Gomorra
(J. L. Celada) No es fácil recuperarse de la angustia y la tensión que produce contemplar tan de cerca durante dos horas las tripas de la Camorra, pero Gomorra nos deja una sensación todavía peor: la impotencia ante la certeza de que esa inapelable realidad no tiene visos de cambio, que nadie parece dispuesto a jugarse el tipo por intentarlo. La explicación podrían tenerla las casi 4.000 bajas de esta contienda sorda que se viene librando en el sur de Italia desde hace ya tres décadas.
La novela homónima del amenazado Roberto Saviano es la base argumental sobre la que Matteo Garrone -en compañía de otros cinco guionistas, incluido el joven escritor- compone un documento excepcional, el retrato de un microcosmos atravesado por la violencia, los ajustes de cuentas, el miedo, los silencios impuestos, la estafa… Todo un muestrario de usos (y abusos) que deprecia (y desprecia) la vida hasta convertirla en objeto de compraventa. Es el negocio de la supervivencia, labrada a base de préstamos y perdones, y que exige tomar partido: en este submundo, no cabe estar dentro o fuera, sino en contra de… o a favor de…
Una barriada ruinosa, desoladora, más propia del día después de la batalla de un país en guerra que de una ciudad de la Europa occidental, es el escenario de los hechos, y un vehículo tan eficaz como las situaciones narradas para desmitificar este estilo de vida, para desmontar ese halo de misterio que le rodea y acabar con cierta fascinación que a menudo despierta. Nos basta con seguirle los pasos al más pequeño de los protagonistas, para descubrir las compañías que frecuenta y reparar en sus miradas de admiración y reconocimiento hacia unos referentes más que dudosos.
Junto a él, en un ambiente donde campan sin rubor las drogas, las armas o los residuos tóxicos, se mueven todo tipo de personajes: principiantes y matones consumados, víctimas y verdugos, maestros y discípulos, sastres, contables… Todos ellos tejen las cinco historias que el realizador ha rescatado de las once que integran el original literario, relatos de gente corriente en un medio hostil pero familiar, donde la alargada sombra de la Camorra todo lo cubre, lo controla, aunque no siempre lo protege.
Es tal la crueldad -expresa o latente- que desprenden sus diálogos (rotundos y auténticos) y sus imágenes (austeras y sin artificio), que Gomorra se erige en una crónica lúcida y fiel del infierno napolitano, donde un poder invisible pero omnipresente impone su única ley. Ésa que obliga a vivir en guerra (bien lo saben sus habitantes) y de prestado (que se lo pregunten a Saviano). A día de hoy, acabar con ella se antoja una empresa casi imposible. He aquí la trágica verdad de esta extraordinaria película.
FICHA TÉCNICA
TÍTULO ORIGINAL: Gomorra
DIRECCIÓN: Matteo Garrone
GUIÓN: Maurizio Braucci, Ugo Chiti, Gianni di Gregorio, Matteo Garrone, Massimo Gaudioso y Roberto Saviano, sobre la novela homónima de este último
FOTOGRAFÍA: Marco Onorato
PRODUCCIÓN: Domenico Procacci
INTÉRPRETES: Toni Servillo, Gianfelice Imparato, Maria Nazionale, Salvatore Cantalupo, Gigio Morra, Salvatore Abruzzese, Marco Macor, Ciro Petrone
En el nº 2.638 de Vida Nueva.
