Brotes de Olivo

(Maite López Martínez) La fecundidad del Evangelio no tiene límites. Ni tampoco la gratuidad. Brotes de Olivo parece ser un ejemplo vivo de ello. Es una familia (muy numerosa) que, desafiando el paso del tiempo, sigue ofreciendo, año tras año, su creatividad y su fe a través de la música. No hay nadie en este país medianamente comprometido con la Iglesia que no los conozca. Y es difícil pensar que haya quien no sepa alguna de sus muchas y bellas canciones.

Su web (www.brotesdeolivo.es), llena de recursos, palabras y detalles entrañables, es fiel reflejo de lo que son. Con un diseño exquisito, el usuario es conducido hacia las profundidades de una apasionante historia familiar que ha llevado a muchos creyentes a vivir la propia fe con más sentido y dinamismo, y que empieza así: “Esta historia arranca de una pareja de jóvenes inquietos, Rosa Escala y Vicente Morales, a los que además les gusta la música, que deciden unirse y quieren que Dios sea alguien importante en sus vidas”. Después de “30 años de camino y de canción, encuentros, convivencias, vida en comunidad”, siguen manteniendo una agenda de encuentros musicales de oración, reflexión y diálogo a lo largo y ancho de la geografía española. Pero, además de la música en vivo, sorprende cómo han sabido encontrar en las nuevas tecnologías la ocasión perfecta para brindar generosamente todo su haber. Su discografía al completo (24 títulos) está ya disponible en formato mp3 para poder descargarla y se alegran de la difusión que de ellas se pueda hacer en foros cristianos. Junto con la música, las letras y los acordes se encuentran en el cancionero completo. También hay sencillos vídeos caseros que nos acercan más a este grupo tan peculiar y querido por todos. Han hecho de las palabras de Jesús, “gratis damos lo que gratis hemos recibido”, su lema de vida.

En el nº 2.630 de Vida Nueva.

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