Amarga digestión

Estómago

(J. L. Celada) Una rápida ojeada a la ‘carta’ cinematográfica de las últimas décadas nos permite localizar sin demasiados esfuerzos hasta medio centenar de títulos en los que la comida en sus más diversas expresiones adquiere una especial relevancia, ingredientes cocinados para el celuloide que, a la postre, han resultado igualmente variados. De los fogones de la gran pantalla han salido platos exóticos (Comer, beber, amar), poéticos (Como agua para chocolate), refinados (Deliciosa Martha) e incluso truculentos (El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante), sin olvidar las delicias ibéricas (Jamón, jamón), galas (Delicatessen), americanas (Tomates verdes fritos), o el socorrido universo repostero (Chocolat).

A este rico surtido viene a sumarse ahora el sorprendente trabajo del brasileño Marcos Jorge, Estómago, que recurre a los secretos culinarios para preparar una receta de ingesta ligera -como corresponde a una comedia con gran sentido del humor-, pero cuya digestión produce un evidente poso de amargura. La misma sensación que deja a su paso el desamparado protagonista de esta historia, un tipo que, entre ollas y sartenes, da cuenta de las miserias e instintos más básicos (a menudo, más bajos) del ser humano.

Merecedora el pasado mes de noviembre de la Espiga de Oro en la Seminci vallisoletana, esta cinta agridulce nos narra las andanzas de un recién llegado a la ciudad y su lucha por salir adelante en un mundo frío y hostil, sus primeros pasos como cocinero en un mugriento bar de barrio y su posterior aprendizaje como ayudante en un restaurante italiano de cierto nivel. Un relato de los hechos que el director simultanea con la estancia de nuestro hombre en prisión, donde pondrá en práctica los conocimientos adquiridos sobre los aromas y sabores de los alimentos, pero también de la vida.

Una vez más, la gente sencilla y sin recursos vuelve a sufrir en sus carnes las condiciones laborales y penitenciarias de un país regido por un sistema injusto de relaciones, sociales y personales. Aun con todo, Estómago relata con ritmo ágil y en un tono muy ameno el viaje iniciático hacia la cruda realidad del inocente Raimundo Nonato (significativo nombre): desde sus primeros afanes por satisfacer las necesidades más elementales (una cama, un techo, un empleo, un sueldo…) hasta que, ya entre rejas, descubre que el poder es libertad, y sus manos de ‘chef’, una privilegiada arma.

No falta tampoco el enamoramiento -de una prostituta- y la mezcla de lo gastronómico y lo sexual, antesala de un desenlace que irradia dolor y cinismo, cuando la candidez se torna experiencia, y el desengaño, sabiduría. Porque éstos son los principales condimentos de tan apetecible película, cuya sabrosa humanidad huye del glamour y del diseño para impregnarse del olor a fritanga del menú del día.

FICHA TÉCNICA

TÍTULO ORIGINAL: Estômago.

DIRECCIÓN: Marcos Jorge.

GUIÓN: Lusa Silvestre, Marcos Jorge, Cláudia da Natividade, Fabrizio Donvito.

FOTOGRAFÍA: Toca Seabra.

MÚSICA: Giovanni Venosta.

PRODUCCIÓN: Marcos Jorge, Cláudia da Natividade, Fabrizio Donvito, Marco Cohen, Gabriele Muccino.

INTÉRPRETES: João Miguel, Fabiula Nascimento, Carlo Briani, Babu Santana, Zeca Cenovicz, Paulo Miklos.

En el nº 2.643 de Vida Nueva.

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