“La figura de Pablo ejemplifica la misión del catequista”

Jaén albergó el VIII Encuentro de Catequistas de la Provincia Eclesiástica de Granada

(Juan Herrera– Jaén) Jaén albergó, del 19 y el 21 de septiembre, el VIII Encuentro Interdiocesano de Catequistas. A diferencia de ediciones anteriores, en que los temas habían girado en torno a elementos más genéricos como “la misión del catequista” o “la catequesis como base de la iniciación cristiana”, los alrededor de 200 catequistas y sacerdotes (todos de la Provincia Eclesiástica de Granada) que se concentraron en el seminario, centraron todas sus ponencias en la figura concreta de san Pablo.

El encargado de inaugurar el curso fue el obispo jienense, Ramón del Hoyo, quien aseguró honrarse de poder celebrar la figura del Apóstol de los Gentiles en el Año Paulino. La primera ponencia corrió a cargo de Manuel Reyes, Secretario de la Provincia Eclesiástica, quien resaltó “la riqueza de la persona y doctrina de san Pablo como evangelizador y catequista”. En su opinión, la figura paulina evoca una serie de principios, tales como “conversión, vocación y misión en la vida”, aplicables directamente a la “misión del catequista”.

Miguel Peinado, profesor de Sagrada Escritura en la Facultad de Teología de Granada, acercó la vida del apóstol a los participantes, presentándolo como quien, “desde su primer encuentro hasta el final, por encima de enormes dificultades, fue un discípulo totalmente identificado con su Maestro”.

El Director del Secretariado de Misiones de la CEE, Anastasio Gil, abarcó la identidad de Pablo como un “misionero por vocación”, desgranando la visión universal del apóstol, que abrió el incipiente cristianismo a los no judíos. Su imagen, dijo, es la de un “misionero que cree en el hombre, que valora la mediación de la inculturación, que sale al encuentro del otro, que ama pacientemente al otro y que entrega la misión recibida”.

Otra de las conferencias más destacadas fue la de Francisco de la Torre, párroco y profesor de Sagrada Escritura en el Seminario de Jaén, quien presentó la catequesis como una acción que se encamina a ser “un auténtico acontecimiento vocacional”.

La última intervención fue la del Delegado de Catequesis de la diócesis de Cartagena, Miguel Ángel Gil, que presentó a Pablo como “modelo de conversión” que realmente llama al catequista a “tomar conciencia de la transcendencia y la responsabilidad” que suponen el propio hecho de invitar a la conversión de aquellos que están alejados de Cristo. De este modo, hizo hincapié en el hecho de que, para ser catequista, no basta con llamarse cristiano, sino que es necesario un grado de “compromiso total”.

Todos los reunidos en el encuentro de catequistas destacaron el “verdadero ambiente de fraternidad, oración y celebración” que imperó a lo largo de las tres jornadas, fortaleciendo así “la fuerza de su misión para desarrollar todas las enseñanzas recibidas y las experiencias compartidas a lo largo del año”.

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