Las Noches de Arte y Oración (NAO) cumplen 10 años
(Miguel Ángel Malavia) Corría 1998 cuando la madrileña parroquia de la Encarnación quiso clausurar “a lo grande” el Año Misional que había celebrado ese curso. Fue entonces cuando surgió la idea de hacer un ‘maratón musical’ promovido por dos realidades de Huelva que se habían implicado en su celebración: el grupo musical ‘Brotes de Olivo’ y la comunidad ‘Pueblo de Dios’. Ambas habían surgido dos décadas atrás bajo el empuje evangelizador del matrimonio formado por Vicente Morales y Rosa Escala… junto a sus 13 hijos. A su inquieta espiritualidad se unía su indudable vena artística -así, todos los componentes de la familia forman parte del grupo que canta “al amor de Cristo”-, por lo que no cabía duda de que ellos debían ser los que impulsaran lo que había de ser un “sencillo festival”. Sin embargo, ese 14 de noviembre de 1998 todas las previsiones se desbordaron: más de 40 artistas dejaron su sello propio… y más de 1.000 personas lo presenciaron. “Nos sorprendió a todos; esperábamos a gente de la parroquia y acudieron de todo Madrid y del resto de España. Por ello decidimos que valía la pena repetirlo el curso siguiente. Así, año tras año, sin seguir nunca un camino prefijado, hemos alcanzado la décima edición”, cuenta Pedro Jesús Domínguez, uno de los organizadores de lo que ya se conocen como las NAO: Noches de Arte y Oración.
¿Qué son las NAO? Pedro Jesús responde: “No son un festival o un encuentro sin más. Son un auténtico ‘espacio’ de arte y oración, en el que todos aquellos que lo deseen, mediante la apertura del espíritu y la entrega gratuita de sus dones, pueden formar parte de un todo, que es la barca, la nao (de ahí el nombre) que se deja guiar por el Espíritu Santo y conduce al Reino”.
Y es precisamente ésta, la ausencia de una estructura organizada, una de las señas de identidad de las NAO. “Nunca se han programado como tal. De hecho, no sabemos si se harán o no al año siguiente ni quién participará en ellas. Están absolutamente abiertas a todo y a todos”, apunta Vicente Morales. Del carácter abierto e interactivo de este espacio dan fe el foro (http: //boards4.melodysoft.com/app?ID=foronao) y el blog (http://lanao.wordpress.com) que se han abierto en la Red para que todos los interesados puedan informarse de su próxima convocatoria, la décima, que tendrá lugar del 6 al 8 de marzo en el Colegio Sagrada Familia (C/ Oberón, 6), en Madrid. Pero más allá de la propia información, el objetivo principal es que los que quieran asistir aporten ideas y sugerencias. Así, uno de los puntos fuertes del encuentro es la apertura de una galería de exposiciones, en la que las poesías, manualidades o pinturas que lleven los propios participantes sean las protagonistas. Esa misma actitud de compartir se aprecia en la llamada Tienda de la Gratuidad. En ella nada cuesta nada. Es un espacio de intercambio en el que los participantes dejan objetos traídos de casa y se llevan otros. Nada de valor, económicamente hablando, aunque sí, y mucho, simbólico. La idea de la donación y la entrega preside el fin de semana. Valiendo tanto una pulsera como una poesía. Todo es sencillo. Todo es para los demás.
Comunión en la diversidad
Pero lo que realmente se busca compartir es la fe. Aquí, la idea de comunidad, de Iglesia, es entendida como un ‘todo’ en el que ‘todos’ caben. “Buscamos que huela a la totalidad de la Iglesia, al arcoiris que la compone”, añade Pedro Jesús. Por ello, el amplio número de talleres de la próxima NAO en Madrid, además de afrontar temáticas distintas -hay ponencias sobre diálogo interconfesional y teología, actividades de danza, música, canto y humor, encuentros de artistas, testimonios de misión, pastoral social y atención infantil, y mesas redondas sobre ‘redes y espacios plurales’ y ‘comunidades de vida’-, está dirigido por personas y movimientos de todo tipo. Religiosos de diversas congregaciones, misioneros, sacerdotes, laicos, teólogos, mayores, jóvenes, niños… todos caben en un conglomerado multicolor que “no es caos, sino la riqueza de la verdadera comunión”, considera Josema Marín, marido de Ali Morales, hija mayor de Vicente y Rosa. Josema, que también es hermano de Migueli -uno de los más reconocidos cantantes cristianos, siendo un fijo en cada edición de las NAO-, reivindica la pluralidad del encuentro: “Alimentarse exclusivamente del carisma propio es empobrecerse. La Iglesia sólo se entiende como un todo, en el que es necesario escucharnos los unos a los otros. Muchas veces se habla de ‘izquierdas’ y ‘derechas’ eclesiales, echándose unos a otros la culpa de todos los males. Por eso es un don que haya espacios como éste en el que todos juntos caminamos a través del mismo barco”. Vicente Morales incide en ello: “A pesar de que surgió en el seno de ‘Brotes de Olivo’ y ‘Pueblo de Dios’, no queremos que nadie lo identifique con nada. Por eso, en cada oración, en cada conferencia, en cada gesto, hay una marcada pluralidad de posturas e iniciativas, siendo todas ellas expresión de unos dones. A la hora de transmitir el Evangelio no hay mensajeros privilegiados, sólo queda la huella del mensaje”.
Carácter ecuménico
De hecho, en esa idea de unidad desde la diversidad también están los cristianos no católicos, siendo el ecumenismo uno de los pilares fundamentales de estos encuentros. Diego Teruel, miembro del Foro Ecuménico Pentecostés y pastor de la Iglesia Evangélica Española -vendrá acompañado del coro guineano de gospel que anima las celebraciones en su parroquia de Móstoles-, destaca la implicación de las NAO en el diálogo ecuménico: “Siempre buscan que participen cristianos de otras confesiones, lo cual es de agradecer, puesto que no en todas las iniciativas de este tipo, organizadas por otros grupos, se toma esa iniciativa”. Josema es un claro ejemplo de hasta qué punto importa en las NAO la búsqueda de la unidad de los cristianos: “Es escandalosa la división entre hermanos. Un año, unos pastores protestantes, fascinados ante la espiritualidad vivida en la oración, nos dijeron que en estos ambientes de comunión latente es cuando se hace sencillo caminar juntos. Me quedo con eso”.
La profundidad de la oración común es la verdadera fuerza de las NAO. El sábado por la noche, tras un concierto en el que habrá espacio para la danza, el humor y la música, llegará el momento culminante del encuentro: una vigilia que se extenderá a lo largo de toda la madrugada, hasta la Eucaristía a primera hora del domingo. “Allí, en la oración constante, es dónde mejor se aprecia la comunión desde la diversidad -afirma Pedro Jesús-. Aunque hay momentos preparados para que algunos artistas nos imbuyan con su don en un ambiente de oración, está todo abierto a la participación libre y espontánea de los asistentes. Quien en un momento dado, el que sea, quiera recitar una poesía, cantar una canción o decir lo que está sintiendo, está invitado a hacernos partícipes de lo que se le mueve por dentro. Se trata de dejarnos fluir, yendo todos juntos en búsqueda del Señor”. Y para los que no puedan asistir, los textos sobre los que cada día se esté reflexionando en la oración serán puestos a disposición de todos los usuarios en Internet, a través del blog.
Diez años después, esta barca sigue muy viva. Y no sólo en Madrid. Sevilla, Salamanca, Zaragoza o Murcia son algunas de las diócesis en la que las NAO marcan su propio e inconfundible estilo.
En el nº 2.651 de Vida Nueva.