Rouco inaugura el nuevo curso en Salamanca y ensalza la labor de las universidades católicas
(Roberto Ruano / M. Á. Malavia. Fotos: UPSA) El presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) y cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, fue el encargado de inaugurar, el pasado jueves 2 de octubre, el nuevo curso académico de la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA). El acto comenzaba a las once de la mañana con la celebración de la Eucaristía en una más que abarrotada iglesia del Espíritu Santo.
Hora y media más tarde, y ya en el Aula Magna del histórico edificio barroco, el presidente del Episcopado comenzaba mostrando todo su apoyo a esta Universidad: “La Conferencia Episcopal Española sigue apoyando a la Universidad Pontificia de Salamanca, puesto que es su titular. Esta institución académica puede ser y debe ser un gran instrumento al servicio de la misión de la Iglesia; por tanto, tenemos que seguir apoyando, sosteniendo o titulando a la Universidad Pontificia de Salamanca”.
Analizando el panorama que rige en estos momentos en España -“crisis demográfica, crisis del matrimonio y de la familia”-, el cardenal destacó en Salamanca la labor de las universidades católicas como garantes de la cultura y la sociedad, realizando, además, un llamamiento a la conjunción de esfuerzos entre todas las universidades católicas o con ideario cristiano. “Tenemos -afirmó- que compensar el estatalismo educativo que impera en estos momentos en Europa con las instituciones con las que cuenta la Iglesia, la Universidad Pontificia de Salamanca entre ellas”.
Compartiendo con el cardenal la inquietud de resucitar el ideario católico, el Rector de la Universidad Pontificia de Salamanca, Marceliano Arranz, anunciaba en su discurso el cambio de rango que en los nuevos planes de estudio tendrán asignaturas que de manera directa se relacionan con la identidad de la institución; en concreto, la visión cristiana del mundo, la doctrina social de la Iglesia y la deontología profesional, hasta ahora asignaturas optativas y que en los nuevos planes de estudio pasarán a ser de carácter obligatorio. “No queremos imponer a nadie nuestras creencias, ni enseñar sólo a convencidos, queremos proclamar los valores cristianos en los que creemos y para los que pedimos respeto”, señaló Marceliano Arranz.
Arropando al cardenal Rouco en esta jornada de apertura académica, estuvieron también presentes el Gran Canciller de la UPSA, Carlos López, obispo de Salamanca, el arzobispo de Valladolid, Braulio Rodríguez, el obispo de Ciudad Rodrigo, Atilano Rodríguez, así como el consejero de Educación de la Junta de Castilla y León, Juan José Mateos.
Celebración en Comillas
Un día antes, en Madrid, era la Universidad Pontificia de Comillas la que abría el curso 2008-2009 con una destacada efeméride en su calendario: la celebración del primer centenario de existencia de su Instituto Católico de Artes e Industrias (ICAI), ligado a ella desde 1978. En su discurso inaugural, el rector José Ramón Busto agradeció a “todos aquellos, jesuitas y seglares, que desde 1903 hasta hoy han soñado y creído en el proyecto” llevado a cabo por esa Universidad. Asimismo, tuvo una mención especial al Colegio-Asociación de Ingenieros del ICAI. “Los jesuitas -dijo- soñaron que era posible lograr que la mayoría de la población española se incorporara, gracias a una buena formación técnica, al desarrollo industrial entonces incipiente de nuestro país. Para lograrlo, ellos, que siempre habían sabido enseñar humanidades, se aventuraron en un campo, el de la ingeniería eléctrica y mecánica, que, más bien, les era ajeno”.
El acto académico contó con la presencia de destacadas personalidades eclesiales y civiles, como el nuncio papal, Manuel Monteiro de Castro, el Vice-Gran Canciller y Provincial de Castilla de la Compañía de Jesús, Juan Antonio Guerrero o los rectores de otras universidades madrileñas, como Ángel Gabilondo, de la Autónoma; Carlos Peña, de la Carlos III; o Pedro González Trevijano, de la Juan Carlos I.
El mismo día comenzaba su curso la Facultad de Teología San Dámaso, de la Archidiócesis de Madrid, en un acto presidido por su cardenal arzobispo y Gran Canciller. En la homilía que pronunció durante la Eucaristía que celebró en la Capilla del Seminario Conciliar, Rouco Varela oró “porque podamos conocer la verdad de Dios en la naturaleza y en la historia”, para lo cual invocó la intercesión del Espíritu Santo, “sin el que no es posible” conseguir tal tarea. Posteriormente, se dirigió directamente a los alumnos, invitándoles a “vivir en la humildad y en la sencillez, para que la contemplación sea el ambiente personal y espiritual del Centro de Estudios San Dámaso”.
Reivindicación en Barcelona
En Barcelona, el Decano de la Facultad de Teología de Cataluña (FTC), Armand Puig, reclamó el reconocimiento universitario de los más de 2.000 alumnos que estudian teología en los centros que esa institución tiene adscritos. Tal petición se realizó en el marco de la ceremonia de apertura del curso para todas las facultades eclesiásticas, el 1 de octubre, en el Aula Magna del Seminario Conciliar de la capital catalana. Presidió el acto el cardenal Lluís Martínez Sistach, en su condición de Gran Canciller de las facultades de Teología, Filosofía y Estudios Religiosos. El arzobispo de Barcelona, que estuvo acompañado por otros obispos catalanes, afirmó que “los servicios de la FTC son muy necesarios en nuestras diócesis” y en “la sociedad” en general, apegada a un “cierto laicismo”. Y concluyó pidiendo a la FTC que mantenga “su rigor científico y metodológico”, aunque “sin olvidar el papel de la fe y su relación con la cultura”.
Una de las universidades que más pronto inauguró el curso fue la de Deusto, que lo hizo el 22 de septiembre. Tras el asesinato ese mismo día del militar Luis Conde de la Cruz, en Santoña, el centro emitió un comunicado en el que mostró “la repulsa más absoluta” por ese “nuevo acto de barbarie, que supone un desprecio total a los derechos humanos más elementales”. La jornada había comenzado con una Eucaristía en la Capilla Gótica. En la ceremonia de inauguración, junto al rector Jaime Oraá y el obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez, estuvieron autoridades políticas como el lehendakari, Juan José Ibarretxe. No pasó desapercibida la primera y honorífica lección del curso, a cargo de la profesora y decana de la Facultad de Sociología, María Silvestre, quien apostó por “una verdadera igualdad de oportunidades” entre hombres y mujeres a la hora de optar a cargos “tanto en el ámbito público como en el privado”. A su juicio, la tarea “no consiste sólo en promover la igualdad, sino que, en sí misma, la Universidad sea una institución igualitaria”.
En el nº 2.631 de Vida Nueva.