Un pueblo que se encuentra, camina y celebra la vida

Los obispos uruguayos lanzan la Misión Continental en vísperas de una plenaria que condenó la ley del aborto

(Daniel Salsamendi– Montevideo) El 25 de agosto, los obispos uruguayos invitaban a todas comunidades cristianas a peregrinar al Santuario de la Virgen de los Treinta y Tres, patrona del país, Madre de nuestra Patria. Desde hace muchos años, este acontecimiento es un momento celebrativo y un espacio eclesial significativo para el encuentro de las comunidades, pues la Iglesia católica en Uruguay proclama que María es esa “presencia materna indispensable para gestar un pueblo de hijos y hermanos, discípulos y misioneros de su Hijo”.

Así, el pasado 9 de noviembre, la Iglesia se reunió multitudinariamente en Florida para celebrar esta fiesta patronal y asistir al lanzamiento de la Misión Continental, impulsada por la V Conferencia General del Episcopado de América Latina y el Caribe de Aparecida. El camino eclesial recorrido y las actuales Orientaciones Pastorales de la Conferencia Episcopal de Uruguay (CEU) son el terreno fértil para que los objetivos propuestos por dicha Misión Continental se hagan realidad. Los obispos entienden que estamos en un tiempo donde es necesario que los bautizados se conviertan en discípulos misioneros y se acoja a todas aquellas personas que se acercan al Señor por otros caminos.

El obispo de Canelones, Orlando Romero, reconocía durante su homilía que la misión no ha estado ausente en la vida del pueblo uruguayo, pero que, ciertamente, “necesita ser reavivada, remotivada y reactualizada en sus métodos, en sus formas, en sus expresiones”. Los cristianos y sus comunidades no sólo necesitan ser misioneros en su ámbito normal de vida, sino también más allá de las fronteras. Hoy, muchos hermanos están llamados a iniciarse como discípulos y misioneros, pero “el discipulado no es algo que se decreta, es algo que necesita un tiempo, un proceso, un despertar la admiración por Jesús que se nos expresa en esa Palabra, un contemplar lo que Dios espera de nosotros, un comprometernos, un hacerlo vida”, explicaba Romero.

En este ámbito de celebración, todos los años, la CEU se reúne para analizar el camino recorrido y planificar el futuro más inmediato. Durante su reunión, y a falta de hacerse públicas las conclusiones, la Asamblea Plenaria sí manifestó su rechazo a la reciente aprobación (por 49 votos frente a 48) en la Cámara de Diputados de la Ley sobre la Defensa del Derecho de Salud Sexual y Reproductiva”, que incluye un artículo despenalizando el aborto. Una ley que ha vuelto al Senado, pero que el presidente de la República, Tabaré Vázquez, ya anunció que, de salir adelante, él mismo vetaría.

Legalizar el aborto no cambia lo malo en bueno. Una vez que se concreta, las cosas terminan mal para todos. Se pierde una vida humana. La madre queda con heridas que no cierran fácilmente. El médico va contra la esencia de su noble profesión. La sociedad pierde una vida al no abrirle sus brazos. La cultura de la vida queda golpeada. El valor de la vida humana es un bien para cada uno y para la sociedad. Está por encima de todos los intereses. Ninguna ley honesta puede justificar eliminar un ser indefenso que tiene derecho a la vida y a nacer”, argumentan los obispos en un comunicado difundido coincidiendo con el trámite parlamentario. Asimismo, lamentan que existan posturas que tergiversan y “manipulan” la verdad fundamental del derecho a la vida anteponiendo “otros intereses o situaciones”, sin tener en cuenta la ciencia ni la conciencia ética.

Excomuniones

“En relación a los fieles católicos que promueven y/o votan una ley favorecedora del aborto -prosigue la nota episcopal-, les recordamos que quien actúa así rompe el vínculo que lo une a Cristo en la Iglesia. Mientras no cambie su posición, queda impedido de acercarse a la Comunión eucarística”. Posición ratificada por el arzobispo de Montevideo, Nicolás Cotugno, en una entrevista con el diario El País de la capital, aunque con palabras más fuertes: “El Derecho Canónico dice que todo aquel que vote, apoye, promueva el aborto, entra de hecho en la excomunión. Y es una excomunión, según dice el Derecho Canónico, que actúa inmediatamente…”.

De uno u otro modo, en el contexto actual, los prelados alientan a todos los uruguayos a “multiplicar señales de amparo a la vida humana en medio de la emigración y el invierno demográfico que comprometen el futuro… Estamos a favor del desarrollo integral de la vida humana, que como obispos católicos miramos desde la perspectiva de Jesucristo, que ha venido al mundo para traer vida digna y abundante”.

En el nº 2.636 de Vida Nueva.

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