La guerrilla de las FARC libera por su cuenta a seis rehenes

Uribe cree que es una estrategia política preelectoral

(Gustavo Vélez– Bogotá) Aunque sin aclarar todavía sus motivos, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) cumplieron con la promesa que formularon el 21 de diciembre y liberaron de un modo gradual a seis de sus secuestrados. Así, el pasado 1 de febrero obtuvieron la libertad los agentes de la policía Wálter Lozano, Alexis Torres, Juan Fernando Galicia y el militar William Domínguez. Los acompañaba una comisión de la Cruz Roja Internacional, con el aval del Gobierno brasileño, que facilitó los helicópteros para la operación. También figuraba en la comitiva la senadora colombiana de la oposición Piedad Córdova, si bien su acercamiento al grupo guerrillero y su protagonismo en estas liberaciones son todavía un enigma. 

Dos días después, volvió también con los suyos el ex gobernador del departamento de Meta, Alan Jara, quien ha permanecido en la selva siete años y siete meses. El encuentro del político con su familia en el aeropuerto de Villavicencio fue de una emoción indescriptible, al ser recibido por su esposa y su hijo con un gran abrazo. Al dirigirse a los medios, Jara expresó su voluntad de “trabajar por la libertad de los que se quedaron allí”. “Detrás de cada uno de ellos -continuó- hay un drama; son seres humanos maravillosos, me costó mucho dejarlos allí”. Con la intención de que la población se conciencie de la historia que se esconde detrás de cada uno de los 700 secuestrados actualmente por las FARC, nombró a muchos de ellos y dio varios detalles de su vida. A continuación, se mostró muy crítico con el presidente Álvaro Uribe, al que reprochó que no acepte la oferta de las FARC de dialogar y liberar rehenes a cambio de que el Gobierno haga lo mismo con sus presos: “No hizo nada por nuestra libertad. (…) Parece que le conviene la situación de guerra que se vive en el país. (…) Se está aplicando una muerte por omisión. Hay un verdugo que es las FARC y hay una omisión cuando no hacemos nada por impedirlo”.

Al cierre de esta edición, se esperaba la inminente liberación del sexto rehén, Sigifredo López. Se trata del único superviviente del grupo de 12 diputados del Valle del Cauca apresados en abril de 2002 en la misma Asamblea Parlamentaria. Todos ellos, a excepción de López, fueron fusilados en junio de 2007.

Una trampa

Según algunos observadores, las FARC inician así el abandono del secuestro como táctica de presión al Estado, tras las derrotas propiciadas por la Seguridad Democrática. Para el presidente Uribe, la narcoguerrilla está siguiendo una estrategia. El 13 de enero, en Washington, afirmó que “el país entra en época electoral, y las FARC quieren engañarnos, hablando de diálogos. El país cayó muchas veces en esa trampa y ahora no lo va hacer. ¡Que se olviden!, porque el pueblo colombiano maduró el tema a punta de sufrimiento”.

De lo que no hay duda es de que los guerrilleros buscan un rédito político con estas liberaciones, que han sido a iniciativa propia y de modo sorpresivo. Si el Gobierno las ve como un “engaño” con intenciones electorales, en un año en el que los aliados de Uribe y la oposición preparan las presidenciales de 2010, lo cierto es que los comicios también producirán un impacto en la comunidad internacional, por lo que las FARC intentan mostrarse menos sanguinarias de lo que son.  

En el nº 2.647 de Vida Nueva.

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