“No se puede justificar la instrumentalización a la que ha sido sometido”

Nota de la CEE sobre el caso del primer ‘bebé-medicamento’

(Vida Nueva) “El hecho feliz del nacimiento de un bebé sano no puede justificar la instrumentalización a la que ha sido sometido y no basta para presentar como progreso la práctica eugenésica que ha supuesto la destrucción de sus hermanos generados in vitro”.

Así se manifiestan los obispos españoles al respecto del caso del primer ‘bebé-medicamento’. Javier nacía en Sevilla el pasado 12 de octubre después de un proceso de selección de embriones, para curar a su hermano, que sufre ‘beta-talasemia major’, una enfermedad congénita que le obliga a someterse continuamente a transfusiones de sangre.

Los obispos publican la nota titulada ‘Curar a los enfermos, pero sin eliminar a nadie’, firmada por la Secretaría General de la Conferencia Episcopal Española (CEE) con fecha de 17 de octubre, porque “se ha puesto el énfasis en la feliz noticia del nacimiento de un niño y en la posibilidad de la curación de la enfermedad de su hermano”, pero los medios de comunicación no han aclarado “las implicaciones morales”. “No se juzga la conciencia ni las intenciones de nadie. Se trata de recordar los principios éticos objetivos que tutelan la dignidad de todo ser humano”, apuntan los obispos.

Se ha silenciado el hecho dramático de la eliminación de los embriones enfermos y eventualmente de aquellos que, estando sanos, no eran compatibles genéticamente”. Y explican: “Someter la vida humana a criterios de pura eficacia técnica supone reducir la dignidad de la persona a un mero valor de utilidad. Los hermanos a los que se les ha privado del derecho a nacer han sido desechados por no ser útiles desde la perspectiva técnica, violando así su dignidad y el respeto absoluto que toda persona merece en sí misma, al margen de cualquier consideración utilitarista”.

Además de rechazar la eliminación de estos embriones, la nota desaprueba que “el hermano que finalmente ha nacido ha sido escogido por ser el más útil para una posible curación”, porque “se ha conculcado de esta manera su derecho a ser amado como un fin en sí mismo y a no ser tratado como medio instrumental de utilidad técnica”.

“Práctica horrenda”

En la nota se citan varios pasajes del documento de la Asamblea Plenaria de la CEE, ‘Algunas orientaciones sobre la ilicitud de la reproducción humana artificial y sobre las prácticas injustas autorizadas por la ley que la regularán en España’ (firmado el 30 de marzo de 2006), en los que se señala la injusticia que se comete con los seres humanos producidos en el laboratorio, al ser tratados “como un mero producto conseguido por el dominio instrumental de los técnicos”.

Con respecto a la técnica del diagnóstico genético preimplantacional, en el mismo documento se decía: “Los planteamientos emotivos encaminados a justificar estas prácticas horrendas son inaceptables. Es cierto: hay que curar a los enfermos, pero sin eliminar nunca para ello a nadie. La compasión bien entendida comienza por respetar los derechos de todos, en particular, la vida de todos los hijos, sanos y enfermos”.

Más información en el nº 2.633 de Vida Nueva y en www.vidanueva.es

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