Angola y Camerún se preparan para la visita del Papa en marzo

El primer viaje de Benedicto XVI a África no está dirigido exclusivamente a los católicos, dicen los obispos

(José Carlos Rodríguez) “Una gran alegría”. Así califican los obispos de Angola, en una breve carta pastoral, la próxima visita de Benedicto XVI a este país africano, que tendrá lugar del 20 al 23 de marzo. Previamente, el Papa recibirá en Camerún los Lineamenta, el documento de trabajo que sentará las bases para el trabajo del II Sínodo Africano, que se celebrará en Roma en octubre y que estará centrado en torno a la justicia, la paz y la reconciliación en África. El I Sínodo Africano tuvo lugar en 1994, también en Roma, y sus conclusiones quedaron recogidas en el extenso documento Ecclesia in Africa, presentado por Juan Pablo II en Nairobi (Kenia) en 1985.

Los obispos de Angola subrayan que “todo el país y todo el continente es honrado con esta visita”, la primera de Benedicto XVI a África, e insisten en que no está dirigida exclusivamente a los católicos y que requiere “una preparación espiritual digna”. También se detienen en explicar el ministerio del sucesor de Pedro en el seno de la Iglesia.

El cristianismo tiene una presencia de cinco siglos en Angola. A pesar de que los primeros misioneros llegaron a este país de África austral en 1491, el clero autóctono se ha desarrollado desde hace pocas décadas. El primer obispo angoleño fue nombrado en 1970. La larga guerra que arrasó al país, primero contra el colonialismo portugués y después entre el gobierno comunista del MPLA y los rebeldes de UNITA, duró desde antes de su independencia en 1975 hasta 2002. La Iglesia, duramente probada, salió adelante bajo el liderazgo del cardenal Alexandre do Nascimento, una de las figuras más relevantes de la Iglesia africana. Juan Pablo II, aprovechando un período de calma y durante el V Centenario del Descubrimiento, visitó Angola en 1992. Actualmente, el país, dotado de enormes riquezas naturales, es uno de los que han experimentado un crecimiento más espectacular, sobre todo por la explotación del petróleo.

Los algo más de nueve millones de católicos -distribuidos en 18 diócesis- representan el 56% de la población. Según datos de la Santa Sede, hay 25 obispos, 410 sacerdotes diocesanos y 339 sacerdotes religiosos. La Iglesia administra un gran número de escuelas y 18 hospitales. En 1998, el gobierno devolvió formalmente a la Iglesia los terrenos que ésta poseía con anterioridad a la independencia, en respuesta a una petición formulada por Juan Pablo II durante su visita.

Relevantes figuras

En Camerún, los católicos representan el 20% de sus 17 millones de habitantes. El país fue evangelizado por los misioneros espiritanos franceses. La Iglesia en este país ha contado con figuras relevantes en el campo de la inculturación, como el ya fallecido arzobispo de Yaundé, monseñor Jean Zoa; el cardenal Christian Tumi, arzobispo de Duala; y los teólogos Meinrad Hegba, Jean-Marc Ela y el jesuita Engelbert Mveng, éste último asesinado por una de las sociedades secretas ligadas al poder. Camerún tiene el poco envidiable récord de ser considerado, por organizaciones como Transparencia Internacional, como el país más corrupto del mundo. Su jefe de Estado, Paul Biya, lleva en el poder desde 1982.

En el nº 2.644 de Vida Nueva.

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