El Papa felicita a Obama y le anima a construir “un mundo de paz”

“Mi fe cristiana está en todo lo que hago”, declaró el nuevo presidente a un semanario católico

(Vida Nueva) El papa Benedicto XVI ha enviado un telegrama de felicitación a Barack Obama, en el que manifiesta que su elección es “un momento histórico” y confía en que pueda construir un mundo de paz. Según informó el portavoz del Vaticano, el jesuita Federico Lombardi, el Pontífice pide a Dios que ayude “a Obama y al pueblo americano para que con todas las personas de buena voluntad se pueda construir un mundo de paz, de solidaridad y de justicia”.

Por su parte, Lombardi pidió que “Dios ilumine” a Obama para que pueda “responder a las grandes esperanzas y expectativas puestas en él”. El portavoz de la Santa Sede expresó el deseo del Vaticano de que el líder demócrata sirva “eficazmente al derecho y a la justicia a través de las vías adecuadas para promover la paz en el mundo, favoreciendo el crecimiento y la dignidad de las personas y respetando los valores humanos y espirituales esenciales”. Lombardi ha adelantado que es probable que cuando el mandatario electo preste juramento en enero, el Papa emita una declaración en la que le exprese sus buenos deseos a Obama.

En España, el nuncio del Vaticano, Manuel Monteiro de Castro, ha señalado que la victoria del senador demócrata en las elecciones presidenciales de Estados Unidos es “una oportunidad para la paz”, aunque defendió que John McCain también hubiera trabajado en esta línea en caso de haber resultado vencedor, ya que “hoy lo más importante para todos es la paz”. Ha hecho estas declaraciones antes de asistir al debate Elecciones en Estados Unidos y Eje Atlántico: ¿y ahora qué?, en Madrid.

Respecto a ciertas ideas liberales del nuevo presidente de los Estados Unidos en temas como, por ejemplo, el aborto, Monteiro afirmó que desconoce “qué va a pasar” defendió que el derecho a la vida “es un derecho fundamental” y recalcó que “una vez que existe un ser humano no se le puede tratar como una cosa”.

Colaboración de los prelados

Los obispos de los Estados Unidos también felicitan a Obama, el primer presidente afroamericano del país. Considerando su victoria un acontecimiento “histórico”, le advierten al próximo inquilino de la Casa Blanca que se avecinan tiempos difíciles: “Nuestro país se enfrenta a muchas incertidumbres. Pedimos -le dicen a Obama- que utilice los poderes de su cargo para defender con especial preocupación a los más vulnerables y para curar las divisiones de nuestro país y nuestro mundo“. 

En la carta, firmada por el cardenal Francis George, arzobispo de Chicago y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB), el Episcopado le recuerda al demócrata que “la gente le ha confiado una gran responsabilidad”. En ella manifiestan también su disposición para “trabajar con usted en la defensa y apoyo de la vida y la dignidad de cada ser humano”.

En estos comicios, como ha ocurrido otras muchas veces, el factor religioso ha sido importante en la victoria de Obama, y en concreto, los católicos se han volcado con el demócrata. Según la CNN, el 53% de los votantes católicos han votado por él. En la decisión ha influido, entre otras, la naturalidad con la que el senador ha tratado en numerosas ocasiones el tema de su fe. Reconocido protestante, durante su etapa de líder comunitario en Chicago trabajó para ocho parroquias católicas y mantuvo una buena relación con el entonces arzobispo, el cardenal Joseph Bernardin

Obama no dudó en ofrecer la vicepresidencia al católico Joseph Biden, senador por Delaware, y ha concedido declaraciones a publicaciones confesionales. En una entrevista exclusiva con el semanario Catholic Digest, preguntado por qué papel juegan las creencias de un presidente a la hora de tomar decisiones políticas, Obama contestaba: “No creo que alguien pueda separar su fe de su persona. Mi fe cristiana está en todo lo que hago. Ayudó a conformar mis valores e ideas, y no creo que el presidente tenga que huir de aplicar los principios que le son importantes en el trabajo que necesita hacer. A mí me refuerza y me guía a diario”. “Lo que no creo -añadía- es que un presidente pueda simplemente afirmar sus creencias religiosas excluyendo a otros en una democracia representativa. Somos un país de muchas fes y muchos puntos de vista, y cuando discutimos en el espacio público es importante ser capaces de traducir nuestra fe en un lenguaje universal“.

Más información en el nº 2.635 de Vida Nueva y en www.vidanueva.es

Compartir