justifica estos procedimientos.

La Iglesia católica denuncia estos actos por considerarlos ofensivos para todo ser humano y para Dios mismo. La dignidad humana es sagrada porque las personas somos hijos de Dios, creados a imagen y semejanza suya”, recordó también el obispo del Beni, Julio María Elías. “Apoyamos a monseñor Luis Casey -declaró el franciscano burgalés-, quien manifestó que esto que han hecho en Pando, ciertamente, está fuera de toda norma legal. Tenemos que darnos cuenta de eso y que en vez de propiciar la paz en Bolivia más bien estamos en una situación de enfrentamiento”.

La política del bien

luis-caseyEl titular de Beni rechazó las declaraciones de miembros del Gobierno de Evo Morales, que calificaron de “política” la posición de Casey, lamentando que cada vez que el clero dice algo en el marco de la moral y la Doctrina Social de la Iglesia surgen este tipo de declaraciones. “Estamos en la política de buscar el bien a través de los valores y de la Doctrina Social de la Iglesia; entonces, decir lo que dijo monseñor Casey allá en Pando no es ninguna acción política partidista”, insistió Elías, quien denunció que “las acciones de efectivos militares con el rostro cubierto y fuertemente armados, la hora de los operativos, el allanamiento de domicilios, la violencia física contra los detenidos y sus familias y las agresiones a menores inocentes hacen aún más deplorables dichos actos”.

Mientras, el arzobispo de Cochabamba, Tito Solari, sostuvo que los cuatro prefectos opositores de Beni, Tarija, Santa Cruz y Chuquisaca deben participar de la reunión convocada por el Gobierno, pues es la única forma de restablecer el entendimiento y la pacificación. “Toda Bolivia espera con gran expectativa los resultados del diálogo por las autonomías -confió-, que no debía frustrarse por intereses de grupo y políticos. Gobierno y prefectos deben asistir al diálogo libres de prejuicios y desarmados espiritualmente, por el bien del país y su gente”.

Finalmente, el obispo auxiliar de Santa Cruz, Braulio Sáez, reivindicó la Cuaresma como tiempo para el diálogo y señaló que “es urgente reunirse como pueblo para mirar cuáles son los grandes problemas de Bolivia”. El carmelita burgalés invitó a “convertirnos de corazón, dejando de lado los egoísmos personales, las mentiras culposas, las maquinaciones para defendernos a nosotros y aprovecharnos de los demás”.

En el nº 2.651 de Vida Nueva.

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