Arte sacro y luminoso

‘La Luz de las Imágenes’ inaugura “Espais de Llum”, 400 obras de arte sacro desde la Reconquista hasta hoy

(Juan Carlos Rodríguez) La Fundación La Luz de las Imágenes vuelve a tierras castellonenses. En esta ocasión, el mapa expositivo señala un itinerario con el que se quiere recorrer el legado artístico y cultural de la Iglesia en tres ciudades de la Plana: Burriana, Vila-real y Castellón. En total, se exponen 400 obras, de las que 172 han sido restauradas por la Generalitat para la ocasión: 57 pinturas, 31 esculturas, 7 tejidos, 35 piezas de orfebrería y 42 documentos. Cada una de las tres sedes, que comparten una exposición bajo el título genérico de Espais de Llum, alberga un período de tiempo histórico.

La iglesia de El Salvador de Burriana acoge las obras de los siglos XIII a XV, con la mirada puesta en la reconquista de Jaume I y especial incidencia del arte gótico. En la Arciprestal de Vila-real se muestra el patrimonio que abarca desde el siglo XVI al XVIII, desde el incipiente y esplendoroso Renacimiento hasta la plenitud del Barroco, con el retablo del Salvador (1495-1501), obra de Paolo de San Leocadio, como gran protagonista; mientras que la Concatedral de Santa María ofrecerá piezas de arte sacro desde la Ilustración a las vanguardias del siglo XX, con presencia estimable de las cerámicas religiosas de la Real Fábrica del Conde de Aranda de l’Alcora.

Según el obispo de Segorbe-Castellón, Casimiro López, Espais de Llum muestra “la historia de las iglesias, la celebración del culto y el presente y el futuro de su patrimonio”. Los comisarios responsables de la muestra son el arquitecto castellonense Jaime Sanahuja; Pere Saborit, deán de la catedral de Segorbe, como comisario eclesiástico, y el historiador y conservador de la Diócesis de Segorbe-Castellón, David Montolío, en calidad de comisario adjunto. La inversión en recuperación y difusión patrimonial con motivo de Espais de Llum ha superado los diez millones de euros, la mayoría destinados a la labor restauradora de bienes muebles e inmuebles. Las piezas, procedentes sobre todo de diferentes poblaciones de Castellón y de antiguas demarcaciones de las diócesis de Tortosa y Segorbe-Albarracín, han seguido un proceso de recuperación con el objetivo de restablecer su fisonomía originaria. “Compleja y laboriosa”, por el lugar y el estado en que se hallaban, ha sido la intervención en cuatro esculturas que representan la Virgen con el Niño, Santa Catalina, San Miguel y la Santa Cruz, datadas entre los años 1394 y 1410. Estas piezas se encontraban, antes de su recuperación, en los muros exteriores del campanario de la Iglesia de la Asunción de Traiguera.

Una de las piezas más emblemáticas de la Iglesia Parroquial de El Salvador de Burriana es el Retablo de la Eucaristía, de Llorenç Zaragoza, procedente de la Iglesia Parroquial de Villahermosa del Río. Entre las obras más antiguas que han sido restauradas, destacan las dos lucernas, de procedencia norteafricana con iconografía cristiana, datadas en la segunda mitad del siglo IV d. de C., que han vuelto a recobrar su esplendor de antaño. Y, por supuesto, las cuatro esculturas de los muros exteriores del campanario de la Iglesia de la Asunción de Traiguera, creadas como retablos del altar. Entre las pinturas restauradas destaca la imagen del Salvador de Joan Reixach (s. XV) y, también de la misma centuria, el lienzo Sant Blai Gloriós del taller de Jaume Mateu, no sólo por su valor histórico sino también por su carácter devocional. De una minuciosa laboriosidad ha sido la intervención en el frontal de altar brocado, del siglo XV, procedente de Segorbe, y que sólo ha sido expuesto en una ocasión. Se trata de un tejido de gran valía artística, realizado en brocado de hilo de oro sobre fondo de seda, que ha sido recuperado fielmente según su concepción inicial. Otra de las obras que se puede admirar por primera vez después de la restauración realizada por La Luz de las Imágenes es la cruz procesional menor de la Iglesia del Salvador de Culla. Así como otras ricas piezas, elaboradas por talleres de orfebres morellanos y valencianos, auténticas obras de arte patrimonio de poblaciones como Cortes de Arenoso, Zucaina o Abocàsser.

Restauraciones urgentes

En la segunda sede de la muestra, la neoclásica Iglesia Arciprestal de San Jaime, del siglo XVIII (1752-1779), la estrella es sin duda otro retablo: el del Salvador, de Paolo San Leocadio (1447-1520). Una obra de calidad extraordinaria pero maltratada por el paso del tiempo, que ha vuelto a recobrar el esplendor de antaño. “Las intervenciones anteriores distorsionaban la visión del conjunto de la obra, al tiempo que también había anotaciones y letras, el soporte estaba afectado por insectos y estaba mutilado en su parte posterior, por lo que ha tenido que ser reconstruido”, según el coordinador del departamento de restauración de La Luz de las Imágenes, José Luis Navarro. Además de las obras de este insigne pintor del Renacimiento, los restauradores han recuperado el Retablo de la Virgen del Rosario de Cortes de Arenoso, fechado en 1582, una obra que, por vez primera, se expone a los ojos del visitante, después de un proceso de restauración minucioso y complejo. La campaña de restauración no podía obviar una obra única, procedente del Museo de Bellas Artes de Valencia, Santos mártires jesuitas del Japón, concebida por la genialidad de Pedro García Ferrer, único testimonio conservado en la geografía valenciana de este autor, que por vez primera se expone a la luz pública. Ni tampoco de Vicente Masip y su hijo, Juan de Juanes.

La moderna arquitectura de la Concatedral de Santa María de Castellón constituye el marco más idóneo para la muestra de la historia contemporánea de la diócesis de Segorbe-Castellón, desde la Ilustración a la modernidad. Una de las secciones plantea la historia constructiva de la propia Parroquia de Santa María, desde la Baja Edad Media, hasta su nueva construcción, a partir de 1940, según planos de Vicente Traver Tomás sobre el solar de la antigua, demolida cuatro años antes. 

De José Esteve Bonet, escultor de cámara de Carlos IV, se expone la Inmaculada Concepción, procedente de la propia concatedral. También, la escultura de bulto redondo Ecce Homo de José Ortells. También del pintor morellano Joaquín Oliet, se puede contemplar en esta sede la restauración de dos lienzos: Predicación de San Vicente Ferrer y Vida de San Vicente Ferrer (s. XIX).

A punto de cumplir diez años

‘La Luz de las Imágenes’, creada en el año 1999 a iniciativa de la Generalitat, tiene como objetivo la recuperación, intervención y difusión del patrimonio histórico-artístico valenciano. Ha restaurado, además, los más importantes edificios eclesiásticos, entre ellos las catedrales de Valencia, Segorbe (Castellón), Orihuela (Alicante); la Concatedral de San Nicolás de Alicante o la Seu Colegiata Basílica de Santa María de Xàtiva. En 2009. En su décimo aniversario, será de nuevo Valencia la sede de las exposiciones: ofrecerá un recorrido por la historia de los templos parroquiales de San Juan de la Cruz, San Esteban y San Martín, tres de las diez primeras parroquias que Jaume I, tras la conquista de la ciudad en 1238, ordenó construir alrededor de la Catedral sobre los restos de mezquitas derribadas. La muestra posibilitará la rehabilitación de los templos y de cerca de un centenar de piezas, con una inversión de 10 millones de euros. 2010 será el turno de Alcoy. Los diez años de ‘La Luz de las Imágenes’ se resumen en 80 millones invertidos, 35 edificios restaurados (religiosos, en su gran mayoría), 2.300 bienes muebles recuperados y 300.000 visitantes, según los datos de la propia Generalitat Valenciana.

En el nº 2.635 de Vida Nueva.

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