La educación argentina necesita más diálogo

El obispo responsable apuesta por un acuerdo con el Gobierno en este tema

(Juan Rubio– Foto: AICA) La educación “ocupa y preocupa a los obispos argentinos”. Desde la identidad del Plan Pastoral de la Iglesia argentina (Navegar mar adentro), los prelados han apostado por el diálogo con el Gobierno. Para ellos, es la mejor de las vías. “Siempre es más fácil dialogar y entablar puentes para llegar a buenos acuerdos que el enfrentamiento continuo”, explica a Vida Nueva el presidente de la Comisión Episcopal de Educación Católica de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), Guillermo Garlatti, arzobispo de Bahía Blanca, presente en el Sínodo sobre la Palabra de Dios celebrado recientemente en Roma. 

La apuesta de monseñor Garlatti es la del diálogo con el Gobierno “para lograr lo mejor, para que podamos evangelizar en la línea que nos hemos propuesto en nuestro Plan Pastoral”. “El trabajo con el Consejo para la Educación Católica, así como con otras organizaciones del ámbito educativo, lo hacemos no sólo para que en los colegios privados haya una presencia de lo cristiano, sino en la escuela pública también. El desafío en la escuela es de envergadura. Tenemos el objetivo de repensar la escuela católica replanteando los diseños curriculares de la catequesis en las escuelas. Buscamos para ello un equilibrio entre la linea de la catequesis y la de la enseñanza religiosa. Siempre se miró mucho a la catequesis en la escuela, y ha sido catequesis lo que se ha venido dando en las escuelas argentinas. Hay un gran vacío en los niveles de formación más académica de la religión. Se trata de dar razón de la fe”, dice el prelado argentino. 

Libertad de Enseñanza

Para la nueva ley que se está elaborando, “queremos estar en las mesas de diálogo y negociación, un diálogo fluido en donde hemos mantenido el principio de Libertad de Enseñanza, aunque después hayamos tenido que pelear con algunos gremios de la educación. Es una negociación que va a ser larga y sobre la que los obispos argentinos se van a emplear a fondo. Habrá que estar muy pendientes. No es un trabajo de unos pocos años, sino una carrera larga, bien medida y con resultados de futuro”, prosigue el arzobispo de Bahía Blanca.

El sistema político argentino respalda a la escuela católica porque posee un sistema único, abrazando a la pública y a la privada, aunque es poco el dinero que concede a la privada, aspecto éste en el que también los obispos van a pedir una mayor justicia. Ha habido logros al equiparar la privada con la estatal, pero ahora el camino lleva a la igualdad en la subvención. En este sentido, la Iglesia ha hecho un planteamiento serio: “No queremos un acuerdo que se pueda derribar en unos años, buscamos algo más serio, pero también la Iglesia tiene que lanzarse en este sentido a un compromiso serio, para que nuestra presencia en la escuela sea seria y bien fundamentada”, concluye Garlatti.

En el nº 2.634 de Vida Nueva.

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