OBITUARIO: Pablo Domínguez Prieto, sacerdote de lo esencial

(José Francisco Serrano Oceja) Pensador, profeta, predicador de Lo absoluto necesario -título de uno de sus más famoso artículos-, el sacerdote Pablo Domínguez Prieto, Catedrático de Filosofía Sistemática de la Facultad de Teología San Dámaso y Decano de ese centro, falleció en un trágico accidente, mientras descendía el Moncayo. Quien teclee su nombre el cualesquiera de los buscadores de Internet, descubrirá que la vida de este joven sacerdote madrileño está ligada a una intensa actividad académica, a una entrega generosa, sin límites, a Jesucristo y a su Iglesia, y a una ejemplar dedicación a quienes le necesitaban. 

Plenitud de vida

Dios debe sentir predilección por la archidiócesis de Madrid. En pocos años ha llamado a su seno a quienes eran responsables de una de las prioridades de la Evangelización contemporánea: el proyecto académico, universitario, eclesial, más importante para la Iglesia en España. Fue el obispo auxiliar, monseñor Eugenio Romero Pose, quien dio los primeros pasos en la configuración de la Facultad de Teología San Dámaso como un centro de indiscutible referencia en el pensamiento teológico. Ha sido ahora su decano, Pablo Domínguez Prieto, quien, como Delegado del cardenal Antonio María Rouco Varela, pilotaba la nueva configuración académica y canónica de este impagable servicio a la Iglesia y a la sociedad. Desde el cielo, desde la eternidad vivida del amor que sólo es digno de fe, la obra buena que comenzaron, sin duda, llegará a su término.

Cuando el pasado lunes se supo la noticia del accidente mortal de Pablo, se podría decir, parafraseando la historia, que un silencio se hizo en la Iglesia. La plenitud de la vida, 42 años; la plenitud de la vida intelectual, una ejemplar tesis doctoral y más de medio centenar de publicaciones, se vio truncada por un ejercicio de misteriosa libertad. Un hombre es mucho más que sus obras, pero para que el lector perciba su valía intelectual, he aquí una muestra de sus escritos: Indeterminación y Verdad (Nossa y Jara, 1995); Łukasiewicz (Ediciones Clásicas, 1997); Lógica Modal y Ontología (Nossa y Jara); Concepción de la Polivalencia Lógica en la Escuela de Varsovia (Universidad Complutense, 2001); Lógica y Filosofía (con Jan Wolenski), (Facultad de Teología San Dámaso, 2005); e Historia de la Filosofía Antigua (Facultad de Teología San Dámaso, 2008).

Pablo era un sacerdote de lo esencial cristiano. Su pasión fue la verdad de Jesucristo, la caridad de la Iglesia, la santidad de la vida de los cristianos. Maestro en el arte de la dirección espiritual y en el discernimiento de los vericuetos del alma, ha dejado a no pocos huérfanos de guía y de compañía en este valle de muchas lágrimas. Pero el recuerdo de su ejemplar existencia sigue presente, y lo estará por mucho tiempo. In memoriam.  

En el nº 2.649 de Vida Nueva.

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