(Maite López Martínez) Estamos cansados de que los grandes propósitos que suelen acompañar el final de año y el inicio del nuevo queden en meros deseos inalcanzables. Sin embargo, es muy difícil que el ser humano deje no sólo de tener esperanzas renovadas, sino de buscar los medios para conseguir lo que desea con fuerza o convicción moral. Hay una canción -reciente- de Brotes de Olivo que expresa este sentir compartido: “Juntos cambiaremos el mundo este año si nos unimos, si nos amamos, si a todos damos la paz”.
Es una sencilla canción, fácil de cantar, de tocar, de entender, y tiene esa curiosa capacidad de hacernos sentir que pensamos lo mismo. Su carga profética -un tanto pesimista- marcada con un toque de denuncia social (“Pasan los siglos, se pasa el tiempo viendo que el hombre no vive el plan de Dios”) queda absorbida por la esperanza, el amor y la fe enraizados en el Evangelio (“El mundo nuevo de la Palabra que haga presente la nueva humanidad”). Es una melodía que pide ser escuchada una y otra vez, con la fuerza que brota de la probada autenticidad espiritual y musical de esta comunidad que no deja de ofrecernos vida hecha canción. El disco forma parte de la trilogía titulada Tratado sobre el niño Dios, que el grupo ha preparado para esta Navidad y que consta, además de una profunda y enjundiosa meditación, de tres volúmenes con distintos cantos, para ser contemplados, gozados y vividos como sólo saben hacerlo los niños: Desde tu fuente (plantea distintas miradas a las actitudes y al interior del corazón), Jerusalén (recuerda que nuestro pensamiento y el de Dios son muy distantes), y Dios de la tierra (aún sin publicar). Juntos cambiaremos el mundo pertenece al primero de ellos, del que se puede saber todo visitando www.brotesdeolivo.es
En el nº 2.643 de Vida Nueva.
