Benedicto XVI: “Que la Navidad pueda ser una ocasión para una mayor solidaridad”

El Papa centra su tradicional mensaje en la crisis y en los lugares del mundo que padecen la violencia

(Vida Nueva) En una Navidad caracterizada por el contexto social de la crisis económica, Benedicto XVI ha pedido más solidaridad entre familias y comunidades. Ésta fue una de las consignas que dejó el Papa, durante su tradicional mensaje de Navidad, pronunciado desde el balcón de la Basílica vaticana. “En nuestro tiempo, caracterizado por una considerable crisis económica, que la Navidad pueda ser una ocasión para una mayor solidaridad entre las familias y las comunidades”, deseó el Pontífice, quien también impartió la bendición urbi et orbi y realizó, como es habitual, su felicitación navideña, en esta ocasión en 64 idiomas. El otro gran tema que centró su mensaje fueron las zonas del planeta que sufren por culpa de la violencia.

“Si cada uno piensa sólo en sus propios intereses, el mundo se encamina a la ruina”, afirmó el Papa, quien animó a todos los hombres y mujeres a ser solidarios, especialmente “donde se atropella la dignidad y los derechos de la persona humana; donde los egoísmos personales o de grupo prevalecen sobre el bien común”. En este sentido, Benedicto XVI pidió llevar el mensaje de la Navidad allí “donde el terrorismo sigue golpeando; donde falta lo necesario para vivir; donde se mira con desconfianza un futuro que se esta haciendo cada vez más incierto, incluso en las naciones del bienestar”.

Tuvo un recuerdo especial para Tierra Santa, territorio que tiene previsto visitar en 2009, “donde el horizonte parece volverse a oscurecer para israelíes y palestinos”. También dirigió sus palabras a otras zonas del mundo como Líbano, Irak y todo el Medio Oriente, así como al continente africano, en concreto a Zimbabwe, la República Democrática del Congo, Darfur, Sudán y Somalia. La Luz que el Niño Dios trae en Navidad, dijo, “la esperan sobre todo los niños de estos y de todos los países en dificultad, para que se devuelva la esperanza a su porvenir”.

Misa del Gallo

Precisamente la infancia fue uno de los temas centrales de la homilía del Santo Padre durante la misa del Gallo celebrada en la madrugada del 25 de diciembre en la Basílica de San Pedro. “En cada niño hay un reverbero del niño de Belén. Cada niño reclama nuestro amor”, afirmó. Por ello, invitó a quienes le escuchaban a dirigir su pensamiento a “aquellos niños a los que se les niega el amor de los padres“, así como a “los niños de la calle que no tienen el don de un hogar doméstico” y a quienes “son utilizados brutalmente como soldados y convertidos en instrumentos de violencia”. Por último se refirió a los menores “heridos en lo más profundo del alma por medio de la industria de la pornografía y todas la formas abominables de abuso”.

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