Veinte agentes de pastoral fueron asesinados en 2008

(M. G.) Un arzobispo, 16 sacerdotes, un religioso y dos voluntarios laicos fueron asesinados en todo el mundo durante 2008. Son veinte católicos que no han muerto de forma violenta “por odio a la fe”, tal y como recoge la Agencia Fides en su habitual informe anual, en el que matiza: “No usamos de propósito el término ‘mártires’, sino en su sentido etimológico de ‘testigo'”, para no interferir en un juicio posterior que eventualmente podría hacer la Iglesia sobre algunos de ellos.

El caso más doloroso, por su relevancia, es el del arzobispo caldeo de Mosul (Irak), Paulos Faraj Rahho, secuestrado al salir del templo el pasado febrero. Con él, son ocho en total los agentes asesinados en Asia; está en esta lista Don Bernard Digal, de la archidiócesis de Cuttack-Bhubaneshwar, el primer sacerdote católico muerto en la campaña anticristiana en el estado indio de Orissa. En América ha habido cinco muertos, en África otros cinco, y en Europa se cuentan los dos jesuitas asesinados en su casa en Rusia el pasado noviembre.

A éstos, Fides añade “la larga lista de aquéllos de los que quizá nunca se tendrá noticia”, que sufren en todo el planeta”. Para Benedicto XVI, orar por estos agentes pastorales “es un deber de gratitud de toda la Iglesia y un estímulo” para testimoniar la fe y la esperanza en Dios “de un modo cada vez más valiente”.

En el nº 2643 de Vida Nueva.

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