El ‘boom’ del arte sacro

Los nuevos museos de Melilla, Granada y Málaga simbolizan el éxito de la pintura y escultura religiosa en tiempos de crisis

(Juan Carlos Rodríguez) Arte sacro, una apuesta segura. La geografía amplia y lúdica de los museos de arte sacro en España se multiplica, a la vez que los principales museos del mundo, como la National Gallery de Londres, acuden a obras maestras del arte religioso como reclamo internacional. En tiempos de crisis, crece una oferta que cruza los territorios del arte, la fe y la oferta turística. Al menos, en los últimos meses se han inaugurado los de Melilla, Granada, Piedrahita y Vall d´Uixó. A los que se unen otros reabiertos o ampliados, como los de Málaga, Haría (Tenerife) o Monforte. A la vez, se anuncian los de Sevilla, Artziniega y El Arahal, entre otros, mientras que en Jerez, por ejemplo, se transforman en moneda de cambio electoral.

Unos y otros tienen presente lo que Adolfo González Montes, obispo de Almería, ha expresado con acierto: “El arte sagrado tiene, en primer lugar, una finalidad doxológica, es decir, de acuerdo con la etimología griega de la palabra y con su contenido litúrgico, tiene como finalidad la alabanza y glorificación de Dios. El arte sacro exalta la majestad y la gloria de Dios, inseparables por ser la gloria y majestad que a Dios convienen de su amor y misericordia, pues el mundo creado y redimido por Dios es fruto de la caridad divina. Al glorificar a Dios, el arte sacro alaba y exalta el amor y la misericordia divina, que son la sustancia de la vida del hombre”. El éxito de Las Edades del Hombre, la Luz de las Imágenes o Luminaria ratifican, a la vez de la multiplicación de museos permanentes, que el arte sacro es el diálogo de Dios con los hombres. 

Otro síntoma: Picasso y el arte sacro del Siglo de Oro español son dos de las grandes exposiciones para la próxima temporada de la National Gallery de Londres. Lo sagrado convertido en real: pintura y escultura españolas entre 1600 y 1700 sondeará el enfoque hiperrealista al abordar temas religiosos de pintores como Velázquez, Zurbarán, Pacheco o Alonso Cano, muy vinculados a la escultura religiosa, incluida su trayectoria dando color a los tonos de la carne y las túnicas de muchas tallas. Es el caso de Pacheco con Juan Martínez Montañés, por ejemplo. Organizada conjuntamente con la National Gallery of Art, de Washington, incluirá esculturas de Gregorio Fernández, Montañés y Pedro de Mena, policromadas por Francisco Pacheco y Alonso Cano.

Eso será en octubre de 2009. Más reciente, hace apenas un mes, es la inauguración del Museo de Arte Sacro de Melilla, que reúne cuatro siglos de historia del cristianismo en la ciudad autónoma guiado por el deseo de convertirse en eco de “la investigación y exhibición de la historia, tradiciones, costumbres y rasgos de identidad cristiana de Melilla”, según Rocío Gutiérrez, directora gerente de la Fundación Melilla Monumental, además de directora del Plan Museológico. Gutiérrez añade que el museo, de gestión compartida por la Ciudad Autónoma de Melilla y la Vicaría Episcopal de Melilla, se contempló como un diálogo con la población musulmana: “Tuvimos el doble propósito de resaltar la singular tipología de la variante del Patrimonio Histórico Artístico de nuestra ciudad y explicar al público joven y al integrante de otro credo religioso, tanto los códigos cristianos, como la Historia de la Iglesia en Melilla”. La colección -93 obras, entre orfebrería, indumentaria religiosa, tallas en madera, elementos litúrgicos del Obispado de Málaga, devocionales y fondos bibliográficos- se ubica en un edificio de singular importancia para la ciudad: un inmueble adosado al antiguo convento de religiosos de la Orden Capuchina, específicamente rehabilitado a tal fin, formando un conjunto histórico con las construcciones adyacentes de la Iglesia de la Purísima Concepción a un lado, y las Cuevas del Conventico a otro.

Obras maestras

De otra dimensión es el nuevo museo sacro de Granada. El corazón del Albaicín acoge obras maestras del siglo XVI hasta el siglo XX y de grandes nombres de la historia del arte, como Alonso Cano, Juan de Mena o los hermanos García. El museo se ha inaugurado en el Monasterio de la Concepción, regentado por las religiosas franciscanas de la Tercera Orden Regular, tenaces promotoras e impulsoras de este proyecto. Su puesta en marcha ha estado bajo la responsabilidad de Javier Martínez, director del Centro de Estudios del Patrimonio de la Facultad de Teología de Granada. “Son muchas, casi un millar, las obras que se contienen en este espacio, dividido en varias salas y dependencias del monasterio, incluida la capilla, pero llama la atención de forma especial una Inmaculada de Alonso Cano”. La inauguración, después de varios años de espera, fue el pasado mes de abril, una vez que se consolidó la colaboración la Junta de Andalucía, el Ayuntamiento, la Fundación Albaicín, el Corte Inglés y la Facultad de Teología. 

Unas 300 piezas fechadas entre los siglos XVI y XX, algunas nunca expuestas al público, se muestran desde el pasado abril en el nuevo Museo de Arte Sacro de Málaga, cuya sede se ubica en la Abadía Cisterciense de Santa Ana, en el centro histórico de la capital malagueña. Diez años después de que abriera sus puertas de manera provisional en las dependencias de la sacristía de la Catedral, el Museo de Arte Sacro de Málaga fue inaugurado oficialmente el 2 de abril, tras las obras de adaptación de la estructura existente para la reconstrucción del monasterio, lo cual ha supuesto una inversión superior a los 1,1 millones de euros. Además del alcalde, Francisco de la Torre, acudieron al acto la Madre Abadesa, sor María Auxiliadora, y el obispo de Málaga, Antonio Dorado Soto. Uno de los atractivos del conjunto monumental de la abadía lo constituye el que une su nombre al del escultor granadino Pedro de Mena, cuya vida permaneció ligada al Císter.

Más modestos son los proyectos culminados en Vall d’Uxió o en Piedrahita. En la población castellonense, el Museo de Arte Sacro de la Sagrada Familia se ha inaugurado en la parroquia del Santo Ángel, en la que mosén Vicent Borja ha sido el principal impulsor del proyecto. En el Convento de Carmelitas de Piedrahíta (Ávila) también se inauguró una sala dedicada a obras de arte sacro de los siglos XV a XVIII. No son los únicos, la Fundación Barrié de la Maza tiene previsto iniciar a principios de diciembre las obras de ampliación del Museo de Arte Sacro de Monforte (Lugo), que tienen un plazo de ejecución de un año y medio. El proyecto supondrá duplicar el espacio de exposición del museo y permitirá mostrar numerosas piezas desconocidas para el público. Otros, entre tanto, han cambiado de cara. Ordenar las obras por su función religiosa y no artística es la apuesta de Pedro Luis Hernando, director del Museo de Arte Sacro de Teruel. Esta galería recibe unos 50.000 visitantes al año y están expuestas alrededor de 250 obras, divididas entre esculturas, pinturas y elementos orfebres; pero ahora se enfrenta a una reestructuración museística, en la que las obras están ordenadas siguiendo el Antiguo y Nuevo Testamento. 

Es lo que también estará presente en la National Gallery, de nuevo según González Montes, en el cierre de Luminaria: Dos milenios de Cristianismo en Almería: “El arte sacro canta la creación y narra la historia de la salvación como historia de la vocación humana, de la llamada de Dios a la felicidad plena, que el hombre puede alcanzar mediante la participación de la vida divina. De ahí que el arte sacro recoja la historia de redención vertida en plástica expresión y sacramento, en su propia plasticidad, del amor redentor del Creador del mundo y Padre de los hombres, caridad divina revelada en la historia de Jesucristo”.

En el nº 2.637 de Vida Nueva.

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