Los obispos cubanos celebraron la Navidad con sus presos

Los prelados de la isla Pudieron difundir por radio sus mensajes y felicitaciones para estas fechas

(Araceli Cantero Guibert– Miami) Por primera vez en décadas, seis obispos cubanos celebraron una Misa de Navidad en las prisiones. Y, además, en casi todas las diócesis, su pastor ha retransmitido un mensaje de Navidad por la radio regional. Otra novedad: el lunes 22 de diciembre, el televisivo Canal Educativo II programó en diferido el Concierto Navideño en la Catedral de La Habana del viernes 19, con un mensaje del cardenal Jaime Ortega.

En cada una de las celebraciones en prisión, los obispos estuvieron acompañados por uno o dos sacerdotes o seminaristas, los capellanes habituales del centro, dos o tres religiosas para el canto y otros colaboradores. El número de participantes osciló en torno a la treintena, de acuerdo a la solicitud religiosa de los reclusos.

El cardenal Ortega, arzobispo de La Habana, presidió la Eucaristía en la prisión ‘Combinado del Este’. Allí, los internos estaban “fascinados y en un ambiente muy espiritual”, comentó el sacerdote Félix Hernández a la revista Palabra Nueva, de la Arquidiócesis de La Habana. Fueron también testigos de la celebración el diácono Juan Ríos y dos seminaristas, que cantaron varios villancicos ayudados de un pequeño piano eléctrico que habían trasladado al lugar.

Tras la Eucaristía, el cardenal Ortega habló con los reclusos y les entregó a cada uno una figura del Niño Jesús y estampas religiosas de la Virgen de la Caridad. Fue un encuentro que facilitó “vivir la experiencia de Dios que se hace hombre y que comparte incluso las condiciones de los presos para quienes tiene también un mensaje”, relata en su testimonio a la citada publicación el padre Hernández. “Fue maravilloso -añade-, había lágrimas en muchos ojos, pues nos parecía increíble esta experiencia”.

Félix Hernández lleva más de veinte años trabajando en la pastoral carcelaria en La Habana, por eso piensa que la celebración de la Navidad en varios centros penitenciarios del país habla de “pasos que se van dando para mejorar la atención espiritual a ese mundo de las prisiones”. Y, al mismo tiempo, se declara dispuesto a “asumir esos retos que se nos presentan y que son tan importantes”.

El obispo auxiliar de La Habana, Juan de Dios Hernández, por su parte, celebró la Eucaristía en la prisión de extranjeros ‘La Condesa’, en Guanajay. En Santa Clara, su obispo, Arturo González, hizo otro tanto en dos centros provinciales; y, en Ciego de Ávila, el celebrante fue el obispo Mario Mestril. En la zona de Camagüey, presidió la Eucaristía el arzobispo Juan García; y en la región de Oriente, el arzobispo Dionisio García celebró la Misa en la Cárcel de Mujeres de Santiago de Cuba.

Cerca del pueblo

Son los datos reunidos por el obispo de Holguín, Emilio Aranguren, que preside la sección de Pastoral Penitenciaria de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, y quien, en una entrevista, subrayó la inquietud pastoral de la Iglesia cubana por estar cerca del pueblo.

Su mensaje de Navidad, como el de otros prelados, es un ejemplo de catequesis popular para explicar lo más básico de la fe a un pueblo que durante 50 años ha crecido en el ateísmo y sin la posibilidad de recibir mensajes religiosos en los medios de comunicación, en poder de los organismos estatales.

Cuando, en Navidad, les permiten hablar por la radio, los mensajes tienen que explicar quién es Cristo o qué significa la Navidad, pero también iluminan situaciones específicas de la vida cotidiana.

Querido hermano que ya eres adulto y, sin embargo, a veces débil en el pensamiento y en la voluntad, ¡déjate llevar de la mano por el Niño de Belén, no temas, fíate a Él!, exhortaba Aranguren por la emisora de radio regional el 25 de diciembre. Otras referencias recordaban el paso de tres huracanes por Cuba hace 100 días y la ayuda solidaria recibida del exterior, que comparaba con los dones de los tres Reyes Magos al recién nacido.

El mensaje del obispo de Guantánamo, Willy Pino, también hizo referencia a los huracanes. “Tres huracanes les han hecho la vida aún más difícil a un buen número de hogares cubanos”, lamentó, recordando la impresionante ola que cubrió un edificio de cinco pisos del malecón de Baracoa. Sin embargo, “más impresionante ha sido la enorme ola de solidaridad y ayuda que se levantó aquí y más allá de nuestras fronteras para ayudar a los damnificados”. Aunque, en la lista de deseos expresados desde la emisora, el obispo de la diócesis más joven de Cuba (creada en 1998 por Juan Pablo II durante su visita a la isla), pidió “que los cubanos no nos acostumbremos a vivir de donaciones… y nos habituemos al dinero fácil, sin sudar la camisa”. 

Estos mensajes radiofónicos puntuales tienen una breve historia. La primera alocución radial permitida en las últimas décadas a un obispo fue en 1995, al propio Aranguren, entonces titular de Cienfuegos. Cuando solicitó el permiso a las autoridades de su región, argumentó que muchas personas enfermas “necesitaban escuchar un programa de mensaje específicamente católico y, por lo tanto, sintonizaban con potentes emisoras en el exterior, en las que hablaban sacerdotes de la Arquidiócesis de Miami. El obispo mismo les sugería esa conexión y la retransmisión de la Misa dominical desde la Ermita de la Caridad de Miami, presidida por el obispo auxiliar, Agustín Román, cubano exiliado. Su solicitud fue escuchada, y le concedieron un programa de unos 15 minutos para la Virgen de la Caridad y para Navidad. Cuando Aranguren fue trasladado a Holguín, se añadió el Domingo de Ramos, como ambientación de la Semana Santa. Posteriormente, se fueron sumando otros y, ahora, se hace en casi todas las diócesis.

Con motivo del viaje papal, el cardenal Ortega tuvo una breve comparecencia en la televisión, y también los obispos de las sedes que el Papa iba a visitar hablaron en el Canal Televisivo Provincial. De nuevo lo hizo Ortega cuando enfermó de gravedad el propio Juan Pablo II. Nunca han sido retransmisiones en vivo, “salvo una reciente experiencia del arzobispo de Santiago de Cuba”, desvela Aranguren.

Durante 2008, a la Iglesia católica se le han permitido tres acontecimientos televisados, siempre de manera diferida: la Misa en la Basílica de El Cobre, el pasado 30 de agosto, por la apertura del trienio preparatorio a los 400 años del hallazgo de la imagen de la Virgen de la Caridad; la beatificación del P. Olallo Valdés, el 29 de noviembre en Camagüey; y el lunes 22 de diciembre, la ya citada retransmisión del Concierto Navideño en la Catedral de La Habana. 

Experiencia muy positiva

Emilio Aranguren reconoce que la visita a las emisoras ha sido una experiencia muy positiva, no solamente por “el contacto exquisito con el personal técnico de la emisora” como el que vivió en Cienfuegos, sino por algo que todavía le gusta más: “Hay personas desconocidas -afirma- que te dicen en la calle: ‘ayer lo oí’ o ‘¡qué lindo lo que ayer transmitió por la radio!”.

Este año, además del 8 de septiembre, fiesta de la Virgen de la Caridad, también le concedieron hablar por radio el 5 de octubre, en plena recuperación del huracán, pero, “para noviembre y diciembre no lo concedieron”. Aun con todo, sabedor de que que el Consejo de Iglesias protestantes de Cuba tiene un programa en una emisora nacional con una frecuencia mensual, el obispo de Holguín ya ha pedido un programa mensual, el primer domingo de cada mes, con ocasión del trienio preparatorio a la aparición de la imagen de la Caridad.

En el nº 2.642 de Vida Nueva.

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