‘Vengo a servir a una Iglesia milenaria’

Jesús Catalá toma posesión como nuevo obispo de Málaga

(Encarni Llamas– Málaga) “Málaga querida, qué bonitos ojos tienes! ¡Déjame que te contemple; permíteme que te acompañe; y concédeme poder amarte!”. Jesús E. Catalá dedicaba estas palabras, parafraseando un canto popular, a los más de 3.000 fieles malagueños que se congregaron en la mañana del sábado 13 de diciembre, en la Santa Iglesia Catedral, para participar en su toma de posesión como obispo de Málaga.

La celebración comenzó pasados unos minutos de las 11 de la mañana. El obispo electo llegó a la Catedral acompañado por el nuncio, Manuel Monteiro, el obispo administrador apostólico, Antonio Dorado, y el Colegio de Consultores. En la puerta principal fue saludado y recibido por el Cabildo y, tras besar el Lignum Crucis (reliquia en la Catedral de la Santa Cruz), asperjó agua bendita sobre los presentes y sobre sí mismo, y encaminó sus pasos hacia la capilla del Santísimo Sacramento, donde oraron unos instantes. A continuación, el obispo electo y sus acompañantes se dirigieron a la sacristía de la Catedral para revestirse.

Tras unas breves palabras del nuncio, y del obispo administrador apostólico, el Canciller leyó las Letras Apostólicas enviadas por el Papa a Jesús Catalá, por las que le nombra nuevo obispo de esta Iglesia particular. Y, por último, invitó al obispo electo a sentarse en la Cátedra, le entregó el báculo, simbolizando la sucesión apostólica y la continuidad pastoral, y así quedó significada su toma de posesión de la sede de Málaga. A partir de este momento, el nuevo obispo presidió la celebración de la eucaristía. 

En una sentida homilía, se dirigió a los fieles de la diócesis y expresó que venía a “servir a la milenaria Iglesia malacitana, que ha dado hermosos frutos de santidad en muchos de sus hijos, desde San Patricio y los Santos Mártires, Ciriaco y Paula, patronos de esta ciudad, pasando por el Beato Manuel González, inspirador de la tradición sacerdotal de Málaga y gran impulsor de su Seminario”. 

Y destacó “el esfuerzo que estáis haciendo en acoger a los más necesitados. La riqueza de la Iglesia han sido siempre los pobres, con mayor razón en estos momentos difíciles”. De hecho, la colecta de la celebración se destinó a la campaña especial de Cáritas Diocesana con motivo de la crisis económica. 

La Iglesia de Málaga, junto con el nuncio, los 32 cardenales, arzobispos y obispos de toda España presentes en la catedral, las autoridades civiles de Madrid, Alcalá, Valencia y Málaga, los sacerdotes, religiosos y religiosas, y los familiares y amigos de D. Jesús y D. Antonio, hicieron vibrar la Catedral en una calurosa acogida a su nuevo obispo.

En el nº 2.641 de Vida Nueva.

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