Bolivia aprueba su Constitución, pero acrecienta sus divisiones

A pesar de este nuevo triunfo, la oposición le reclama a Evo Morales un pacto nacional para su aplicación

(Ronald Grebe– La Paz) Los bolivianos acudieron el 25 de enero a las urnas, donde ratificaron el proyecto de nueva Constitución Política del Estado con cerca del 60% de los votos favorables. Este dato, sin embargo, confirma una vez más la división del país en dos grandes bloques de departamentos. Potosí, Oruro, La Paz y Cochabamba dieron su voto por el ‘sí’, mientras que Tarija, Beni, Pando y Santa Cruz optaron por el ‘no’. Sólo Chuquisaca se encuentra en un empate técnico entre ambos posicionamientos. También se volvió a evidenciar que el fuerte del oficialismo se concentra en el área rural, mientras que seis de las nueve ciudades capitales son feudos de la oposición al Gobierno de Evo Morales.

A falta de un recuento definitivo, los datos otorgaban un 58,7% de los sufragios al ‘sí’, lo que supone una cifra algo superior a la obtenida por el oficialista Movimiento al Socialismo (MAS) en las elecciones presidenciales de 2005 (53,7%), pero bastante inferior al 67,4% del referéndum revocatorio del 10 de agosto de 2008. Eso significa que el Gobierno logró lo que buscaba, pero sin la legitimidad esperada, ni tampoco con el optimismo del presidente, que días antes de acudir a las urnas se animó a aventurar un apoyo del 80 ó 90% de los 3.891.397 compatriotas con derecho a voto.

Una vez conocidos los resultados extraoficiales, Morales señaló que sólo está “dispuesto a negociar la aplicación de la nueva Constitución, y no su contenido”, en respuesta a los opositores, que pidieron tener en cuenta la existencia de “dos visiones de país”. Además, la oposición, ubicada en las ricas regiones de Santa Cruz, Beni y Tarija, reclamó un pacto nacional, argumentando que el Gobierno no puede “moralmente” aplicar un texto en regiones donde el rechazo al proyecto de nueva Constitución superó el 60%.

El líder del opositor Poder Democrático y Social (Podemos), Jorge Quiroga, dijo que ese resultado muestra que el país “está buscando la concertación política”, y cree que Morales cometerá un “gravísimo error” si planea aplicar el texto por decreto. El ex presidente Eduardo Rodríguez, por su parte, subrayó que “se ve claramente la polarización que vive el país, y es una lección importante que los líderes regionales y el Gobierno deben asumir”.

La nueva Constitución cambia sustancialmente la estructura del Estado, pues otorga a los habitantes “indígenas originarios” el reconocimiento de su identidad cultural y el ejercicio pleno de sus derechos en base a sus propias normas.

Aunque la mayoría de los bolivianos apoya el proceso de cambio e inclusión social que impulsa Morales, los resultados del último referéndum y de votaciones precedentes muestran la división racial, política, cultural y económica entre los cerca de diez millones de bolivianos. Así, el jefe nacional de Unidad Nacional, Samuel Doria Medina, advirtió que “es importante tomar en cuenta que no hay un mensaje absolutamente claro, y la primera señal es que la población no ha dado su confianza total ni al Gobierno ni a la oposición”.

Para el analista Carlos Cordero, “Bolivia tiene nueva Constitución y la ocasión de recomponer la gobernabilidad y el clima político de paz que espera el país. Sin embargo, las actuaciones del presidente, que reivindica métodos democráticos, 

pedidos de cooperación y mercados, solidaridad y comprensión al proceso de cambio que vive el país, se combinan con ataques contra distintos actores políticos, como las misiones diplomáticas, la Iglesia católica o los medios de comunicación, siendo éste un primer escenario en el que parece actualizarse la contradicción entre autoritarismo y democracia”.

LA IGLESIA PIDE JUSTICIA Y VERDAD

El cardenal Julio Terrazas, presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB) y arzobispo de Santa Cruz, destacó la normalidad de una jornada donde casi cuatro millones de habitantes demostraron libertad de conciencia para ejercer su derecho, aunque pidió que “la justicia esté al alcance de todos y la verdad se imponga en un pueblo que busca seguir caminando”.

Días antes de la cita electoral, la Iglesia católica tuvo que salir al paso de los reiterados ataques del presidente Evo Morales contra el propio cardenal Terrazas, denunciando que “se trata de alusiones e insultos que no condicen con su alta investidura y que tratan de menoscabar la autoridad moral del representante de la Iglesia católica”. “La CEB -reitera el organismo episcopal- ve con preocupación que mientras la Iglesia católica aporta con análisis serenos, objetivos y respetuosos a un clima electoral pacífico, crítico y responsable, algunas autoridades de gobierno acuden al insulto y la descalificación”.

En el nº 2.646 de Vida Nueva.

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