Los obispos de Sudán temen la fragilidad del acuerdo de paz

(José Carlos Rodríguez) “Nos tememos que el espíritu y la letra del Acuerdo Total de Paz están perdiendo fuerza por parte de los que lo firmaron y de los que les ayudaron a alcanzarlo”. Así se expresó el presidente de la Conferencia Episcopal de Sudán, Rudolf Deng Majak, al término de la Asamblea Plenaria en la que participaron nueve de los 13 obispos sudaneses, en la ciudad de Yambio, en el sur del país. Al final de los diez días de deliberaciones (4-15 noviembre) publicaron una carta pastoral en la que analizan la situación político-social del país y se lamentan de la lenta puesta en práctica de los términos de este acuerdo.

El tema principal de su reunión fue La Palabra de Dios, fuente de reconciliación, justicia y paz, un lema que tiene ecos no sólo del reciente Sínodo celebrado en Roma, sino también del próximo Sínodo africano, que tendrá lugar en octubre de 2009. Los obispos sudaneses lamentaron que la guerra ha socavado los valores familiares, y señalaron que “sólo la oración y la relación con Dios pueden reconstruir el país y traer una paz duradera”. 

Es la tercera vez que los prelados sudaneses consiguen reunirse en su propio país. Durante muchos años no tuvieron más remedio que salir a países vecinos como Kenia o Uganda. La guerra entre el norte y el sur de Sudán, que se desarrolló en dos fases (1957-1971 y 1983-2005) les impidió desplazarse entre ambas zonas, y a veces incluso salir de sus propias diócesis. 

Pero, como advierten los obispos, a los casi cuatro años de la firma del acuerdo, la paz que se respira en Sudán tiene un aire efímero. El Acuerdo Total de Paz (CPA, en sus siglas en inglés) fue firmado en Kenia en enero de 2005 después de largos años de negociaciones entre el gobierno de Jartum y los rebeldes del SPLA (Ejército Popular de Liberación de Sudán). Estas conversaciones tuvieron un gran apoyo por parte de países africanos y europeos, además de los Estados Unidos. Pocos dudan de que el descubrimiento de enormes yacimientos de petróleo en extensas zonas del sur del país fue uno de los principales factores que empujaron a todos a terminar la guerra. Los tres puntos principales del CPA son: la implantación de dos sistemas políticos en Sudán -uno en el norte y otro en el sur, éste en manos del SPLA-, el reparto a manos iguales de los beneficios de la explotación del petróleo, y la celebración de un referéndum en 2011 en el que la población del sur deberá decidir sobre la independencia. 

Los hechos parecen dar la razón a los obispos: en mayo de este año hubo duros combates en la región petrolera de Abyei, y todo parece indicar que tanto el norte como el sur están realizando grandes compras de armamento en previsión de lo que pudiera suceder en 2011.

En el nº 2.638 de Vida Nueva.

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